13

603 93 80
                                    

—Así que, ¿tendrás una cita con Mark? —preguntó Doyoung enarcando una ceja y dando un sorbo a su bebida.

Frente a él, Yuta se atragantó con su propio bebestible al escuchar su pregunta e intentó aparentar indiferencia tras dejar de toser. Meneó la cabeza dándose golpes en el pecho para regular su respiración y terminó suspirando bajo la atenta mirada de Dongyoung quien en ningún momento cambió su semblante curioso, ni siquiera mientras él se estaba ahogando. 

—Sí, bueno, no es precisamente una cita, ya sabes... —dijo evitando mirarlo directamente, pero al notar que no estaba convenciendo a su amigo decidió ir con la verdad—. Bien, no. Solo estaba ayudándote y deberías agradecerme en lugar de interrogarme —bufó.

Doyoung le sonrió con amplitud y asintió.

—Lo sé, gracias. Solo quería molestarte —rió—. ¿Ves que eres idiota? Un día te quieres alejar porque te gusto y literalmente al siguiente ya me estás solucionando la vida otra vez, eres genial.

—Por supuesto que lo soy —farfulló Yuta sonrojado, intentando ocultar su vergüenza bebiendo de su vaso.

Se habían reunido después de clase con el objetivo de planear la salida de Doyoung y Jungwoo —la cual había conseguido solo gracias a que Yuta había intervenido por él—, y de paso consentir un poco al japonés como agradecimiento por todo lo que había estado haciendo por ellos. 

—Ahora, Doyoung, debes pensar en qué le dirás durante su cita. ¿Ya pensaste en cómo confesarte? 

Dongyoung dio un último sorbo a su bebida antes de agitarla al lado de su oído para cerciorarse de que se había acabado por completo y, sin responder todavía, se levantó a tirarla bajo la atenta mirada del mayor.

Una vez terminada su labor, volvió a sentarse frente a Yuta y lo miró a los ojos en silencio sin ninguna clase de expresión significativa.

—Creí que ya lo había hecho —afirmó tranquilamente.

Yuta frunció el ceño confundido.

—¿Cómo?

—Sí —dijo Doyoung asintiendo—, cuando le pedí una cita. Digo, ¿no es obvio que lo hice porque me gusta? ¿No cuenta eso como una confesión? Jungwoo no es un tonto, hyung.

El mayor cerró los ojos y contó hasta diez en silencio antes de volver a abrirlos y sonreír falsamente al chico frente a él. En algún punto de todo lo que llevaban siendo amigos se había catalogado a sí mismo como un idiota comparado con Doyoung, quien siempre era alguien dedicado e inteligente, sin embargo, desde que éste se había interesado de forma romántica por Jungwoo, estaba seguro de que habían intercambiado papeles y que el idiota entre los dos ahora era otro.

—¿Acaso tú no ves películas románticas? —preguntó Yuta conmocionado—, ¿cuándo has visto que a alguien le queden claras las cosas de esa forma? ¡Tú eres un experto en ser franco! ¡Debes ser directo al decirle que te gusta y no dejarlo a su interpretación!

Dongyoung cambió su expresión relajada por una atenta a las palabras de su amigo y se incorporó mejor en su asiento mientras asentía sin parar. Yuta, al igual que su hermano, tenía razón, debía usar su mejor cualidad con Jungwoo: la franqueza. De lo contrario solo demostraba lo cobarde que era como para enfrentar al chico diciéndole que lo quería claramente. 

—Lo entiendo —concordó Doyoung—, se lo diré cuando salgamos. No me iré por las ramas y seré directo. Lo prometo.

Yuta asintió mostrándose serio, sin embargo, la reacción de Dongyoung lo divertía bastante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SIN MOVER UN DEDO 指 DOWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora