1. La leyenda del Rey Mono

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Una de las grandes leyendas de China, y probablemente de las más conocidas a nivel mundial, es la leyenda del Rey Mono. Este personaje tiene una historia muy amplia, la cual nos habla de la búsqueda de la inmortalidad.

El Rey Mono Sun Wukong nació de una piedra mágica, procedente del caos, en las montañas Huāguǒ-shān. Tras unirse a un clan de simios, Sun Wokong demostró su valor lanzándose por una cascada y hallando tras ella un nuevo hogar para los monos, los cuales le nombraron rey. Sin embargo, el Rey Mono se hizo consciente tras la muerte de un semejante que algún día le llegaría la hora, con lo que decidió partir en búsqueda de la inmortalidad, disfrazándose con ropas humanas.

Tras partir encontraría a un gran maestro budista, el cual pese a sus reticencias iniciales termina por acogerle, darle su nombre y mostrarle grandes habilidades como la capacidad de transformarse o de dar impresionantes saltos de casi un centenar de kilómetros.

Pero un día, y tras ver cómo el Rey Mono utilizaba sus dones como un espectáculo, el maestro decidió echarlo del templo. Tras acabar su formación este ser realizó numerosos viajes con el fin de alcanzar la inmortalidad. Entre ellos destaca el viajar al Palacio del Rey Dragón del Mar del Este, de donde robaría la vara Ru Yi Bang que mantenía el equilibrio de los mares que posteriormente se convertirá en su arma (algo que generó graves cataclismos) y con la cual obligó a los grandes Reyes Dragón a darle equipamiento mágico. También viajó al Inferno para tachar su nombre y el.del resto de monos del libro de la vida y la muerte.

inmortalidad, nada podía matarlo. Sun Wukong fue encerrado en el Horno de los Ocho Trigramas, donde ardió hasta que el instrumento explotó. Pero ello no bastó para acabar con él.

El emperador solicitó la ayuda de Buda, quién desafío al Rey Mono y apostó con él que era incapaz de saltar más allá de la palma de su mano. Si lo lograba sería nombrado emperador, y si no, sería encerrado. Sun Wukong aceptó la apuesta y saltó, hasta lo que él creyó era el fin del Universo en la que sólo podía ver cinco columnas. Orinó en ellas para marcar hasta donde había llegado. Al bajar, sin embargo, descubrió que esos pilares eran los dedos de Buda; había perdido su apuesta. Intentó escapar, pero Buda lo selló en la Montaña de los Cinco Elementos por toda la eternidad.

Siglos más tarde sería liberado por el monje Tang, a quien ayudaría en su viaje para recuperar las sagradas escrituras para China (eso sí, y con la ayuda de una banda a mágica que hacía que el monje pudiera generarle gran dolor en caso de necesidad).

PESADILLAS :Leyendas Urbanas de chinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora