Capítulo 8

679 95 8
                                    

El miedo se instaló en su cuerpo, una gran batalla intensa en su mente le invadió, no quería ser llamado monstruo, quería ser como es, un príncipe que dirigía una gran nación, que sería el héroe de su pueblo, saber ser un buen líder y compartir su vida con la persona que amaría por el resto de su vida. El recuerdo de un ladrón que salvó su vida llegó a su mente, aquel chico alto que lo sacó de su prisión, ¿acaso se sentía cálido cuando pensaba en él? No lo sabía, pero a pesar de tener poco de conocerlo, había robado su corazón sin saberlo. Era un buen ladrón después de todo y se especializaba en eso. 

Se encerró en su habitación, se acostó en la cama boca abajo cerrando los ojos, quería llorar, quería huir, si alguien no lo ayudaba en ese momento, el caos se soltaría y atacaría el reino sin piedad. No quiere dañar a las personas, no quiere dañar a lo que más ama devuelta, si existía Dios rogaba ante él para que nada malo pasará, pero a veces, las palabras simplemente no se escuchan, y la oscuridad invadía su mente.

Los cuatros cómplices se reunieron en una parte sin que nadie pudiera nortarlos entre ellos asintieron debido a que continuarían con la siguiente parte del plan, una vez que estuvieran a dentro los menores se encargarían de llamar la atención de los soldados que estaban adentro, ambos taparon la mitad de su rostro con una manta que traían desde la casa del mayor. Siguieron a Mingyu que caminaba por los alrededores del castillo ubicando la entrada por dónde ellos ingresarían. Mingyu entró primero, seguido de Seungkwan y Vernon y por último Yugyeom, avanzaron sigilosamente hasta llegar donde estaban los soldados, era su momento.

Los más jóvenes corrieron hacia cubrirse contra una pared, ambos traían en una mochila bellotas que recogieron en el camino, comenzaron a lanzarlas sin mucha fuerza y evitando siendo tan notorios, a los soldados les llamó la atención aquello comenzando a seguir el sonido, tan pronto como Seungkwan notó aquello corrió junto con Vernon a otra parte para esconderse. El pasillo estaba libre, era la oportunidad de Yugyeom y de Mingyu para entrar. Ambos se separaron cuando llegaron a un pasillo que los llevaba a diferentes habitaciones, asintieron ya que ambos sabían lo que tenían que hacer, Mingyu comenzó a buscar por los cuartos abriendo la puerta de manera silenciosa. Había muchos de ellos, por lo que buscó uno por uno encontrándose con habitación vacía por cada puerta que abría, la suerte de Yugyeom era la misma, podían contener varios muebles pero sin nadie dentro de ellas. Se separaron más lejos, ahora corrían el mismo riesgo de ser atrapados. 

Yugyeom entró a una habitación muy hermosa y decorada con unos toques ligeramente rosados, era un aspecto muy acogedor, en la cama había alguien que estaba descansado, su curiosidad aumento al momento de ver, dio varios pasos teniendo cuidado de no despertar a la persona que dormía. Encontrándose con facciones delicadas, cabello largo y sedoso, un rostro demasiado hermoso, su mano reaccionó por si sola acercándose, sentía un hormigueo por tocar tan fino rostro, pero se detuvo al momento de que la mujer en la cama comenzó a moverse. Se sorprendió de su acto y dio un paso hacia atrás evitando hacer ruido. Soltó un suspiro, era mejor regresar por donde vino.

Por otra parte, Mingyu había dado con el cuarto de Wonwoo, observando el lugar y encontrando al príncipe en una de las esquinas aterrado por lo que podía pasar al reino Wen, no quería que gente inocente muriera ante sus manos. Estaba en una posición para cubrirse, sus manos estiraban sus propios cabellos mientras temblaba, a Mingyu le rompió el corazón verlo de ese modo, un chico que anteriormente estaba dispuesto a ponerle un alto a él ahora se veía tan indefenso. 

—Wonwoo... –murmuró acercándose, poniéndose a su altura y tratando de tocarlo evitando lastimarlo. Wonwoo levantó la vista hacía él, pero su mirada era diferente el color café de sus ojos estaba de un color rojo, del color de la sangre, Mingyu se sorprendió por aquello.

El Príncipe Encantado - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora