La culpa la tiene Aerosmith 『FugoNara』

Prólogo

Fugo es un chico muy especial. Pudiendo ir a la universidad desde joven decidió rechazar los montones de correos que le llegaban con ofertas y becas para continuar con sus estudios a nivel profesional. Si, Fugo era un genio en toda la extensión de la palabra, sin embargo no le apetecía el adelantar sus estudios, él quería ser un chico normal, como cualquier otro; además de que le daba asco la idea de parecer el chico superdotado de la familia.

Además de ser un genio, Fugo era un hombre de poca paciencia, siendo ese su más grande defecto. Lamentablemente la gente a su alrededor solo era capaz de percibir los defectos y no las virtudes de aquel joven. Todas las personas (incluso su familia) lo consideraban un peligro, una bomba de tiempo, un cascarrabias. Esto debido a que si alguien se atrevía a desafiar el límite de su relativamente corta paciencia aquel sujeto se encontraría en grandes problemas pues Fugo lo haría mierda al instante lanzándose sobre él/ella violentamente para romperle algunos huesos. En verdad su problema era algo difícil de controlar, cualquier cosa era capaz de hacerlo estallar.

Es por eso que, además de enojón era solitario. Casi no tenía amigos. Todos se alejaban de él por miedo a sus ataques de furia. Sin embargo con el tiempo Fugo fue aprendiendo (o más bien acostumbrándose) a estar solo. No necesitaba amigos después de todo. El chico pensaba que quien tenía un libro a la mano nunca estaba solo. Y de cierta manera tenía razón, en vez de salir a pasear o ir a fiestas como los otros muchachos de su edad, él prefería quedarse en casa, o en la biblioteca o en algún lugar donde nadie lo interrumpiera para pasar horas enteras devorando enciclopedias y libros de diversos temas. Era un "apasionado del estudio" pues quien se atreviera a llamarlo Nerd seguramente terminaría en el hospital herido de gravedad.

Sin embargo Fugo no era del todo malo ni aburrido ni aguafiestas como el resto de las personas creía, aquel joven de rubios cabellos y luminosos ojos violetas tenía otras cualidades únicas que lo hacían destacar de entre los demás jóvenes de la preparatoria de donde estudiaba.

Una de esas virtudes era su belleza exterior. Fugo era un muchacho bastante guapo, era de estatura promedio, piel clara y suave como el pelaje de un gatito, tenía rasgos hermosos y además un cuerpo estético y bien formado debido a que en sus horas de descanso le gustaba hacer ejercicio. Era un chico tan hermoso que todo el mundo lo comparaba con David. Además su rubio cabello siempre se encontraba limpio y brillante cosa que les agradaba a las chicas, quienes aveces perdían el miedo de hablarle para preguntarle si podían peinarlo o jugar con su cabello ( a Fugo le parecía gracioso y divertido ver a las chicas de su curso de estadística peinándolo con pequeñas trenzas en lo que llegaba su profesor).

En cuanto a personalidad y gustos, el joven Pannacotta era algo... Algo poco común. Al ser parte de una de las familias más ricas y privilegiadas de la zona, era un hombre con buen gusto y bastante refinado, sin embargo a veces sus gustos eran demasiado extravagantes y eso se veía reflejado en la ropa que usaba. Normalmente le gustaba mostrar un poco de piel y esa fue la principal motivación para comprarse un traje en dos piezas el cual estaba lleno de agujeros y le había salido muy muy caro, pero era su favorito y lo usaba muy seguido porque según él hacía lucir su cuerpo más estilizado.

Además, Fugo tenía un sueño. No algo tan exagerado como el sueño de su amigo Giorno Giovanna "Ser un Gangstar" no, era algo más simple y menos complicado. Fugo quería ser amado y aceptado.

En el fondo era un chico dulce y maravilloso. Atento con las damas y muy leal a sus amigos, pero nadie en ningún punto veía eso. En el fondo el rubio deseaba con todas sus fuerzas que alguien fuera capaz de leer su interior y darse cuenta así que él no era malo.

Por otra parte estaba Narancia, quien era un encanto viviente.
Narancia no era un joven rico y fino como Fugo, sino que todo lo contrario, era un chico rudo y un poco grosero proveniente de un barrio pesado y peligroso. Pero, al contrario de lo que muchos pudieran pensar de él al venir de un origen peligroso, Narancia era un joven honesto y soñador. Era un chico bastante tierno, dulce y muy muy perseverante, tanto que no se rindió a pesar de haberse quedado un cuarto año en la preparatoria.