Pt.2 Caítulo 10: Fiesta y cambios

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Ambos siguieron paseando con una sonrisa tonta en la cara.

Bastian iba con soberbia teniendo su brazo sobre los hombros de Ann. No podía ir más orgulloso de tener a la mujer más guapa de Francia.

— ¿A dónde me vas a llevar? — Preguntó la chica con mucha curiosidad.

— Es sorpresa... — Respondió, haciendo que el lado cotilla de Ann saliera a la luz.

— Oh vamos... ni si quiera sabes a dónde iremos, solo lo dices para hacerte el interesante. — Acusó la muchacha con una sonrisa pícara.

— Mentira... además te doy una pista. Me apuesto lo que quieras a que no has ido en tu vida.

— ¿De verdad me vas a llevar a tu casa sin ni siquiera estar comprometidos? — Preguntó Ann que cada vez se ponía de mejor humor.

Bastian se rió y contuvo sus ganas de besarla y no soltar sus labios en toda su vida.

— El sitio al que te llevaré te encantará, te lo juro. — Prometió Bastian sin parar de pensar lo especial que sería ese domingo.

— Me tengo que ir, tengo que quitarme este hermosísimo vestido para ponerme de nuevo a coser... esta mañana de ensueño se ha terminado. — Dijo Ann volviendo a su humilde realidad.

— Ojalá tuviésemos tanto dinero que pudiésemos tirarlo por la ventana y no tuviésemos que ir a nuestro asqueroso trabajo. — Respondió Bastian que estaba hasta la coronilla de los malos tratos que recibían en la cafetería.

Ambos se pararon frente a la puerta de la casa de Ann.

El chico le ofreció un educado beso en la mejilla.

— Oh vamos... ¿por qué no me das un beso de novio? — Preguntó Ann con una sonrisa.

— ¡Ah! ¿que soy tu novio? — Preguntó Bastian dejando a Ann a dos centímetros de la pared y a uno de él.

La chica se sonrojó. Quizás se habría equivocado con el término ''novio'' y había quedado como una completa ilusa.

Era consciente de que a penas era una cría. Ella tenía veintiún años mientras que Bastian pronto cumpliría los veintiséis.

Ann intentó salvar su orgullo, aunque para ello tuviese que bajar la mirada de los ojos de Bastian.

— Oye que si no es así me da exactamente igual, ya puedes irte por donde has venido. — Titubeó la muchacha causando la risa de aquel hombre que cada vez estaba más próximo a ella, con los brazos apoyados en la pared a la altura de la cabeza de Ann.

— ¿Quieres ser mi novia? — Le preguntó suplicando un ''sí'' con la mirada. Tenía miedo de que su respuesta fuese un ''no''; desde que la conoció tenía claro que amaba profundamente al novio de su hermana, incluso él fue el primero en sorprenderse al ver que Ann lo eligió a él.

Aunque Ann nunca lo escogió a él; ella solo escogió la única opción que le haría menos daño, aunque para ello tuviese que engañar a su amigo.

Lo que la chica no se esperaba es que comenzara a brotar aquel cosquilleo en su estómago.

— ¿Por qué no? — Preguntó Ann riéndose. Sabía que el no haber respondido en cursi ''sí'' repateaba a Bastian, pero, de todas formas había aceptado ¿no?

— ¿Qué día es hoy? — Preguntó Bastian emocionado.

— 25 de abril. — Contestó Ann con una sonrisa.

— El 25 de abril aceptaste ser mi novia, recuerdalo. — Amenazó el chico con el dedo.

— La fecha de noviazgo no tiene nada de importante, no lo intentes. — Respondió retando a su novio.

La otra cara de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora