Constantine

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"Aquel que posee la lanza del destino tiene el destino del mundo en sus manos. La lanza del destino desapareció durante la Segunda Guerra Mundial"

Frontera mexicana - estadounidense

Dos hombres estaban en la frontera que conectaba con los Estados Unidos, jamás pasaba algo interesante ahí ya que solo se dedicaban a buscar el pan de cada día hasta que uno de ellos sufrió un pequeño accidente. Cayó dentro de una pequeña cueva encontrándose con una tela roja con un extraño símbolo en él pero no sería todo — ¿Manuel? ¿Todo bien? — pregunta si compañero preocupado pero no obtuvo respuesta alguna.

Manuel estaba hipnotizado con una lanza reluciente color dorado, su respiración se agitó con fuerza que ignoró a su amigo mientras salía de la cueva y el susto volvió aparecer; un pequeño grupo sonó por todo el lugar.

— ¡¿Manuel?! — Exclama pero todo se quedó en silencio al ver aquel auto todo destrozado y su amigo salir como si nada hacía la dirección contraria.

El cielo y el infierno empezaban una guerra celestial por el mundo humano ¿Acaso el Apocalipsis estaba cerca? ¿El diablo llegaría a la tierra a gobernar mientras Dios los abandonaba? Se podía sentir el peligro llegar.

Ciudad de Los Ángeles

La gran ciudad, llena de personas de diferentes culturas y religiones además de ser el epicentro mayor de bandas callejeras de diferentes etnias pero como toda ciudad guardaba un gran secreto. No solo estaban los humanos, demonios, vampiros, hombres lobo, etc. Cualquier cosa sobrenatural estaba viviendo en esas calles — Bien Constantine, te he conseguido un caso más de una niña siendo poseída...lo usual. Vi que no podía solo así que recurrí a ti — Exclama un padre regordete un poco nervioso ante aquella presencia.

Constantine un hombre serio y atractivo con el peor carácter realmente era muy contados los que toleraban a ese hombre, además de que tenía una severa adicción a los cigarrillos desde que era un adolescente — Lo que sea está bien, solo terminemos con esto —

Ambos caballeros bajan del taxi y entran a unos condominios, podía sentir la mirada de todos sobre él la mayoría con curiosidad y duda pero no los culpaba, la mayoría ni siquiera eran humano. El padre le indicó en donde ir vaya sorpresa que se llevó y llevó sus manos a su rostro, una adolescente de 15 años arada a una cama mientras gritaba en latín como burla a Cristo ¡Maldicion! ¿Qué fijación tienes los demonios por las más jóvenes? Tenía que tener mucha preocupación para no lastimarla, o jamás podría ser bien visto en el mundo en que se movía.

— Lárguense todos ahora, solo necesito un espejo y a ti Henessy. Esto será demasiado — Una sonrisa maliciosa sale de esos labios coquetos y Henessy simplemente soltó un suspiro largo, tampoco esta noche llegaría a ver su programa favorito.

— Le diré a Chas que mueve el auto —

Ciudad de Los Ángeles, cuartel oficial

Del otro lado de la ciudad Anthony Stark llegaba como nuevo oficial aunque no le gustaba para nada estar aquí ni mucho menos realizando el trabajo de su hermano pero su padre le obligó a estar con ahí. Pero esta noche había decidido visitar una iglesia, su hermano gemelo era muy devoto y seguía el camino de Dios tanto que tuvieron que ingresarlo a un hospital psiquiátrico.

— Bendígame Padre, he pecado. He vuelto a matar en nombre de la "justicia" realmente no lo gozo pero no se que hacer pero es parte de mi trabajo. —

— Muchos policías pasan 20 años sin disparar un arma —

— ¿Por qué yo siempre sé dónde están estos tipos padre? Hacia donde disparar o apuntar ¿Acaso es un don? Mejor dicho ¿Una Maldicion? Me pregunto si pasa algo malo conmigo, siento que estoy maldito —

— Dios tiene un plan para ti, uno para todos nosotros. No debes permitir que la culpa opaque tu FE —

Tony soltó un largo suspiro y regresó a casa donde fue recibido por su pequeño gato, Morgan, se desvistió y se fue a la ducha para recostarse — Lo estoy intentando cada día, como no tiene idea — susurra.

Era un hombre solitario que se dedicaba solo a trabajar en sus casos jamás imagino estar aquí ya que preferiría Nueva York pero tras el ataque psicótico de su hermano tuvo que tomar su lugar por órdenes de su padre. Había acabado con una relación de años con Steve Rogers ¿Por qué? Por el sargento Bucky Barnes o como se llamará y vaya que fue la burla de todo la oficina ¡Creyó que era sus amigos Clint, Natasha, Thor! — Que estupido fui — susurra. Ahora estaba solo en esta ciudad tan ruidosa, tan extraña, sentía que no era del todo bienvenido aquí por sus compañeros e inclusive su padre dudó en hablarle de ciertas cosas acerca de esta ciudad ¿Que tanto era realmente?

Aunque tampoco quizo darle importancia al menos no ahora que tenía mucho sueño.

— ¿Dónde estoy? — susurra.

Despertó en un extraño hospital ni siquiera sabía en cuál estaba ni mucho menos como terminó con una bata blanca que le hacía sentir frío pero tenía un impulso de ir al techo de dicho lugar para sentir aquel viento golpear sus mejillas aunque el dolor punzante en sus brazos le distrajo por un momento. ¿Qué son esas marcas extrañas? Sus piernas se movían por sí solas con lentitud y calma, hasta llegar al techo — Gregory — susurra antes de dar un brinco sintiendo un dolor de dolor extremo en sus espalda seguido de mucha agua.

Despertó sudando y con la respiración agitada tras esa horrible pesadilla hasta que su celular sonó — Sr. Stark, malas noticias sobre su hermano... — un suspiro se escuchó del otro lado de la línea — Está muerto —

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