Era una mujer que estaba en la ruina, su familia fue de la alta élite lunaísta, pero ahora vivían en las asquerosas ruinas, en una condición deplorable. Todos en su familia gastaron sus riquezas en vivir bien en esos primeros años que recién los habían exiliado del reino de la insensible Ank. Creyeron que su hija ya que era una omega podría ser la esposa de alguna alfa de la realiza, pero eso nunca sucedió. Dado a la rebeldía de Suh Namûn y su no tan atractiva complexión, ojos muy grandes y negros, una piel trigueña llena de pecas y lunares que escondían la poca belleza de la joven, pues había que admitir que tenía unos labios hermosos. Ninguna noble se interesó por ella, era malcriada además, por lo que su futuro se vino abajo y sus riquezas de igual forma se fueron tratando de aparentar mientras conseguían su meta que ahora estaba perdida.
Tenía que traicionar a su propia fe, a su familia y todos sus principios, pero ya no podía seguir sufriendo en ese lugar que se estaba pudriendo cada día. La única forma de poder ascender o siquiera tener una vida digan fuera de esas ruinas nefastas, era tener una hija con una Astroísta, haría lo que sea para poder lograr su objetivo.
-¿Que haga qué?- Suh Namûn jamás tendría una mejor suerte en su vida, le habían dado el trabajo perfecto, seducir a una gran noble que vendría con una larga caravana llena de provisiones para la reina.
-Así es, no me decepciones o tendrás que quedarte en la pandilla, solo así puedo ayudarte a que obtengas un poco de dinero. -Su prima Arh Sherä, era la líder de la pandilla de ladronas, su fuerza, poder y prestigio eran muy grandes para todos dentro y fuera de las ruinas. Alabada por sus seguidoras y buscada a muerte por el reino Astroísta. Suh Namûn no podía fallar, si eso sucedía, por su culpa la autoridad de su prima sería puesta en duda y no tendría más remedio que unirse definitivamente a la pandilla y pagar de cualquier forma cualquier daño hecho. Arh Sherä tenía toda una red de ventas ilícitas, prostitutas y drogas, así que ninguna opción era conveniente, por ahora.
-Tus prendas te serán dadas un día antes, si las pierdes o vendes tendrás que pagar por ellas, naturalmente.- Le decía sin darle la cara, puesto que estaba por montarse a su camello e ir a una reunión con la pandilla.
-¿Tanto valor tienen esos estropajos?- sus ojos daban puertas abiertas a su preocupación.
-Ya sabes que robamos a grandes aristócratas, Suh Namûn .- La respuesta era obvia, los vestuarios de la mayoría de las nobles eran confeccionados a medida en Lyor, pero las telas venían desde lugares muy lejanos desde el este, junto con pedrería de las famosas minas de Ürk.
Suh Namûn por un momento dudó, no tenía cómo pagar algo tan valioso. Pero no podía echarse atrás, su futuro ahora dependía de ello, debía cuidar ese hermoso vestido de tonos rojizos con su propia vida.
*Autora* Disculpen mi tardanza, pero la niña decidió comenzar la historia en tiempos de final de periodo en la universidad. Por favor comenten cualquier error o lo que les parezca extraño, a veces escribir solo en femenino se me olvida y se queda en masculino alguna palabra, agradeceré si me corrigen.
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Hija de la Luna
FantasyDonde la Madre Luna quiere una descendiente al costo de sus fieles. Contenido lésbico. Omegaverse femenino. *Inspirada en la canción de Mecano.