" ENTRENADO PARA MATAR"

105 14 5
                                    

Me levante bastante tranquilo, la cama era acolchonada y las almohadas agradables, las cobijas me envolvían en un calor demasiado cómodo, tanto que mi cuerpo por si solo se negaba a levantarse y mi mente decía que están de acuerdo ya que era sábado.

Pero la felicidad y la quietud se quedó atrás cuando alguien entro a recorrer la cortina para que la luz entrar e inundara la habitacion.

— Buenos días cariño — Una mujer se sentó al borde de la cama viento mi rostro el cual al parecer estaba algo rojo e hinchado ya que ella paso su mano por mi rostro.

— Buenos días Aimi -san — Ella infló las mejillas con una cara rara, estaba haciendo un berrinche, Vídeo me dijo que debía de tener cuidado con las mujeres, eran, bipolares.

— ¿Cómo que Aimi?, es mamá — Ella acarició mi mejilla, mientras me sonreía, — Iremos a un picnic y luego a los un parque de diversiones — Eso si me gustaba, nunca había ido a un parque de atracciones o de picnic en familia.

♦— Yeiii —♦ Kyouya expresó su conformidad tirando de las cortinas con suavidad, a lo que la mujer rió feliz de que a ambos nos agradara la idea.

— Creó que eso se tendrá que posponer — Todos dirigimos la mirada a Hideo.

— ¿Porque? — Reprochamos ambos, la mujer tenia cara de despecho mientras yo lo veía.

♦— Yo quería ir —♦ Kyouya tenia un puchero en la cara y cruzaba los brazos molesto.

— Recuerda que a Saichi -San no le gusta que estés fuera del laboratorio — Asentí para pararme de la cama, Aimi me dio una ropa cómoda cuando me metía a la bañera, al estar listo me subí en la parte delantera el automóvil de Hideo, abrace mis piernas con aburrimiento mientras mi cabeza reposaba sobre mis rodillas y mi vista perdida en el paisaje.

— Baja cariño — El me abrió la puerta del copiloto donde viaje todo el camino.

— Llegan tarde — Una mujer de avanzada edad poso su mirada en lo para después darle una señal al hombre detrás de mi, estaba criada de brazos jugueteando con desesperación con sus dedos arrugados.

— Anda, el nuevo instructor de defensa personal te espera — Di una respuesta afirmativa con la voz en un hilo, me daba mucho miedo cuando esta enojada.



















— VAMOS, MUÉVETE, SI NO QUIERES SER UN INÚTIL MAS VALE QUE MUEVAS MAS RÁPIDO ESAS PIERNAS — El hombre era un militar, se notaba por la forma en que manejaba su lenguaje, el pobre chico estaba bañado en sudor y jadeante por el no poder mas ni con su alma y eso que cargaba con dos.

— ¿Qué ocurre querido?, ¿estas cansado? — El hombre se burlaba del joven que con esfuerzos daba ya su décima octava vuelta por el nada pequeño laboratorio.

— Déjeme tomar agua — Pidió al borde del desmayo.

— No hasta que me lo ruges de rodillas, ¿que?, ¿no puedes? — El hombre dio una carcajada bastante fuerte, — Tienes a un fantasma contigo y sin así eres tan débil — El chico callo de rodillas por el cansancio, daba bocanadas de aire para poder sentirse mejor y hacer que el ardor del pecho disminuyera.

— Mira, la nena — El hombre tomo el mentón del joven, los ojos celestes del joven brillaron por la rabia, Kyouya no podría aguantar más, y era doloroso el tratar de controlar a una fuerza sobrenatural.

— Vamos, que ahora tienes que dar unos golpes — Un hombre corpulento entro al patio con dos sacos en su mano, — Recuerda la secuencia que solo la diré una vez — El hombre repitió una secuencia de golpes.

El hizo lo que debía, el hombre se puso delate del delgado del joven empezando la rutina, golpe derecho y golpe izquierdo, un bloqueo poniendo el dorso de su brazo derecho en frente de su rostro y el otro protegiendo un poco mas abajo, se agacho para evitar un golpe en su cabeza, una patada sobre el abdomen, la secuencia se repito otras dieciséis y luego mas ejercicio para según el entrenador, aumentar su resistencia.

— QUE ESPERAS, NO TENGO TODO EL DÍAS, APÚRATE, ERES UN INÚTIL — Eso fue la detonación, camine rápidamente a el baño con los reclamos de loa demás detrás mio, al entrar al baño me solté a llorar, no quería mas esto, yo ni pedí ser así, Kyouya me miraba por el espejo, estaba enojado e hiperventilando de la ira.

— ¿Kyouya? — Lo vi acercarse a mi hasta susurrar en mi oído.

♦— Lo siento cariño —♦


























La puesta del baño se encontraba siento tocada fuertemente por tres personas preocupadas.

— Tetsuya, abre la muerte, el sargento se irá, te lo prometo — Se escucho el pestillo de la puerta abrirse y la misma puerta dejando ver al menor con los ojos hinchados.

— Cariño yo... — La mujer vio a los ojos del menor con un poco de arrepentimiento.

— No hace falta, me disculparé con el entrenador — Ese "disculparé" no le sonaba nada bien a dos personas de las tres, así que siguieron al chico que caminaba a paso seguro
— Has vuelto princesa — El chico sonrió dulcemente al hombre mientras se acercaba con tranquilidad.

— Claro, no me gusta dejar las cosas a medias, menos si ofenden a alguien a quien quiero con locura — Al hombre se le borro la sonrisa con la expresión neutra y voz fría de ultratumba con la que le hablaba el menor le estremeció la piel.

— ¿A que te refieres? — Enarco una ceja esperando la respuesta que nunca llego.

♦— Pobre ingenuo—♦

De un momento a otro el joven tomo por el cuello al militar y con una fuerza sobrehumana estranguló al hombre alzándolo del piso sin ningún esfuerzo.

Al chico le pareció divertido ver al hombre retorcerse en busca de aire, pataleaba y trataba de que el chico apartara su mano del fuerte cuello del hombre, porque, con simpleza, el chico lo sostenía con una mano.

— No puede ser — Hideo soltó eso con estupefacción.

— ¿Ese es? — La mujer estaba también sin habla.

Los dos se miraron con preocupación — Kyouya — Dijeron al mismo tiempo.

— ¿Que ocurre? — Sonrió — Mírate, alguien mas débil que tu te esta ganando, detesto que se metan con lo que es MIO, y sobre todo, detesto a las personas como tu — Con eso soltó al hombre que casi muere en manos del joven fantasma, no lo dejo en paz sin antes golpearlo, solo un poco.




Salio de ahí no sin antes dejarle en claro que Tetsuya era nada mas suyo, el era celoso, y lo reconocía, y no permitiría que nadie se lo arrebatará y menos esos hombres, eso ultimo lo pensó como si fueran la pero escoria del mundo.

Entro a el pequeño departamento dentro del laboratorio, miró con atención su reflejo, era su adorable chico, por un momento vio como en una fracción de segundo sus ojos color sangre aprecian para volver a original celeste de su chico.

— Bueno, es hora — Cerró sus ojos y concentró toda su energía para poder salir del cuerpo de Tetsuya, al abrir los ojos con lentitud se percató, QUE NO PODÍA SALIR DE SU CUERPO, lo intento una, dos hasta tres veces, pero nada, se alarmó.

¿¡QUE DEMONIO HARÍA AHORA!?

HACIA AÑOS QUE NO POSEÍA ESE CUERPO, LA ULTIMA VEZ ELLOS TENÍAN SIETE AÑOS.













Bueno, aquí otra parte de esta historia, espero que les guste, les doy las gracias por seguir y apoyar la historia.

Los amo, Bye ♥♥

TOW SOULSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora