- Chris, no - dije.
- Estamos solos, solo uno.
Aparentemente el baño se había convertido en nuestro lugar de encuentros, no era lo más lindo pero era el único sitio en donde podíamos estar aunque sea un minuto a solas.
Christopher llevó el dedo índice a su boca al sentir un ruido, ni siquiera pudimos terminar con nuestro beso.
- De seguro fue el viento - susurró.
- Hay que salir de aquí.
Evidentemente no había nadie y no nos tomamos la molestia de quedarnos por más tiempo ahí.
Caminamos por las calles cercanas al colegio, era evidente que queríamos pasar más tiempo juntos.
- ¿Y si me das la mano? - preguntó.
- No Chris, no.
- Intentemos, solo esta calle.
- Hay gente, prefiero que no, de verdad - respondí.
- Quiero perder el miedo, pero quiero que lo hagamos juntos Erick.
Tomó mi mano esperando a que me decida a caminar, me costó bastante, me tomé mi tiempo.
Estaba temblando entero, algunas personas nos miraban curiosos, otras murmuraba cosas y otras simplemente nos veían con normalidad, sin gesto alguno.
- Que falta de respeto - escuché.
Me giré a ver la cara de la persona que había dicho eso, me sorprendí al ver que era una chica posiblemente menor que nosotros.
¿Qué educación le estaban dando los padres a sus hijos?
Solté el agarre de Christopher dejándolo atrás, esto fue demasiado pronto.
- Erick - tomó mi brazo deteniéndome.
- Solo vámonos de aquí.
- Lo siento, tú no querías.
Evité ponerme en un estado que lo haga sentir mal, ni siquiera era culpa de nosotros.
Traté de correrlo un poco al costado, quería darle un abrazo sin las incómodas miradas.
- No te preocupes, estoy bien.
- Solo quería...
- Sé lo que querías, no quiero que te sientas mal, no hicimos nada malo.
Dejé pequeños besos en su mejilla, este mal momento no podía ser más fuerte que nosotros.
- Uy mira - dijo un hombre adulto.
Nos separamos de inmediato, como si ya estuviéramos con la idea en mente de que era lo que debíamos hacer en estas situaciones.
El mismo hombre lanzó un beso al aire, claramente era para nosotros, otro de los cuántos actos homofóbicos mal intencionados.
- Par de maricones - habló su acompañante.
- Un asco.
¿Por qué quedarnos callados? Porque teníamos todas las de perder, éramos dos chicos frente a dos adultos y un par de personas atentas a lo que pasaba.
Decidimos salir de ahí de una vez por todas, el silencio entre ambos era bastante incómodo.
- Chris.
- ¡Nos quedamos callados!
Notar sus ojos invadidos por las lágrimas fue como una puñalada.
- Fue lo mejor.
- No lo fue, lo sabes.
- ¿Y que quieres hacer? ¿Volver para que nos repitan esas malditas frases? ¿Para que nos golpeen y nos traten como basura?
- ¡Entiéndeme!
Sequé una vaga lágrima que cayó sin que yo quisiera, tomé aire para intentar calmar todo esto.
Tomé su cara depositando un beso en su mejilla, había sido mucho por hoy en tan poco tiempo.
- Nos vemos mañana, te vas con cuidado - dije.
Caminé sin volver la vista atrás, esto era difícil para ambos, y cada uno debía buscar la manera de tranquilizarse.
Apenas llegué a mi casa subí a mi cuarto para encerrarme, llorar a solas sin nadie que me entienda o simplemente me escuche.
Chris 17:41 pm.
¿Ya estás en tu
casa? 🙁
Erick 17:42 pm.
Sí ¿tú? 🙁
Chris 17:42 pm.
Sí.
Erick 17:44 pm.
😢😢😢😢
Chris 17:45 pm.
Te quiero 🙁❤
Erick 17:46 pm.
Te quiero ❤
