🌙 Enamorada... ¿¡De mi mism@?!🌹

~Lo que cambió mi vida

Hola... Soy Melody Miller, tengo 13 años y voy en octavo grado.
Bueno... mi personalidad no es la mejor de todas, pero hace que no caiga en las trampas de varias personas que quieran hacerme daño.
Mis características físicas no son lo mejor de mi... soy baja y tengo el pelo castaño, lo único que me gusta de mí son mis ojos verdes.

Ustedes pueden estar diciendo "eres extraña", pero eso es lo que soy y me acepto tal como soy, no necesito a nadie que me haga sentir especial. O... eso es lo que decía antes, mucho antes de que llegara "el".

Pero ya basta de hablar de mi, estoy aquí para relatarles la historia que me cambio para siempre, la historia que me cambio mi vida para ser algo mejor en la vida y no estar escondida para siempre entre las sombras.
Está es la historia de cómo lo conocí a "el", mi alma gemela, literalmente.

[...]

Recuerdo... que era un día miércoles, estaba lloviendo fuertemente afuera del salón de clases. Como siempre, mis compañeros eran un desmadre viviente. Gritos, papeles, lápices y todo tipo de útiles volaban, mientras yo estaba sumergida en mis pensamientos, lejos de esos idiotas. Hasta que me interrumpió una de esas "personas" (si es que se les puede llamar haci)

-Hola Melody, no tendras algún lápiz que me prestes? -dijo el chico de tez morena-.

Me quedé un poco confundida, no muy seguido me hablan (sólo me hablan para pedirme favores).

-No, lo estoy ocupando, si me disculpas, ¿Puedes irte y dejarme sola? -dije con una sonrisa-.

Antes de decirle esas palabras, ya se había ido. Yo con una mueca de disgusto, volví a tomar mi lapiz y comenze a escribir de nuevo.

∆\∆\∆

Las clases pasaron volando, yo ya iba de vuelta a mi casa, junto con mi mochila (exacto, quien querría ser amiga de una "anti-social"?).
Miré a ambos lados de la calle y atrevese, mire mi reloj, aún faltaba para que se hiciera tarde, al menos faltaba mucho para poder llegar a mi hogar, solo quería disfrutar un poco el aire y no estar encerrada en un mismo lugar siempre.
Después de pasar un largo rato en la plaza, al fin me dispuse a irme a mi hogar, tome mi mochila y comenze a caminar tranquilamente hacia mi hogar.
Estaba sumergida en mis pensamientos, hasta que siento que alguien toca la bocina, al parecer casi me atropellan.

-¡Ten mas cuidado, niña! -dijo el conductor, con una mueca de enojo-.

-L-lo s-siento -dije un poco apenada, para luego cruzar la calle-.

"¡Joder!" dije en mis pensamientos en ese instante en que cruze la calle, el día ya no podía empeorar mas. Haci que apresuré un poco mas el paso,  para poder llegar a mi hogar y poder dormir tranquilamente sin ninguna molestia.

{•••}

Pasaron un par de minutos y llegué a mi casa, sin ningún esfuerzo abrí la puerta y deje mis cosas en el sofá. Acto seguido, subí las escaleras y entré a mi cuarto para poder dormir. Cuando puse un pie dentro de mi cuarto, mire hacia el piso y me sorprendí al ver que había un sujetador (sostén, brasier, como le digan) en el piso. Luego (por instinto) miré hacia mi cama y lo que ví me sorprendió aún más.
¡Era mí Hermano de 20 años revolcándose con una tipa, estaban haciendo ''eso" sobre mi cama!.
Yo asqueada, les tiré un peluche y me fuí corriendo hacia la planta baja.
Cuando al fin llegué a la planta baja, me eché en el sofá y comenze a cerrar mis ojos lentamente, para luego quedarme profundamente dormida.
Después de un reconfortante sueño (2 horas y media) desperté por el molestó ruido de una música. Sin ganas, me levanté y fui donde provenía ese ruido molesto. Cuando llegué al lugar, me dí cuenta que era mi padre, junto con su grupo de compañeros de trabajo, al parecer estaban en una "reunión" (si es que haci se le puede llamar).
Dispuesta de salir fuera de ese lugar e irme a mi habitación, empiezo a caminar lentamente (para que no noten que estoy ahí).
Luego de salir de ese lugar, camino  por el pasillo de la planta baja, casi llegar a las escaleras. Hasta que sucede algo que no quería que sucediera, la presencia de mi hermano mayor, al verme se acerca a mi con una mueca de enojo.

-Espero que no le digas nada a nuestros padres, pequeña mierda -me dijo mirando, con desprecio- o si no ya sabes lo que haré -dijo con una sonrisa- quemaré todas tus estupidas novelas.

-Ya quisieras, grandísimo estúpido -dije, con un tono amenazante- si te atreves a tocar a algunos de mis sagrados cuadernos, tu te quedas sin huevos -le dije con una mirada fría, mas fría que la normal-.

El sólo me miró con miedo y siguió su camino hacia la cosina.
Yo, con una sonrisa en el rostro,e fuí hacia mi destino, o sea mi habitación.
Cuando llegué, ví mí cama hecha un asco, ¡Hasta había un puto condón!. Con un poco de asco, fuí a mi armario, saqué unos guantes y algunos artículos de limpieza.
Primero abrí una bolsa de basura, para sacar las mierdas que habían dejado, luego de barrer, saqué las sábanas y las deje en una cesta, finalmente abrí mi armario y saqué sábanas nuevas.
Después de unos minutos (de hacer mi cama), tomé la bolsa con las mierdas y la fuí a dejar al baño (al igual que las sábanas sucias). Luego de realizar todo eso, vuelvo a mi habitación dispuesta a dormir.
Me comenze a sacar la ropa y me coloque mi pijama, al fin podría dormir de un largo día de mierda.

Miré a ambos lados de mi habitación y me empezé a acurrucar en la cama para al menos dormir un par de horas. Sin darme cuenta, empezé a dormirme lentamente, hasta que finalmente todo quedó en negro.

¿•••?

Al cabo de 4 horas (eran las 3 A.M), desperté agitada, pues había tenido una jodida pesadilla.
Me levanté y abrí la ventana. Observé la luna (al parecer era luna llena). Luego de estar unos minutos viendo la luna, me doy la vuelta para volver a mi cama.
Estube sentada por unos 10 minutos en la orilla de la cama, mirando hacia la nada.
Después de aburrirme, decidí tratar de volver a dormir, pero cuando mire el espejo, no estaba solamente yo, si no había un chico de mi misma edad.

-(¿¡Que rayos?!) -Pense y fuí a donde estaba el espejo- ¿¡Quién eres tú!? ¿Y que haces en mi hogar? -dije un poco confundida-.

-Hola, mi nombre es Tom -me dijo sonriendo- es un gusto conocerte.

Y esa fue nuestra primera conversación...