Entrenamiento mortal.

OOO.

ੈ🗯‧₊˚﹆ En memoria a los alumnos caídos, fieles compañeros que Hufflepuff querrá eternamente.

o no.

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—¡Chicos, rápido, a sus lugares! Daremos inicio a la clase de hoy. —El profesor Aries demandó hacia sus alumnos.

Hufflepuff, como buenos estudiantes, corrieron a sus puestos, haciendo que Shœn tropezara en su paso y cayera, para posteriormente levantarse y dirigirse junto a los demás integrantes de su casa, deseando en sus adentros el que su accidente pasara desapercibido por completo a la vez que dejaba ver un ligero puchero.

En breve, Aries volvió a tomar palabra: —Bueno estudiantes, hoy pondremos en práctica nuestras habilidades y realizaremos un pequeño duelo entre casas. —Mencionó con un toque de diversión ante aquello, mientras que los estudiantes de las casas tenían variadas reacciones; en algunos rostros se hacía notable el miedo, y en otras la seguridad ante sus grandes habilidades en hechizos.

—Primero practicarán entre los miembros de sus casas y luego escogeré a dos magos de cada una, el ganador final se llevará 150 puntos. —Paseó su mirada por cada uno de los estudiantes, notando reacciones variadas. —Pero para que les quede más claro, haré una demostración con su profesor Lyon, así que por favor, denle un aplauso y estén atentos.

Ante dicha indicación, todos los estudiantes llenaron la sala con el sonido de sus palmadas, en lo que ambos profesores tomaban lugar en la pequeña pasarela que se encontraba al medio del salón, ahí mismo hicieron una leve reverencia, y caminaron dándose la espalda el uno al otro, dando una media vuelta al mismo instante y así ponerse en posición de combate.

—¡Petrificus Totalus! —Pronunció Aries en un potente grito, varios estudiantes se veían sorprendidos y otros tenían sonrisas burlonas en sus rostros.

—¡Protego! —Se defendió Lyon y lanzó su hechizo. —¡Desmaius! —Proclamó con voz fuerte y clara, casi alcanzando a Aries.

—Gracias, profesor Lyon. —Dijo volviendo hacia los estudiantes. —Supongo que con esto ya les quedó claro el qué hacer, sólo pueden usar hechizos que dañen a su oponente, y con eso me refiero a nada de destrozar, desaparecer y mucho menos matar. Entonces, sin más que decir por el momento, ¡comiencen!

La primera en pasar fue nada más y nada menos que Shœn, nada temerosa puesto que era una tragalibros de primera en cuanto hechicería. La confianza desbordaba totalmente. Caminó lista para un duelo, mientra le seguía sus pasos un chico diez veces más alto, delgado y asquerosamente guapo. Eren.

—Realmente no sé nada de hechicería. —Fue lo dicho por chicotortuga, sonriendo hacia los profesores y demás alumnos de la casa correspondiente. Cualquiera que viera los gestos del chico en turno, podría decir que este apenas tenía idea de lo que hacía, pues por un instante al principio, había tomado su varita por el lado contrario al correcto, cosa que al menos corrigió al par de segundos, producto de intentar controlar la emoción y nervios que constantemente sentía al resultarle todo aún muy novedoso. Sin embargo, nada lo detuvo de aprovechar aquella oportunidad, ya después tendría tiempo de ampliar lo que sabía hasta esos instantes, algo bobo hasta cierto punto, pues en realidad no medía las consecuencias de ello.