Curiosidad.

9 0 0
                                    

Otra noche más en la morgue, pasillos sombríos y fríos, silenciosos y solitarios. Sebastián está solo, su compañero, Gregory, no fue a trabajar, según él se le presento un problema familiar. A Sebastián no le importa en lo mas mínimo estar toda la noche solo entre cadáveres; su actitud y conceptos, que para mucho es motivo de miedo, le genera un gusto mórbido por las artes mortuorias. En su adolescencia perteneció a una secta de "satánicos de fin de semana", como él les cataloga ahora, fue entonces donde descubrió su apasionamiento por estos temas que fueron matizados por la música heavy metal, lecturas de los relatos de Edgar Allan Poe y otras cosas más. Es muy solitario, habla poco, es difícil intuir que esta pensando, solo conversa abiertamente con dos personas tan o más extrañas que él llamada Kulja y Criptus. No tiene novia y es huérfano de padre y madre, los cuales murieron cuando el tenia algo mas de 7 años.

Ya pasan de las 3 de las madrugada del sábado, todo estaba muy callado, Sebastián leía "cuentos de intriga y terror" era la 10ma vez que lo hacia en menos de 5 meses, estaba el cuento llamado "entierro en vida" que trata, como tantos otros escritos por el autor, de casos de catatonía y entierros en vida, vaya. En los pasillos comenzó a retumbar el gritar frenético de unas ambulancias, varios camilleros, cuerpos quemados, desmembrados, el olor a carne quemada dominó los corredores de inmediato, uno de los camilleros gritó:
- ¡Oye! Sebastián, aquí te traemos un poco de chicharrón.
- ¿De donde traen tantos cuerpos quemados, un incendio?
- En verdad son unos 150 cuerpos, los demás están en otra morgue, pero ya no cabían allí y te trajimos unos cuantos.
- ¿Donde fue el incendio? no me has dicho.
- Fue una explosión de un camión gasolinero en la autopista, se dice que fue una balacera de dos vehículos la cual provocó la explosión.

Ya habían ingresado algo más de 15 cadáveres, cuando sacaron el cuerpo de una jovencita que no estaba quemado.
- ¡Hey!, Sebastián, ven a ver esto, no todo es chicharrón.- Sebastián observó el cuerpo, no tenia quemaduras, ni golpes externos, la joven aparentaba tener unos 18 o 20 años, era de piel clara, cabello rojizo, estaba vestida con ropa de piel, al parecer conducía una motocicleta, ya que entre sus pertenencia relucía un casco, el cual tenia pintado un cráneo azul envuelto por una rosa negra, también se notaban dos abolladuras producidas por balas, las cuales no traspasaron el casco, pero talvez produjeron un fuerte impacto en el la cabeza.

Ya todos los cuerpos estaban engavetados, y listos para ser examinados. Sebastián volvió a su habitual y placentera rutina. Muerte por quemaduras de tercer grado, politraumatismo craneal, asfixia, hasta que llegó ella, la desnudó, su cuerpo quedó al descubierto, solo tenia unos cuantos laceraciones. Era extraño, su cuerpo conservaba un leve tono rojizo en las mejillas y los labios, lo cual no es habitual en un cadáver. Inclusive, su piel estaba fría pero no al grado común para su estado, la causa mas probable de muerte debe ser algún golpe interno producido en el accidente, tal vez una caída o el impacto de las balas que aunque no traspasaron el casco pudieron causar un fuerte golpe. Sebastián la observó, vio sus partes intimas, sus senos, esos muslos, una piel suave, era una bella mujer, que a pesar de su estado se veía muy bien; recordó el largo tiempo que había pasado desde que se acostó con una mujer o tuvo una eyaculación, cientos de pensamientos pasaron por la mente de Sebastián, - ¿Por qué no? Nadie se dará cuenta.- Además está en muy buen estado, pero ¿qué coño estoy pensando?-unos minutos pasaron y su mente volvió a ser atacada por los pensamientos -Sí, lo haré, a qué le he de temer.-

Aunque ella estaba muerta, él comenzó a besarla lentamente (quizás eso le hacia sentir que estaba viva y le hacia menos pesada la acción) lamió sus senos, incluso, los mordió.
Fue entones cuando sintió algo extraño, - ¿Se movió, respiró? No-pensó que era efectos ilusorios inducidos por la situación. Continuó con sus caricias, abrió sus piernas y -¿Mmm? Esta húmeda.-aunque los fluidos no eran abundantes, estaban presentes -debe ser un reflejo corpóreo, así como los espasmos, bueno, eso re facilita el trabajo-no disponía de preservativos así que tomo un guante elástico y lo humedeció con un gel que utilizaba para... sabrá Dios qué, aunque un poco apretado el guante cumplía la función de condón. Su verga penetró con relativa facilidad en el coño de la occisa, estaba en la posición del misionero, ya que resultaría muy difícil adoptar otra. Comenzó a embestirla con fuerza rápido, su cuerpo desnudo estaba en total contacto con el de ella, calor, pero... ¿de quien era? No había momento para incógnitas, solo para buscar la codiciada eyaculación, pero, fue entonces cuando unos brazos rodearon su cuello, unas piernas que lo aprisionaron y una boca que comenzó a gemir de placer.

Sebastián intento soltarse, gritó preso del miedo y el desconcierto, pero ella lo apretó y movía su pelvi, al parecer en busca de un orgasmo. Sebastián logro librarse de ella, la observó aterrorizado, pero, se calmó rápidamente, el hombre intelectual superó al animal, pensamientos lógicos dedujeron que ella estaba en un estado catatónico. -¡Estas viva!- ella suspiró, se incorporó, se sentó en la camilla, -Sí, estoy viva, gracias a ti, estaba conciente, o al menos sentía lo que ocurría a mi alrededor pero no podía moverme, ni actuar en lo mas mínimo, pero al sentir como me besabas, comencé a tomar mas conciencia de mi cuerpo, hasta que logre salir de ese estado. -él la observó a los ojos, y le preguntó- Y entonces ¿qué ocurrirá ahora? Ella le sonrió picaramente y respondió -Terminaremos en vida, lo que empezaste en muerte

Cdts a su autor...

#coraline

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Terminar En Vida Lo Que Comenzó En La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora