23 de enero del año 1996.
-"El muy reconocido psicólogo, el doctor Jerry Hood, anunció que se abrirán las puertas del internado de rehabilitación Winterhood. Hemos filtrado información de que aún se está buscando a una persona para completar el personal"- dijo una reportera en la televisión, antes de que la apagara.
Me exalté al escuchar el sonido atormentador del teléfono fijo, era una llamada de un número desconocido. Contesté y del otro lado de la línea una voz sombría y espeluznante habló.
-Buenos días, doctora Callum. Disculpe si la interrumpí, pero tenía una propuesta para usted -dijo el doctor Hood, sentí una presión en la espalda.
-Buenos días igualmente. No ha interrumpido, doctor Hood. Es un placer hablar con usted, ¿sobre qué se trata la propuesta? -contesté lo más tranquila que pude, la voz del doctor Hood es realmente intimidante.
-Como bien sabrá, inauguraré hoy el Internado de Rehabilitación Winterhood. Quería pedirle que formara parte del personal, he escuchado que a pesar de tener sólo 19 ya se graduó en psicología, con excelentes calificaciones además. Me vendría bien su ayuda.
Mi estómago se revolvió.
-Yo realmente... -comencé a decir pero me interrumpió.
-Lo sé, es una grandiosa oportunidad y está afónica, lo entiendo. La espero afuera de Winterhood a las 2, justo ahora están trasladando a los internos. Fue un placer hablar con usted- dijo y cortó la llamada.
"¿Qué carajos acaba de pasar? ¿Ahora trabajo en Winterhood? ¿¡A las 2!? ¿¡QUÉ MI#RDA!?"
Miré la hora en el reloj de pared de la habitación, eran las once en punto. Me metí al baño, me vestí, me arreglé y me fui a Twistcoffe*.
Ya en la cafetería le escribí a Ryan para que nos viéramos allí, a los 15 minutos llegó.
-¿Qué pasó? Me escribiste unos 30 mensajes... -dijo, sentándose frente a mi en una pequeña mesa junto a la ventana y tomando un sorbo del café que le había pedido.
-Oh, no pasó nada interesante. William Hood me llamó, trabajaré en Winterhood y mira, ¡se me rompió una uña! -dije con tono sarcástico, él se ahogó con el café.
Comenzó a lanzar preguntas a la velocidad de la luz, él admiraba demasiado al doctor Hood. Yo me limité a asentir y negar con la cabeza.
-¿Cómo es que no estás emocionada? ¡El millonario doctor en psicología William Hood te contrató para trabajar en el manicomio más grande del país! Yo estaría llorando de felicidad.
-Trabajar en un lugar grande implica grandes peligros. Aunque tenga mucha seguridad y toda la cosa, nada nos promete que no se escaparán todos los internos y nos matarán.
Él se quedó callado y luego siguió halagando el gran trabajo de William Hood. Terminé aburriéndome del café y le propuse ir a almorzar.
Obviamente no se negó, tiene un agujero negro en el estómago.
Luego de comer, la hora pasó muy rápido y cuando quise darme cuenta ya era la una y media. Fui corriendo a mi departamento (que quedaba a unas 5 cuadras del restaurante), volví a bañarme, me vestí y encendí el auto.
Me frené antes de arrancar, sentía nervios. Una sensación de miedo. La sensación que se tiene cuando se va a entrar en lo desconocido, como una niña pequeña que no quiere entrar en una habitación oscura. Pero me llené de valor y conduje un par de kilómetros hasta llegar a la gigantesca entrada de mi nuevo infierno.
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Manicomio Winterhood.
Mystery / ThrillerLa doctora Lucy Callum tiene que luchar día a día con distintos casos de los internos del manicomio Winterhood. La mayoría de los cuentos retorcidos le han dejado algunos traumas a ella también, ¿cómo evitar volverse loca si su vida radica en la loc...