Doce

451 58 22
                                    

-Vamos. -el coreano hace rugir su moto. El moreno suspira.

-Espera Akira. Es difícil lo del casco... - El coreano bufa cansado. Se levanta de la moto, se acerca a él y desabrocha el enganche. Con fuerza lo mete dentro de su cabeza. Pega un capón el casco y vuelve a su moto.

-Venga.

-¡Pero que haces, retrasado, mi pelo, tío! -y se quita el casco. Akira se queja en voz alta. -¡La laca está cara sabes!

-¡Lo estaría menos si no comprases tabaco o lo gastases en bebida! -el coreano hace gruñir a su moto de nuevo. -Sube o me piro a un pub a ver tíos en tanga.

-Sabes que me gustaría a mi también. - el moreno de peina el pelo y se pone el casco a su manera.

-Por eso lo digo. -se sube detrás y se acomoda en su espalda. -¿Ya?

- Si. -y el coreano, tras arrancar y rugir la moto, acelera.

Los recreativos no pillan más lejos de tres o cinco calles. Pero tener que esperar al de las pecas con el pelo es terriblemente insufrible.
El coreano aparca y se quita el casco. Agita su melena y se apreta la pequeña coleta alta que tiene. En seguida la oculta con su capucha. Mejor prevenir que curar.
Leando se peina el pelo y se pone una gorra. Si, una gorra. No un gorro.
Y Akira ríe en voz baja.

-Eres lamentable. No tienes 14 años eh...

-Que quieres, algo tendré que llevar.

-Una capucha.

-Eso canta mucho, tío. Mírate. -el moreno se echa a reír.
Entra en el local y sonríe. Luces, sonidos y olor a comida. Es el paraíso para alguien como él.
-¡Vamos a los bolos!

-En los bolos hay mazo de gente. Mejor no.

-Pues... ¿mesas de aire?

- Bueno. -el moreno sonríe y corre hacia una de estas. Saca de su bolsillo una moneda y la introduce en la máquina.

-Vas a flipar.

-Ya veremos.

Y así es como Leandro pierde ante la velocidad de Akira. No puede evitarlo. Se le da genial.

-¿Desde cuando te gusta a ti esto de los juegos? Es injusto.

-Desde que juegas peor que un crío de 3 años. -y es en la lejanía donde Akira encuentra esa mandíbula. Ese rostro, esos ojos, ese cabello avellana. Es el chico de la noche anterior. Es él. Con quien no pudo acabar. El coreano se muerde su labio inferior.

-Aki, vamos al pinball.

-Ves tú, ahora te cojo. -el coreano sonríe.

- Bueno... -el moreno se gira hacía la máquina y esboza una sonrisa. Ahí si que no puede ganarle. Piensa establecer un puto récord.

Akira se acerca con paso orgulloso al castaño.

-No sabía que las gorras te sentaban tan bien. -el coreano sonríe. Sigue con la capucha.

-Perdone pero estoy trabajando.

-Veo que eres de olvidar rápido. -el coreano se quita la capucha.

-Ah, eres tú.

-A ti eso de usar el teléfono no te va. -el coreano se cruza de brazos.

-Si me dejas con el calentón, que esperas chaval, ¿flores por la mañana? -el coreano alza una ceja. Se acerca un poco más a él.

-Yo también quería echar un polvo. Pero tenía asuntos urgentes. -el castaño levanta sus ojos a los violetas de Akira.

-¿Cuanto duras una ronda, media hora o qué? -Akira empieza a perder la compostura. Y disipa cerca de su bolsillo trasero algo que le interesa: una cartera con dinero. Se acerca algo más a él.

-Duro lo que quiero. Contigo probablemente poquito. Y no lo digo por mi. -el chico se apoya en la pared.

-¿Quieres comprobarlo? -el coreano sonríe y se acerca a él, mirando su boca. Pasa una mano por su polo blanco y rojo, propio del trabajo. Resbala por su cintura y acaba en sus caderas. Le acerca a él del pantalón. A centímetros de su boca susurra:

-No lo necesito. -y con algo entre sus manos, se aleja. - Si quieres echar un polvo, llámame de una puta vez. -el castaño frunce su ceño.

-Me llamo...

-James. James Griffin. Se leer. -le señala la chapita que lleva en el pecho.

-Pero me llaman JG. -el coreano esboza una sonrisa.

-Akira. Pero no me llaman, deberías hacerlo tú. -y con la capucha puesta de nuevo, se aleja.
Encuentra la gorra de Leandro en la lejanía. Se acerca a él por la espalda y coloca su cabeza en su hombro.

-Leo.

-Que... -su cara está llena de colorines y luz del juego.

-Vámonos. Ahora.

-Espera que me queda esta y ya. -el coreano chasquea su lengua. Si ese tal JG se da cuenta de que le falta su cartera, la ha liado. Por que si le lleva a comisaría sabrán su nombre, y además le identificarán con el cartelito. Con suerte allí nadie parece saber de él. ¿Quien le va a conocer: un niño de 9 años en su cumpleaños?
Coge la cartera del bolsillo de su sudadera y pasa sus manos por el bolsillo del pantalón de Lance.
Desde otra perspectiva, más alejada de ellos, simplemente parece que se estén metiendo mano: el plano perfecto para deshacerse del crimen.
-Akira, ¿que haces? -Leandro sigue mirando la pantalla.

-Cállate y acaba. -saca de la cartera con cuidado el dinero que encuentra con la yema de sus dedos.

-Pero que haces ahí abajo tío. -baja sus ojos y los sube de forma fugaz.

-Nada. Cierra la boca. -coloca su frente en su hombro. Desde ahí ve su bolsillo.
Ve el dinero y lo coge. Se lo guarda en su pantalón y saca del bolsillo de Leandro la cartera.

-¿Aki, que es... es dinero, más dinero? -murmura cerca de su rostro. Akira chasquea su lengua.

-O te callas o te parto los dientes. -Leandro rueda sus ojos. Saca de ahí la cartera y la guarda en su sudadera. -Vámonos.

-Bueno... quería jugar a lo de bailar.

-Puedes jugar a eso en mi piso y sin ropa. Vamos. -Leandro niega sonriendo suavemente.
Mientras andan, Akira mira de reojo a JG, quien comienza a buscar su cartera histérico.
Y es ahí donde se la cuela a un padre desprevenido en un bolsillo trasero.

Todo limpio.
Todo perfecto.

Sólo que es un poco obvio quien puede haber sido el ladrón. Aunque entre seducciones nadie razona...

NEON TRAFFIC // Leakira!AU // Alternative Voltron FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora