🐱Epilogo🐱

423 27 1
                                    

Era víspera de Navidad, y a pesar de que Joel tenía ya cincuenta y cuatro años, casi cincuenta y cinco, estaba corriendo de aquí para allá, supervisando todos los preparativos para la fiesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era víspera de Navidad, y a pesar de que Joel tenía ya cincuenta y cuatro años, casi cincuenta y cinco, estaba corriendo de aquí para allá, supervisando todos los preparativos para la fiesta.

-¡Por última vez, las servilletas deben estar dobladas en seis, no en cuatro! ¡Y los moños debían ser color borgoña, no rojo rubí!

Ya entrado en años, su cabello estaba canoso a los costados de su cabeza y en la punta de sus orejas, al igual que en su cola. Su rostro tenía algunas arrugas alrededor de los ojos, la boca y en la frente (tanto levantar las cejas sarcásticamente cobraba su precio), y estaba un poco más redondo; aún así, sus ojos mieles todavía brillaban con vitalidad, fiereza y descaro, fulminando con ellos a quien se atreviera a desafiar su autoridad.

Una risueña carcajada se oyó desde las escaleras, y el hombre gato volteó a ver a su marido, manos en sus caderas y una ceja arqueada.

Christopher , a sus cincuenta y dos años, aún tenía el cabello hasta los hombros, con algunos mechones plateados . Sus labios seguían igual de rojizos que en su juventud. También tenía arrugas en las comisuras de la boca y los costados de los ojos, pero eso sólo le daba un aspecto más jubiloso. Sus ojos chocolate claro aún eran alegres, cálidos y profundos; seguían siendo unos ojos en los cuales podrías perderte por horas y horas.

-¿De qué te ríes, Christina? Esto es serio—- dijo el mayor.

-Tú no cambias nunca, ¿verdad?—- rió—- Es tu cumpleaños, creo que deberías relajarte un poco-— dijo el ojialmendra, bajando las escaleras y caminando hacia el rizado. Envolvió sus brazos en la cintura de su esposo y le dio un pequeño beso en los labios.

-No puedo relajarme ahora, en menos de una hora llegarán los invitados, y quiero que todo esté perfecto y reluciente.

Christopher lo abrazó más cerca a su cuerpo, apoyando su mentón entre las orejas del ojimiel.

-¿Por favorcito? Me gusta cuando estás relajado y feliz, minino.

El híbrido olisqueó el pecho de su amante, frotando su rostro contra su camisa y ronroneando con satisfacción.

-Amo que me digas minino, nunca voy a cansarme de eso-—enrolló su cola en la pierna del castaño—-. Aunque... "gatita" no se queda atrás.

El tatuado soltó una risa, haciendo que su pecho vibrara, y a Joel ronronear por ello.

-Te amo más que a nada en el mundo, mi Joe—- murmuró en su cabello.

-Sabes muy bien que también yo a ti, Chris—- sonrió, presionándose tanto contra el menor que sus cuerpos parecían fundidos.

Entonces, se oyó el timbre, y el cuerpo de Joel se tensó.

-¡Ya llegaron!—- chilló, sujetándose el rostro entre las manos, despavorido.

Meow?😻 † Adaptación †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora