Misión Comenzada.

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La misión está totalmente lista. Te preparas para la misión más importante de tu vida, una que podría separarte por completo de tu familia o acabar contigo en un instante. El agujero negro más grande jamás descubierto se llama S50014+81, y será el agujero negro donde serás arrojado. Tiene la masa de aproximadamente 40 mil millones de veces la de nuestro sol. Su diametro es aproximadamente como un viaje de ida y vuelta del sol hasta plutón unas 23 veces y media, pero eso no importa porque tú tienes una nave que puede llegar a ser más rápida que la luz y que es inmune a la presión y gravedad que este ejerce sobre ti, asi que eso conforta un poco. Además, tu curiosidad y espíritu aventurero hacen que tu adrenalina suba y pierdas el miedo. Así que te lanzas de lleno al vacío.
Pasas el horizonte de eventos, y de repente comienzas a ver cómo la luz detrás de ti es atraída de tal forma que empiezas a ver la parte trasera de tu nave sin necesidad de voltear la mirada. Las leyes de la física comienzan a romperse. Para ti, la misión sólo lleva unos segundos, y sigues adentrandote en la oscuridad, ya que la luz que veías ser absorvida por S50014+81 (Que para ahorrarse el fastidio de nombrarlo de esta forma, honremos a Cooper y llamémoslo Gargantúa), y aunque tu viaje apenas está comenzando, tus compañeros fuera de la nave ya te vieron partir, y mientras más te acercabas al horizonte de eventos, más lento te veías hasta el punto en que simplemente dejabas de moverte, y tus colores originales eran reemplazados por un opaco rojo oscuro, congelandote en el tiempo hasta que simplemente desapareces.
Pero para ti no han pasado más que un par de minutos, y mientras más te acercabas al horizonte de eventos, más oscuridad te encontrabas. Miras hacia atrás, y ves una ventana circular donde literalmente ves al universo entero en un sólo ángulo. Sientes una sensación similar a la que sintió Gargarin al ser el primer humano en ver a nuestra Tierra en su totalidad desde el espacio. Tu adrenalina sigue creciendo, pero estás confiado. Sabes que si algo sale mal, puedes viajar más rápido que la luz y salir de allí, así que sólo te quedas viendo cómo te alejas más y más de la ventana hasta el punto en que ya no la ves más.
Esperas poder encontrar un nuevo universo, donde todo sea diferente, o tal vez salir por otra parte del cosmos, y por lo tanto habrás establecido una autopista interestelar, o tal vez incluso una meta, una bienvenida a los creadores del universo que te recibirán para que los acompañes como un dios. Tu cabeza da vueltas de las maravillas que pueden existir. Pero pasan las horas, y no hay nada. Tratas de tranquilizarte, total, el agujero es muy grande, todo puede pasar, así que decides dormir para que el tiempo pase más rápido.

Al despertar, nada aún, no hay nada. Pero te repites que no pasa nada, revisas tus instrumentos y la nave parece funcionar bien, todo en orden, revisas tus planos, tus bases de datos, chequeas dos, tres, y hasta cuatro veces que todo esté en orden, todo para calmarte. Pero aún no hay nada.
Pasan los días, y lo mismo. Nada. Es como si Gargantúa te estuviera tomando el pelo. Comienzas a perder un poco la cordura. Así que activas tus propulsores para ir más rápido que la luz, y aunque sí funcionan, sigues en la nada. La desesperación te gana y decides dar la vuelta. Activas tus propulsores y aprietas el pedal hasta el fondo. Lo haces por horas, calculando que aunque salgas totalmente y te pases por unos cuantos años luz de la base de investigación, al menos estarías fuera. Apagas tus propulsores, y te quedas atónito.

Sigues dentro.

No hay forma de salir. No importa qué tan avanzada sea tu tecnología, Gargantúa te tragó por completo. Todo lo que creías saber sobre los agujeros negros estaba errado, no hay forma de ganarles. Una vez dentro, no hay vuelta atrás. Todo el mundo estaba equivocado.

Hawking, Fingstein, Carl Sagan, todos los científicos de tu era.

Nadie tuvo razón. Y ahora tú morirás allí dentro. Totalmente solo.

Otra víctima más de la ira de Gargantúa.

En la boca de Gargantúa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora