Capitulo V

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Uno de los empleados de Hiro debia recogerlo a las siete menos diez. Las bebidas se tomarían en la biblioteca, la cena en el comedor de etiqueta. Karmi se encargaría del catering y se sentaría a la mesa con ellos. En el salón que siempre habia sido de su familia.

-¿Porque lo haces? -le preguntó su padre por undécima vez.

-Hiro insistió-repuso Miguel. "No tengo elección", penso.

-¿Y tu siempre le obedeces?

-Sólo a veces.

-Estás muy guapo, mamá-dijo Marco, tomando a su madre de la mano. No le gustaba cuando su abuelo discutía con él-Me gusta como se te ve el traje-añadió, observando el traje color azul oscuro que resaltaba mas la figura envidiable de Miguel-Nunca lo habia visto.

-Todo en tu madre te encanta, Marco-comento Enrique con una sonrisa. De niño el también habia disfrutado admirando a su madre cuando se arreglaba-Estas muy hermoso, hijo-afirmo e hizo una pausa-¿Por qué no te pones los rubis de tu madre?

-!No quiero pasarme, papá¡

-Pues yo quiero que estes radiante-protestó su padre-Esos malditos extraños estarán rondando en nuestra casa... Te traeré los rubis. Quiero que te lo ponga. No quiero que seas menos que nadie, hijo. Seguro que los demas invitados llevarán sus mejores joyas.

-Es probable, papá-aceptó Miguel-Pero, tal vez, los rubis sean excesivos.

-Tú sabrás llevarlos con gracia y elegancia-señaló su padre y se levantó para ir a buscar el collar-Ademas, combinara a la perfección con tu traje. El azul resaltar el collar y tu bien parecido aspecto.






























《♡》
















Hiro, impresionante con su esmoquin, lo recibió en la entrada.

-¡Ah, Miguel! ¡Eres la belleza en persona!

Hiro inclinó la cabeza y lo besó en la mejilla. A Miguel se le subio la temperatura al instante.

-Veo que te has puesto los famosos rubis de los Rivera-le susurro Hiro al oido-Son preciosos, pero no mas que tú.

-Gracias, Hiro-dijo Miguel, intentando sosegar el galope de su corazón-Mi padre quería mantener alto el listón de la familia.

-¡Y vaya si lo ha conseguido! -exclamó el mayor-Pasa por favor.

Hiro le dio la mano y Miguel sintió como una corriente eléctrica le recoria por todo el cuerpo.

-Te presentaré a mis invitados. Seguro que van a agradarte.¿Sigues pensando que es una tragedia haber perdido la hacienda? -inquirio Hiro, inclinando la cabeza.

-No. Solo la queria para que fuera para Marco algún dia.

-Entonces, tus plegarias han encontrado respuesta-contestó Hiro con sarcasmo.

El secreto de Miguel (Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora