Esta carta es para ti...

26 6 4
                                    

Seúl 15/04

Querido Jimin.
Mi querido Jimin... no sé cómo empezar esto, todo lo que te voy a decir ahora en adelante no hablaré yo, sino mi corazón.
Desde el primer momento en el que te vi me entró una gran curiosidad de saber quién eras, quería saber sobre lo que más te gustaba, lo que más te desagradaba, tu color favorito hasta tu canción preferida quería saber todo, sin embargo, tenía miedo.
Y te preguntaras ¿miedo a qué?
Simplemente era el miedo a que me llegara a gustar un hombre y no una mujer, tenía tanto miedo de que mis sentimientos siguieran creciendo, miedo a sentir que esto me gustara cada vez más, además, tenía temor sobre el qué dirían mis padres y los demás, así que me lo guardé en lo más profundo de mi corazón y nuevamente fingía ser alguien que no era.

Con el pasar de los días me gustabas más y más, me encantaba ver como tus ojos se formaban unas pequeñas lunas cada vez que sonreías, amaba escucharte, me volvía loco cuando me abrazabas, mi corazón latía demasiado rápido cuando me decías ''te amo''. Con esas dos simples palabras llegué a sonreír hasta que mis mejillas dolieran, pero con el tiempo pude ver que tenías a una persona especial, a la cual la veías con amor, en tus ojos aparecían pequeños brillos, cada momento que veías a esa persona tus ojos se formaban unas pequeñas galaxias de las cuales se encontraban acompañadas con una preciosa sonrisa. Quiero admitir que quería ser esa persona, pero desde lo más profundo de mi alma sabía que nunca me verías de esa manera, sabía que nunca me ibas a mirar como lo hacías con él.

Me guardé estos sentimientos en el fondo de mi corazón, pero tú me la ponías muy difícil, te acercabas a mí con una gran sonrisa, me abrazabas y acariciabas mi cabello, para luego contarme acerca de tu día.

Tú me mencionabas que era alguien de pocas palabras, y no era así, la verdad es que yo soy una persona a la cual le gusta hablar demasiado, le gusta comentar sobre algún tema que viniera de la nada, pero contigo permanecía callado porque me gustaba escucharte, me gustaba ver cómo tenías un brillo en esos pequeños ojos, para mí escucharte era un momento tan apreciado en el cual yo me sentía en paz.

En la última semana de clases me aleje de ti, nunca fue por una mala razón o por algún error tuyo, fue porque mis sentimientos hacia ti cada vez crecían más y más, no podía controlarlos y sabía que se iban a salir de control, también el miedo seguía existiendo, no desapareció.

Recuerdo que a mitad de las vacaciones de verano comencé a preguntarme ¿quién era yo? ¿Qué es lo que en realidad sentía por ti? ¿Era amistad o amor? Semanas después tuve mi respuesta, me di cuenta de que en realidad te amaba, quería estar contigo sin importar de que seas un hombre.

Cuando las clases empezaron otra vez seguías igual de hermoso con tu cabello negro, tus ojos cafés oscuros que delante de ellos habían unos lentes que te quedaban a la perfección, tus labios regordetes de color rosa pálido, tus manos pequeñas que encajaban con las mías como si fuesen un rompecabezas, tus piernas cortas, todo tú eras perfecto delante de mí, no me importaba lo que los demás decían para mí eras todo.

Recuerdo cuando nos dimos nuestro primer pico no accidentado hasta el día en el que nos hicimos pareja.

Gracias por amarme, por aceptarme como soy, gracias a ti me sentía amado, gracias por darme muchos momentos en los que lloré de alegría y tristeza, por haberme sacado tantas sonrisas, gracias por tomar mi mano sin avergonzarte de mí, en serio gracias no sé cómo agradecértelo.
Solo no olvides que te amé demasiado y lo sigo haciendo a pesar de todo, me enamoré de cada parte de ti, desde lo más pequeño hasta lo más grande.
También quiero que me perdones por todo lo malo que cometí, perdóname por todo, quería que fueras feliz conmigo, pero solo llegue a dañarte.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi carta «kookmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora