ENIGMAS DEL AMOR

Caótico

Y es que no crea en el amor, porque soy una loca bohemia que se muere por amar; no es el punto, todo se basa en los hechos, y el amor me había dado tanto de qué hablar, y tener el poderío como para hacer danzar mi alma en repetidas ocasiones, pero ¿qué es el amor?; pregunta merecedora de ser respondida. Así como hace unos días escuché a un personaje en una serie estadounidense: "El amor es un concepto subjetivo, es como cuando te adueñas de algo, o simplemente creas algo. Único, e irrepetible. "; consecuentemente pensé en que, lo que para mí era el amor, para otras personas podría ser aterrador, o actos retorcidamente locos. Sin embargo, los conceptos que creo del amor son cambiantes, inigualables. El amor está por encima de las barreras creadas por nuestra mente, y, aquel que ama, está jodidamente condenado a un sin fin de sensaciones, y sí, es una condena con belleza, porque, siendo sincera, ¿quién no querría ser eternamente condenado a amar?
Ahora, cuando sé que el amor va más allá de un concepto, y que la sensación es infinitamente subjetiva, y que condenaría mi alma para amar, podré entender las entradas a lo desconocido. Dudas surgieron cuando el infinito subjetivo, llamado "amor " se acercó a mí y suavemente unió sus labios con los míos, y, a pesar del abundante arte que nos rodeaba, yo amaba ese pequeño infinito que sucedía en mi alma, lo que significaba que la mejor obra de arte era la que sentía en aquel preciso instante, que su mirada fulminante, ensoñadora, me gritaba que amaba aquel momento y en nuestras inmensas almas bohemias surgían las bellas flores de primavera. Desde que ese suceso marcó mi cuadro de experiencias, no he dejado de pensar en lo que en verdad significaba el amor.

Por otra parte, amaba los detalles del amor que me quería ofrecer esa hermosa alma desde hace cuatro veranos. Amaba verle feliz. Éramos, o mejor dicho, somos inseparables. "Él uno para el otro", muchos decían... Vaya afirmación, nunca lo creí, nunca fue fácil creerle a las personas inmundas que creen tener derecho de comentar lo que se les antoje. Apreciaba el arte de su alma, y me enamoré de ésta. Maldita alma, que sin duda la definiría como perfecta; sólo que hay algo que he aprendido; si conecto con alguien desde el primer instante, y lo que surge enseguida es química, no dudo en sumergirme en ella, y divagar en su alma, por el simple hecho de ser una atracción hacia mi alma. Bello ser que te transformaste en mi vida, y me enseñaste lo que una persona puede brindar cuando está con el arte puro de amar. Te quería, y por ese hecho, casi todo se convirtió en costumbre, y sí que lo odio. Tedioso. Todo fue tedioso. El amor que me hacías sentir era cuando tu sexo entraba en mí y en repetidas ocasiones me mencionabas que me amabas. Qué locura. Fue tan inútil haber sido tan versátil contigo. Entregué todo, pero sin estar locamente enamorada. Y aquello es lo que aún no logro comprender. Desde que conocí tu alma, parecía que la conociese de toda la vida, y eso fue lo que me atrajo, aun sabiendo que la comúnmente llamada "química", no existía, aquella preciosa conexión que anhelaba tener, no existía, y me enamoré sin tenerla. Y, sin planearlo, llegó a mi corazón directamente aquella loca alma bohemia, perdida, desahuciada, con ansias de descubrir el amor, y me atrapó, con sus garras de dulzura, y miradas ardientes, con sed de amar. ¿¡Qué difícil es amar y entender el arte de amar!?
Dos experiencias maravillosas, una más larga que la otra, una con una conexión más grande que la otra; pero amando esas dos almas, aquellas miradas, ¿qué haría entonces?
El amor ha sido para mí, actos inconclusos, y, aquellos infinitos subjetivos se habrían convertido en mis noches de desvelo y desesperación. El amor se trata con cuidado, y si no, te destruye, lo he sentido, y me lo han demostrado, y realmente quisiera entenderlo, porque se puede confundir el amor con la obsesión, con el desdén, con sólo atracción, con sólo química, con tan sólo efímeras sensaciones. Es inmenso y quisiera existir lo suficiente como para descubrirlo, y vivir, amar, y ser amada, por supuesto.