Abertura

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*Todas las imágenes presentadas aquí no me pertenecen, todos los créditos a su respectivo autor*

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}1814

La primavera es acompañada por una fresca brisa que solo se puede encontrarse en el valle de Irwey al noroeste de Inglaterra, la belleza que ofrecen los campos con huertos y las montañas cubiertas de flores  adornan la vista de cualquiera que pase por ahí.

No son muchas las ofertas de trabajo la mayoría de los varones trabajan en la mina de carbón, ubicada a orillas del valle colindando con la villa cercana de Manchester,  varios hombres tratan de sacar los peniques necesarios para poder llevar el pan a la mesa y así sobrevivir junto a su familia, lamentablemente varios habían quedado heridos incluso muertos por los continuos accidentes dentro de ese lugar. 

En Irwey la tintorería de Madan Mei prospera gracias a varias mujeres, en su mayoría jovencitas quienes tiñen telas para vestidos y otras prendas, las cuales se venden a buen precio a las afueras del valle, lamentablemente la paga no era justa.  

Entre la multitud del mercado una joven avanza con la respiración entrecortada sin detenerse a tomar un descanso, con tan solo dieciséis años ha aprendido que las cosas no caen del cielo, el trabajo duro es lo único que permite subsistir. Con una estatura de 1.63 y su delgado cuerpo hacen verla como una inocente criatura, eso sin contar la palidez de su piel.

Ella  sabe que no puede ni debe detenerse, otro retraso y la pasara mal, ya le habían reducido su pago en diversas ocasiones.

Es muy poco pero es mejor eso a nada.

Positiva, siempre se mantenía con esa gracia  que la distinguía, con toda la resistencia que le quedaba aumento su velocidad, esquivando a las personas de enfrente.

—¡Hinataa presúrate! –una joven pelirroja abatía su brazo, haciendo que la ojiperla se detuviera justo en frente suyo.

—Perdón por hacerte esperar -dijo con dificultad.

—Perdón por hacerte esperar -dijo con dificultad

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Suspiro en la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora