—Nyeh… Frisk, llevamos dos horas dándole vueltas al centro y a la plaza, ¿qué estás buscando? —la de piel más oscura se dio la vuelta, observando cuidadosamente en qué calles se encontraban. Hace mucho que perdieron a los caninos, Papyrus sabe que se está asegurando de que nadie los escuche.
—Perdón Paps, solo quería hablarte de la ubicación que encontré hace unos días —solo con eso el mayor se quedó sin palabras. ¿De qué ubicación habla? ¿Encontró un rastro que dejaron por accidente?
—¡¿Nyeh?! ¡¿En serio?! ¡El gran Papyrus merece saberlo antes que nadie! —la tomó de los hombros, agitando los mismos con esa actitud infantil que siempre ha mostrado. Frisk sonrió, riéndose por la actitud de su mejor amigo. La chica asintió, tomándolo de la mano para guiarlo a una de las paredes más cercanas.
Sacó unos planos, expandiendo los mismos con bastante delicadeza sobre el suelo. Se agachó a su altura pidiéndole antes al más alto que hiciera lo mismo. Comenzó a señalar varias ubicaciones cercanas a la casa donde encontró la pista.
—Aquí —señaló, marcando el plano con un lápiz que encontró en su camisa—, aquí encontré algo cuando fui a la mansión de mis tíos. Había un papel que no se quemó y una fotografía en la que Sans y Asriel estaban posando.
El mayor frunció el ceño.
—Frisk, mi hermano no es un asesino. Por favor no digas eso de él, él es una gran persona —la castaña se disculpó.
—Sí, es todo un vago y no sospecho de él —pero el ajeno se cruzó de brazos—. Paps, no me mires así… en serio no sospecho de él. Ustedes no estaban en la ciudad cuando todo sucedió, y yo tampoco… así que creo que intentaron inculparnos dejando ropa nuestra.
—¿Ropa nuestra? Nyeh, eso da miedo, no sé a qué te refieres —se sentó a un lado, analizando de forma detallada qué tan acertadas podían ser las investigaciones y teorías de su ajena.
Maldita sea, Frisk está cerca del caso. Demasiado cerca. Les está siguiendo la pista.
—Sí, ropa nuestra. Aquí, y aquí… —señaló dos lugares más—. ¿Recuerdas que fuimos los principales sospechosos durante las primeras horas de investigación?
Papyrus asintió. ¿Cómo olvidar eso? Tranquilizar a Sans fue muy complicado, él solo quería moler a golpes a Chara por considerarla la culpable de todo.
Frisk siguió hablando, creyendo que su ajeno la escucha con total honestidad en sus respuestas—. Lo desmintieron cuando les dimos pruebas de que no estábamos en la ciudad. Nos dijeron que quedó marcado en el expediente de la investigación, pero cuando fui a revisar los nuevos papeles con los aportes para el caso me dijeron que esa carpeta no existía —suspiró. El dolor de cabeza comenzaba a expandirse nuevamente. Y Papyrus lo notó, era una oportunidad para desviar el tema de la carpeta que se encargó de guardar para eventos posteriores.
—Deberíamos descansar de esto, ¿por qué no vamos a comer algo? —la menor asintió, guardando todas las cosas para no perder ninguna—. ¡No, no! ¡Ve a la tienda y compra algo de comer! ¡Tu gran y confiable amigo se encargará de guardar todo!
Solo hubo una risa y sin más ella se marchó, siempre ha confiado en él. Es una lástima que su persona más confiable sea el que está saboteando la investigación.
Tomó el lápiz que su amistad le dejó a un lado, y con magia comenzó a sobreescribir todo con la impecable caligrafía de su mejor amiga. Coordenadas, posibles rutas de escape, zonas sospechosas, lugares en los que se encontraron pistas. Todo. Frisk no necesita saber nada de ellos.
Frisk no tiene que seguir estorbando en el caso.
Frisk tiene que dejar ir a Chara, debe aceptar que Chara es feliz viviendo con ellos.
Frisk tiene que creer cada una de las palabras que le diga para no tener que recurrir al asesinato.
Ella es una gran amiga y una gran fuente de información, no desea perderla. La castaña es como un gran banco, siempre usando su dinero para invitarle cosas, incluso cuando él tiene su propio monedero. Es una persona amable y determinada, por eso fue muy fácil acercarse a ella en las vacaciones de verano.
Al terminar con su labor tomó el teléfono que tenía en su bolsa y lo aplastó, el teléfono quedó inutilizable e irreconocible.
—¡Paps! ¡Logré apartar una silla para ti!
Y le parece tierno que crea que son amigos. Alzó su mano en señal de que ya iba para allá, metió los planos bien doblados en el estuche y tomó el monedero de la de piel oscura. Frisk no necesita ninguno de esos chips de rastreo. Nadie necesita encontrarla si se pierde o es secuestrada, y por ese motivo se aseguró de que no sean más que polvos esparcidos en el aire.
Iría a disfrutar de su comida con la ajena para poder regresar rápido con su hermana. Ella probablemente ya lo extraña. El síndrome de Estocolmo es tan maravilloso para él, gracias al mismo puede disfrutar de que su hermana ya lo trate nuevamente como un hermano menor.
Es triste, no son más que mentiras, dulces mentiras en las que el de cabellos blancos está viviendo. Mentiras que toma de verdades por no querer aceptarlas.
No tiene idea de los problemas que le traerán.
( • • • )
El mayor miedo de la castaña se cumplió al sentir su teléfono vibrar en su bolsillo. Papyrus es un traidor, confió en quien no debía.
Resguardó bien los planos más importantes y dejó que rayara las copias, no puede creer que estuvo conviviendo con una potencial pista sin que se diera cuenta antes.
—Sans tenía razón… —balbuceó.
¿Pero qué sentido tiene que un hermano delate a su sangre?
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Sister [Chara]
FanfictionSu única actividad "divertida" es escuchar las disputas entre sus llamados «secuestradores». Chara creyó conocer bien a uno: Sans, aquel que fue su mejor amigo. Es exactamente ese mismo "mejor amigo" que terminó siendo el que ayudó a llevarla a esta...