Para: Kim Junmyeon

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¿Estás aquí? ¡Espero que sí!

¿Sabes por qué decidí hacerte una carta y no decírtelo en persona? Es porque no has querido verme a pesar de todo los días que te había buscado. Incluso habías inventado que habías salido de viaje a Singapur, pero... Habías decidido irte con alguien más, nunca supe quién, pero si supe que te habías enamorado de él, tanto como para no ser tu prioridad y dejarme hasta el final sí es que te acordabas de mí.

Pero no es tu culpa, no. No lo es.

Siempre supe que terminarías dejándome algún día, que te aburrirías de mí cuando ya no me necesitaras, porque eso es lo que siempre soy. El consuelo y el juguete nuevo de alguien y aunque quise creer en tus palabras hasta el final, supe que el culpable de todo era yo...

Todos me decían que no me convenías, que terminaría lastimado por ti, que me harías el daño suficiente y que me volverían a destruir; pero confié en ti, confié en tus palabras, confié en el amor que habías dicho tenerme, confié en tus promesas y juramentos, pero al final... Todo lo que te di sólo se habían convertido en estacas para mi corazón.

Aunque parezca absurdo, mientras escribo esta carta sigo dándote más amor, sigo amándote igual o mucho más de cuando me enamoré de ti por primera vez.

¿Recuerdas? Era en el invierno de hace tres años. No lo buscaba, no lo planeaba, pero creí en el amor a primera vista.

Había sido un 21 de diciembre cuando te ví por primera vez sentado en aquella parada de autobús, tenías las manos completamente rojas y te di mis guantes. Tus ojos me dieron las gracias aunque de tus labios nunca soltaron la palabra.

Esa había sido la primera noche que te ví, admito que pensé que nunca te volvería a ver, pero resulta que estábamos en la misma universidad y aunque éramos diferentes edificios, estábamos lo bastante cerca para vernos y fue así como había empezado nuestra amistad, ¿recuerdas?

Cuando fuimos amigos todo era mucho mejor, siempre tenías tiempo para mí, siempre querías verme y siempre decías que "me extrañabas," pero... Sino hubiera aceptado ir ha aquella fiesta contigo, jamás me hubiera emborrachado y jamás me hubiese confesado, ni mucho menos te habría besado. Mentiría si dijera que me arrepiento de haberlo hecho, porque incluso si mi yo del futuro hubiese venido a mí y me hubiese advertido de ti, de tu amor y de nuestra separación, como quiera lo hubiese hecho... Por qué te amo.

Sé que fui el único culpable de todo lo que sucedió. Siempre quise hacerte feliz, siempre me dediqué a ti sin pensar en mí, sin hacerme feliz a mí...

Te había dicho muchas veces que te amaba, que me quería quedar a tu lado y tú dijiste que también lo querías, que nunca nos separariamos, pero entonces, ¿por qué estamos separados ahora?

Cuando nos volvimos novios, todo cambió. Los primeros días si fuiste cariñoso, me dedicabas tiempo, pero un día simplemente dejaste de responder, de venir conmigo a los desayunos y cuando iba siempre decías que desayunarias con tus amigos y lo entendí... Pensé que estaba siendo hostigoso y me disculpé por ser así. Pensé que había sido mi culpa y te dejé ser libre.

Nunca te celé, nunca te hice ningún drama o te prohibí hablarle a tus amigos porque se cuánto amas y odias todo eso. Siempre quise gritarte:

"Aquí estoy"
"Mirame"
"Ven a mí"
"Yo soy tu novio, no ellos"

Pero cuando lo intenté, habíamos estado a punto de terminar. Siempre fueron primero tus amigos, incluso personas que no conocías y te presentaban. Siempre me decías:

"Soy libre, no me gusta estar enjaulado"

Nunca quise hacerte enojar, nunca quise obligarte a nada, por eso me callaba y cuando te acordabas de mí existencia, siempre estuve bien para ti, siempre permanecí a tu lado con la mejor sonrisa que tenía porque era feliz en esos momentos.

Nunca te dije no, cuando querías salir y tenía planes, siempre los cancelaba para estar contigo aunque tú a veces no llegaras porque te quedabas dormido o tus amigos iban por ti para una fiesta.

No, no fue tu culpa. Fue mía porque nunca te dije como me sentía.

Nunca te dije que me hacías daño con esa actitud por temor a perderte.

Me engañé a mí mismo al decir que tú me amabas, pero que siempre estabas ocupado por la escuela.

Es mi culpa por pensar que el preguntarte dónde estabas o qué hacías era sinónimo de celos posesivos.

Fue mi culpa por creer que si te decía que no fueras, serías infeliz.

Fue mi culpa pensar que aunque no estuvieras conmigo, tú me extrañabas y que a lo mejor no me llamabas porque no tenías donde.

Fue mi culpa por creer que si no te decía nada, tú me seguirías amando.

Fue mi culpa darte todo mi amor, sin esperar nada a cambio porque siempre me engañé al decir que me amabas a tu manera.

Fu mi culpa por creer que con un beso tuyo podía parar el tiempo y comprender todos aquellos días separados. Siempre caía rendido con tu mirada, siempre supe que era imposible amarte tanto, pero por alguna extraña razón cada día te amaba más.

Fue mi culpa por no decir nada y quedarme callado cuando supe que ya no sentías nada por mí.

Un día comencé a sentir que los días, las noches, tus sonrisas y tus palabras eran cada vez más largas y escasas, pero por cobarde había decido callar. Sentía como incluso tú estando a mi lado, estaba solo y tenía frío; después todo había Sido monotonía y mentiras sin parar que yo siempre creí.

Nos alejamos poco a poco hasta llegar al punto en el que tú me terminaste y yo te perseguía para pedirte una oportunidad, para pedirte perdón porque yo era el único culpable como siempre, pero después fingiste un viaje y cuando te fuiste de verdad, ya te ibas de la mano con un chico mayor que tú.

Era hijo de los socios de tu familia, por ende era tu mejor amigo, pero al verlos besarse, super que eran algo más.
Decidí no ser más un estorbo en tu vida.

Decidí no ser más el culpable de todo.

Decidí hacerte feliz y compensar todo el daño que te había ocasionado.

Soy culpable porque aún te amo y porque en mi último suspiro fuiste lo último que pensé. Te amo, Kim Junmyeon y espero que puedas ser feliz con quién te veías demasiado feliz, con quién irradiabas luz mientras subías a ese avión con quién claramente era el hombre que haz amado.

No vengas a verme, no lo hagas, finge que no existo como siempre lo hiciste aunque decías amarme, porque yo sigo amandote a pesar de todo.

Adiós, mi querido Suho.

De: Oh Sehun.

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Kim Junmyeon había recibido aquella y la hizo añicos a pesar de saber que para Oh Sehun esa carta había sido lo último que escribió porque se había tomado más de 20 pastillas para dormir y se había colgado poco después para poder morir.

Junmyeon se había ido de viaje con el hijo de sus socios para mantener aquella unión forzada y es que si él no lo hubiese hecho, habrían matado al amor de su vida, quería salvarlo, quería protegerlo, pero al final no pudo. Oh Sehun se había muerto mientras estaba de viaje. Sacó la carta que había roto porque su futuro marido había llegado y lo puso frente a su tumba mientras él se cortaba la yugular y así poder reunirse con quién siempre había amado y con quién siempre de sintió miserable por fingir no amarlo y no importarle.

—Los culpables de todo, fuimos los dos... —Fueron sus últimas palabras antes de cerrar los ojos para siempre.

Fin.
Poza Rica, Ver.
12/Junio/2019
18:06

El culpable... «HunHo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora