Día 4: Confesiones

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—Shinso, ¿quieres ser mi chava?

Shinso deja de escribir, simplemente para poder prepararse mentalmente con lo que sea que Kaminari vaya a decir a continuación. Ser amigo de ese chico no es fácil, muchas veces al día se cuestiona a sí mismo qué es lo que está haciendo con su vida, las ocurrencias que pasan por la cabeza rubia dejan boquiabierto a más de uno, incluso a él. Algunos dicen que no era sano estar cerca suyo.

—Y ahora qué te pico.

Kaminari, que hasta el momento estaba desparramado sobre la cama de Shinso, se levanta y lo observa con una mueca sobre exagerada en los labios.

—¡Shiiinso! —Se queja entre lágrimas falsas muy falsas —. ¡¿Por qué nadie me quiere?! Es porque soy feo, ¿verdad?

Para rematar con su actuación se arrodilla frente a él y lo abraza desconsoladamente por las piernas.
Shinso ya sabe que no podrá continuar con la tarea que dejó Aizawa, aquella que también tendría que estar haciendo Kaminari en lugar de lamentarse.

—¿De qué demonios hablas ahora?

—¡Quiero una novia, Shinso!

—Bueno, si sabes que soy hombre, ¿no?

—Ya sé, pero ese no es el punto. ¿Por qué las chicas no me hacen caso?

Hitoshi pone los ojos en blanco y mueve sus piernas para que Kaminari lo suelte, solo que éste se resiste y al final tienen que forcejear.

—¡Joder, Kaminari, ya suéltame!

A regañadientes Kaminari lo suelta y vuelve a la cama, esta vez tapándose con las sábanas.
Shinso toma paciencia de algún ser divino para no gritarle que está desordenando su cama, a sabiendas de que Kaminari nunca tiende la suya, ya sabe que no acomodara nada cuando se vaya, dándole más trabajo.
Ni siquiera entiende por qué Denki se la pasa metido en su habitación, mucho menos en éstas épocas cuando los profesores aprietan más con las tareas y exámenes, él ni siquiera hace sus tareas, solo viene a ocupar espacio y a interrumpirlo cada media hora.

—Que malo eres, Hito'.

—Ya te dije que no me llames así.

—¿Y por qué no? Somos amigos y tengo el derecho de llamarte como quiera.

—Apenas hace un año y medio, además cuando lo dices me resulta raro, y ridículo.

—Midoriya llama "Kacchan" a Bakugo y no lo veo quejándose al respecto.

—Porque son amigos de la infancia —explica fastidiado.

—¡A mi Bakugo no me engaña! De seguro se le mueven las canicas cada vez que Midoriya lo llama así.

—Te recomiendo que te guardes esa opinión si aún tienes ganas de vivir.

De la nada Kaminari comienza a gimotear como un niño pequeño entre las sabanas.

—¡Shiiinso, me quiero morir! ¡Pero también quiero una novia!

A Hitoshi no le queda de otra que cubrirse el rostro por la vergüenza ajena, y por el fastidio que le genera las quejas de su amigo.

—Oye, quejándote no vas a conseguir una novia. Ya cálmate.

Kaminari deja de revolverse pero se queda allí, quieto entre las sábanas que le cubren por completo, a él le da por sospechar que se ha asfixiado —por el escaso aire que logra colarse dentro de su pequeño escondite—, de alguna manera ridícula Kaminari es capaz de morir así.
Pero lo deja ser...

Hitoshi no sabe por qué el otro de repente se queja de su soltería, se supone que no debería pensar en tener novia en su último año, la presión hacia los estudiantes de tercero es mucha, y una distracción como esa podría hacerle perder el año, es ridículo.
Aunque si lo piensa mejor, no lo es tanto. Kaminari de seguir así, salvando apenas las materias, irremediablemente recursaria, tenia que dejar de perder el tiempo y dedicarse a estudiar.
Ya cuando se le pase la crisis, Hitoshi lo regañaría como es debido; no iba a permitir que Kaminari se quedara atrás, si tenia que obligarlo a estudiar, lo haría.

ShinKami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora