Rin miró a su padre sentado en su sofá favorito. Se quedó mirándolo como hacía cada noche antes de salir por la puerta, sus pensamientos llenos de malas premoniciones, y era que su padre casi no estaría, lo sabía y dolía, dolía ver sus ojos cansados, su rostro arrugado, su espalda encorvada y sus piernas paralizadas; los estragos del pasar de los años, mientras que ella seguía tan joven como siempre, donde el tiempo no significaba nada para ella, pero que para su padre lo significaba todo: porque el era humano, y ella era un ser de la noche, conocido como vampiro.Una vampira que sentía tanta preocupación por su padre, como no lo sentía por si misma. Deseando que el tiempo corriera lento, muy lento, pero mientras más lo pensaba más rápido pasaba.
-Papá te llevaré arriba -El anciano se estaba quedando dormido, Rin se acerco y lo cargo llevándolo a su habitación. Lo acomodó en la cama y luego se dirigió a la puerta.
-Ten cuidado, hija -la voz envejecida se escuchó junto con un suspiro de pesar, Rin sintió un escalofrío, pero le sonrió a su padre y asintió.
-Sí, lo sé.
Salió por la puerta con calma, dirigiéndose al patio trasero, y se encamino por las calles en busca de comida. Todas las noches hacía lo mismo de forma discreta, no escondiéndose de los humanos, sino de los demás vampiros: Rin era hija de una vampira sangre pura, cuyo error cometió en la vida fue enamorarse de un humano, Rin tenía los recuerdos vividos de Kikyo: una mujer de rostro suave, pero serio. Su madre corría con ella en brazos huyendo, la escondió bien y luego huyo, Rin nunca volvió a ver a su madre, cuando preguntó por ella a su padre, este solo agachó la cabeza sin decir una palabra, años más tarde comprendió: su madre fue asesinada, no por humanos, sino por su misma raza, vampiros obsesionados con la pureza de su clan.
Rin sabía, pero al final no había nada que hacer, no tenía poder para vengarse, buscar aquello sería buscar su propia muerte, al final supo que los malos ganaron.
Soltó un suspiro y se adentro al bosque, visualizando a un animal y bebiendo su sangre. se saboreo unos minutos antes de adentrarse mas profundo, cuando llego a un claro lo vio: era un hombre apuesto, de cabellera plateada, podría ser el hijo de la luna, tan hermoso como su brillo. Se acercó sin hacer ruido, pero al final se detuvo y lo llamó.
-¿Sesshomaru?
Él se giró y la miró, con esos ojos fríos que la hacía temblar. El corazón de Rin empezó a latir con prisa, hace algunas noches, cuando se reunieron allí él se le acerco, demasiado, al final se inclinó y la beso; fue repentino y ella no supo que hacer, cuando él se apartó la miró, Rin se asusto tanto que huyo. Él le gustaba, le gustaba mucho, por eso volvió a él. Ignorando el hecho de que esa mirada fue peligrosa.
Él se giró, pero no la miró, Rin no comprendía por qué Sesshomaru siempre iba a ese lugar y se quedaba mirando el enorme árbol de enfrente, Rin no sabía desde cuando él hacía eso, pues ella llevaba años yendo allí, disfrutando de la noche sentada en una de las ramas del árbol y jamás lo vio hasta hace un poco más de seis meses.
Ignorando su nerviosismo, Rin tomó valor y se acercó, abrazándolo por la cintura; descanso su cabeza en el pecho de él sin decir palabra. Pensó que si Sesshomaru la beso la noche anterior era porque sentía algo por ella ¿verdad? Su corazón latió con fuerza cuando él puso una de sus manos en su hombro.
Levantó la cabeza para encontrarse con aquellos ojos dorados. La felicidad la invadió cuando él volvió a besarla, adentro su lengua en su boca y recorriéndola por completo; sin embargo ese beso no duró mucho cuando él se separó de sus labios y su voz fría se dejó escuchar.
-Lo suponía.
Rin no entendió y estaba a punto de preguntar cuando sintió un dolor punzante en la espalda que la hizo gritar, se apartó, pero no con la suficiente rapidez, pues Sesshomaru la hizo caer. Horrorizada vio como él se le lanzaba encima con una daga de plata y se la encajaba directo al corazón. No tuvo tiempo de pensar, ni siquiera de volver a gritar cuando dejó de respirar. Sus ojos se quedaron abiertos y llenó de lágrimas.
Sesshomaru se incorporó cuando vio que estaba muerta y escupió: el horrible sabor a sangre aún permanecía en su boca, sus labios se alzaron ligeramente, dio media vuelta y se marchó; el sol se encargaría del resto.
••••••
-¿Ves aquel anciano?
Kagome Higurashi señaló al viejo que estaba en una silla de ruedas al otro lado de la calle, dándole volantes a todo al que pasaba.
Sesshomaru la miró esperando que esta continuara hablando porque era obvio que él lo había visto hace rato, el anciano tenía su envejecida cara llena de preocupación.
-Su nombre es Inuyasha Harunoko, esta mañana fue a la sala de investigación CZV hacer una denuncia. Me sorprendí bastante, creí que se había equivocado de lugar, pero resulto que no. Está buscando a su hija desaparecida, resulta que la chica es mitad vampiro; su madre fue asesinada por su propio clan y la niña logró sobrevivir gracias a que era inmune al sol -Kagome revolvió su bolso hasta encontrar una foto-. Mira esta es la joven, Rin Harunoko, desapareció hace dos días.
Sesshomaru se sorprendió, era esa Rin, la misma vampiro de ojos avellanas.
-¿Te sorprende verdad? Yo también me sorprendí, es la misma joven que encontró el cadáver de tu difunta esposa; estuve haciendo algunas investigaciones y no hay nada raro, la chica es bastante ejemplar. No tiene enemigos y es profesora en el colegio primario de Saint Shikon, una muy buena, tampoco bebe sangre humana, lo hace de animales en el bosque, según su padre odia a los vampiros tanto como nosotros. Estuve preguntando a los vecinos si habían visto algo raro y nada, solo dijeron que se veía preocupada por su padre, siempre cuidándolo, así que es bastante extraño que no haya aparecido. Ya han pasado dos días desde la ultima vez que la vieron... ¿Sesshomaru?
Kagome vio como el hombre dio la vuelta dejándola hablando sola, no se lo encontró extraño, pues Sesshomaru solía hacer eso muy a menudo.
Con el corazón en la mano. Sesshomaru condujo adentrándose al bosque, por segunda vez en su existencia sintió una opresión, cuando se bajo del auto que caminó hasta llegar a aquel lugar se dejo caer de rodillas, allí, en estado de descomposición, casi irreconocible se encontraba aun el cuerpo de Rin Harunoko, Sesshomaru supo en ese momento que había errado al dejarse llevar por el sabor a sangre que sintió las dos veces que la beso, cegado por su odio hacia los vampiros que habían arrebatado a su mujer, se llevo a un ser inocente; sin embargo a pesar de eso no había vuelta atrás, con un rostro indiferente, pero con mil pensamientos caóticos, se puso de pie, dispuesto a limpiar el desastre y hacer de cuentas que nada pasó.
ESTÁS LEYENDO
Eѕρєנσѕ & ¢α∂єиαѕ
FanfictionEѕρєנσѕ ρσяqυє ℓα νι∂α єѕ υи яєƒℓєנσ. Cα∂єиαѕ ρσяqυє єѕтáи αтα∂σѕ α ѕυ ιиƒιєяиσ. ✿No me hago responsable con lo que te puedas encontrar. ✿Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi® ✿Credito de la imagen utilizada para la portada a su respectiv@ a...