Prólogo

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Por qué, por qué, por qué yo, si nunca le hice nada malo a alguien, si hubiera sabido que el amor me traería esto, jamás me hubiera enamorado, Si tan solo pudiera regresar el tiempo.

1949

Oscuridad, acompañada de frió y soledad, solo eso había a su alrededor, sin alguien que le hiciera compañía. Cuando fue la última vez que sintió la calidez del sol, el calor de una fogata, incluso la de una frazada en invierno a la hora de dormir, ya no recordaba nada de eso ni si quiera el cantar de la aves, el correr de los ríos.

Todo lo que hacía era envolverse en la soledad que la acogía ya por meses, años incluso siglos, había olvidado la cuenta de los días en los cuales llevaba en esa condición, incluso abandono la esperanza de que todo fuese un sueño, porque ya ni pesadilla se atrevía a llamarle, solo en ocasiones, cuando recobraba la conciencia venía a ella una pregunta, la pregunta a todas sus desgracias ¿Por qué?, cuál fue su pecado, su error, su más grande falta porque no lograba encontrarla, si todo pudiera ser como antes estaría a la orilla del lago Fusila cercano al rió Irwell, observando el atardecer mientras corta flores al lado de Karin su mejor amiga, para después regresar a casa y encontrarse con su pequeño hermano Neji, quien siempre la aguardaba con un insecto nuevo, también sus padres quienes siempre sonreían al verla llegar a casa sana y salva, como le gustaría poder regresar el tiempo, para así evitar su desgracia. 

 

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Suspiro en la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora