VI

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-Tendrás que matarme, no iré con ustedes a ningún lugar.

Esperas su ataque pero nunca llega. Una sombra veloz pasa a través de la excesiva luminosidad y la derriba, así que aprovechas para escapar.

Y sigues tu instinto, corres en el mismo sentido que llevabas con Eve y no puedes creer aún que ella se haya ido.

A tus oídos llegan claro los sonidos de una pelea encarnizada, no tienes ni idea de quién esté combatiendo con esa mujer ¿Storm? ¿Strompa? Poco te importa mientras este lejos de ti.
Sigues corriendo con la super velocidad que te da el Harum El.
El bosque termina en una colina, detienes tu carrera repentinamente.
-¡Por todos los cielos! - puedes ver una ciudad tan grande como Metrópolis y para tu mayor desesperación, totalmente destruida.
Todo es fuego, cenizas y gritos. Quedas hipnotizada en aquella imagen caótica y grotesca, y sin darte cuenta te has metido de lleno en el sitio.
Caminas entre los escombros del pavimento y eres testigo fiel del calor que hace producto de los focos de fuego.
Hay muchos edificios en ruinas y supones que sus ocupantes se encuentran entre los escombros.
Te preguntas que produjo tanta destrucción, pero cuando das otro paso, una corriente que viaja desde tu vientre a tu cabeza te sacude.
Miras tu ropa y es un asco total. Tu sangre la impregna en su totalidad, el pantalón esta desgarrado justo donde tu pierna eran trozos de carne y hueso, pero la humedad proveniente de tu parte más íntima es lo que llama tu atención.

-¡No! Ahora no. Vamos bebé, no ahora.
Usas tu velocidad que aún permanece intacta y buscas un lugar donde puedas esconderte de esa secta.
Pero nada hallas, todo está en el suelo y ardiendo.

-Detente.
Una voz que crees reconocer te habla a tu espalda, frunces el entre cejo en duda si esto también no es parte de tu imaginación.
Giras y ahí está ella, viéndote con sorpresa.

-¿Lena? - ella baja aquella arma anti alienígena y camina despacio hacia ti. Pero cuando sus ojos bajan a tu estómago, se queda a mitad de camino.

-¿Cómo me conoces? - Finges descaradamente ser otra Lena.

Alex se da cuenta que esta mujer es otra Lena. Al ver su avanzado estado de preñez, corrobora por si misma que no es su difunta amiga.
-¿Necesitas ayuda? - su tono es amargo pero amable.

Otra descarga de dolor hace que te retuerzas y Alex corre en tu auxilio.

-Estas en trabajo de parto, tenemos que buscar un lugar.

-No queda nada. Acaso no lo ves - hablas con los dientes apretado por las fuertes contracciones que tienes.

-Entonces por lo menos un lugar donde pueda ayudarte a traer al bebé.

-Escucha... Estamos en peligro, algo me sigue y venía de aquel lugar y de pronto vi todo esto - el pánico se ha liberado y te sientes en la obligación de advertirle.

-¡Calma! Respira. Estará todo bien.

-Te estoy diciendo que el mundo esta siendo destruido y me dices que todo estará bien ¿Es en serio?

Quieres darle tu desafiante mirada pero tu hija tiene otros planes.

Alex sacude las cenizas y trozos de concreto ardiendo y te ayuda a colocar en lo que una vez fue pavimento.

-¿Tienes heridas?
-¿Qué? - contestas entre cortada.
-Tu ropa tiene mucha sangre y esta rota en partes.

Un grito de dolor sale desde tu garganta y te enloquece como nada.
No pones resistencia cuando Alex abre tus piernas, ni si quiera sabes en que momento saco lo poco que quedaba de pantalón y te da indicaciones que apenas y escuchas.
Gritas otra una, dos, tres veces. Haces un esfuerzo sobre humano para no agarrar su brazo, sabes que con el Harum El en tu sistema podrías lastimarla.

Después de mañana (Wattys 2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora