Al día siguiente Bill se levantó con la firme idea de no dejar pasar más tiempo sin aclarar las cosas con Tom. No podían seguir así, estaba claro que había algo muy fuerte entre los dos y la espera les estaba matando.
Se dio una ducha rápida y por una vez se arregló con esmero para ir a trabajar. Se alisó el pelo y se atrevió a aplicarse un ligero maquillaje que cubriera esas ojeras. También se dio brillo a los labios, sonriendo al espejo. Tom caería rendido a sus pies nada más verlo.
Decidió ir andando a comisaría, Georg tardaba en desayunar y Gustav hablaba por teléfono. Quería un tiempo a solas para poner en orden sus pensamientos, buscar las palabras necesarias para pedirle a Tom una cita y poder tener así tiempo para los dos para hablar de esos sentimientos que les estaban comiendo por dentro.
Llegó con el tiempo suficiente para cambiarse y tomarse un café en la cocina de la comisaría. Desde allí podía vigilar el momento exacto que Tom entrara y correría a por él, claro que no esperaba que Oliver le acompañara. Se les veía muy serio, y algo le decía que tenía que dejar esa conversación para más adelante.
Salió de la cocina y fue a la sala de reuniones, donde se encontró con Georg y Gustav. Tomó asiento a su lado y una vez llegaron todos sus compañeros de ese turno Oliver empezó a repartir tareas.
Georg se quedaría en comisaría, le habían asignado estar en calabozos, donde se encargaría de los detenidos que les llevarían sus compañeros. Tomaría sus huellas y tras pedirles que vaciaran sus bolsillos les metería en sus correspondiente celda.
Por suerte a Bill le tocó patrullar, quería salir de comisaría y Gustav fue su compañero de ese turno.
—Eso es todo chicos, salid y ya sabéis, servir y proteger—dijo Oliver a modo de despedida.
Todos se pusieron en pie, Bill buscó a Tom con la mirada extrañado de no verlo en la reunión. Pero antes de que pudiera preguntar por él Georg le dio la respuesta que buscaba.
—No voy a parar en calabozos en toda la mañana—explicó resoplando—Están hasta arriba por los detenidos de la pelea de anoche, el inspector Kaulitz está liado con los interrogatorios ya que fue él quien estuvo ayer al cargo. Hoy nos espera un turno largo.
— ¡Suerte!—le deseó Gustav sonriendo.
Bill y él se dirigieron al parking donde subieron al coche que les había tocado esa mañana. Gustav conducía, Bill estaba algo distraído.
Por suerte no tuvieron mucho trabajo, solo separaron a dos hombres que se estaban peleando en plena calle por una tonta confusión. Les separaron y en vista que no se ponían de acuerdo les amenazaron con llevarlos a comisaria a pasar unas horas entre rejas. Eso bastó para que uno de ellos reconociera que la culpa había sido suya y todo terminó con un apretón de manos entre los dos.
Regresaron al coche y viendo que no había mucho movimiento pensaron en ir a tomar un ligero almuerzo. Pero una llamada de radio les estropeó los planes.
—"A todas las unidades, se necesitan refuerzos en la galería de arte Soma, se han escuchados disparos. Se está procediendo a su evacuación"
Enseguida Gustav accionó la sirena mientras que Bill contestaba por radio que se encontraban cerca y llegarían de los primeros.
Cuando llegaron se encontraron con otro coche patrulla. De el salió un Tom muy serio, llevaba puesto su chaleco anti balas y ya tenía la pistola en la mano.
—Schafer, Trümper, entrad por detrás—les ordenó.
Los aludidos asintieron con la cabeza, desenfundaron sus armas y dieron la vuelta a la galería. Una de las puertas de emergencias se hallaba abierta, nada más escucharse los disparos los empleados de la galería habían puesto en marcha el plan de evacuación y abrieron las puertas de emergencias por donde salieron muchas de las personas que habían ido ese día a la galería.
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Rookie Bill
FanfictionHijo de policía, Bill ya sabía cuál iba a ser su futuro. Ser policía, poder aclarar así la misteriosa muerte de su madre cuando él tenía apenas 7 años. Claro que no contaba lo que el destino le tenía preparado, su primer caso como novato le llevó a...