Capítulo 15

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— No deberían estar aquí, chicos. — habló Emma, con voz cansada, una vez salieron de la casa o lo que quedaba de ellas. — No tardarán en venir aquí, y lo saben.

— Es preferible a verte morir cuando podemos hacer algo. — contestó con firmeza Rei, serio, con lágrimas en los ojos.

— Rei...

— Mamá, sé que suena imposible, pero... Nosotros vendremos por ustedes. — habló esta vez Norma, con una sonrisa temblorosa y algunas lágrimas saliendo de sus ojos. — Vendremos por ti y por Gil y los demás... Sólo, espérenos, ¿Sí?

Emma sonrió, dejando algunas lágrimas caer. Los abrazó a ambos, ignorando sus heridas; acarició sus cabellos, y los besó a ambos en las frentes, haciéndolos sonreír levemente.

— Los amo, Rei, Norma.

— También te amamos, mamá. — dijeron ambos, llorando en silencio. Emma los soltó, siendo esa la despedida. Les sonrió una última vez, para luego verlos correr, tomar a Nike, adentrándose en el bosque.

Gil se acercó a ella al igual que los demás, preocupado. Emma les sonrió, tranquilizándolos; hicieron que se sentase y recargase en el tronco del árbol. Lo bueno, es que Rei y Norma habían anticipado lo que su madre haría, por lo que les dejaron un botiquín.

Mientras Zary era cargada por uno de sus hermanos, Gil se ocupaba de curar a su Mamá en lo que podía, retirando esas tijeras y desinfectando la herida, con cuidado; Emma estaba un poco apenada, pero se dejaba hacer.

— Mamá, ¿Qué pasará contigo?

— ... Estaré bien, Gil. — le sonrió débilmente, acariciando con delicadeza sus cabellos. Los demás niños se acurrucaron contra ella, teniendo cuidado de no lastimarla. — Mis niños por favor, cuídense mucho entre ustedes y sean valientes.

Ellos asintieron, disfrutando de esos últimos momentos con su madre. Pues pronto los superiores vendrían y se la llevarían. Emma les cantó aquella melodía, tranquilizándolos por el momento.

— Rei, Norma, cuídense mucho entre ustedes, y protejan y cuiden a sus hermanos. También cuento contigo, Emi.

...

— ¿Cómo está Mamá? — preguntó Laín, al recibirlos. Rei ataba a Nike con Norma, pues la pequeña comenzó a sentir vértigo de sólo ver aquel barranco.

— Mamá está bien. — aseguró Norma, con semblante decaído, acariciando los cabellos de Nike.

— Volveremos por los demás y por Mamá. — aseguró también Rei, determinado. Laín los miró como si estuviesen diciendo o hablando en otro idioma.

— ¿Cómo?

— Sé que suena una locura, pero es verdad. Se lo prometimos a mamá y lo cumpliremos. — dijo Norma, un poco más animada, miró a Rei. — ¿Cierto Rei?

— Es un hecho.

Laín rió.

— Ustedes sí que hacen lo imposible, posible.

— Somos hijos de Emma, ¿Qué puedes esperar?

— ¿Eh? ¿Emma?

— Sí, Mamá se llama Emma. Y es nuestra madre biológica. — Laín y Nike los miraron con asombro. — Lo sé, muy loco, ¿No?

— Creo que todos merecemos una explicación sobre eso después. — colgó su propio gancho, yendo para el otro lado.

Norma miró a su hermano, quien miraba hacia donde antes estuvo Grace Field. Sonrió levemente.

Pour Mes Enfants  [The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora