único.

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Siempre tomaba el mismo tren de la estación todos los días, a la misma hora

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Siempre tomaba el mismo tren de la estación todos los días, a la misma hora. En el mismo lugar.

Todo por ti JungKook.

Me gustaba verte de lejos, tu perfil era muy lindo. Tus hebras negras brillaban bajo el sol y tus ojos eran como dos zafiros hermosos.

Siempre esperábamos el mismo tren y solíamos coincidir en la hora, me gustaba compartir aquellos momentos contigo.

Algunas veces me preguntaba que pasaría si fuese más guapo y un poco más listo, o incluso si fuera especial. Tal vez así tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte qué tal va tu día, tal vez presentarme y dejar de ser un desconocido para ti.

No obstante, mis pensamientos son interrumpidos por la llegada del tren, como siempre.

El vagón para.

Entramos y toma asiento en mi asiento habitual mientras tú te sientas frente a mi y te dedicas a mirar por la ventana con desinterés, algo usual en ti.

Me pregunto que pensarías si supieras que llevó mi mejor ropa y arreglé mi cabello especialmente para ti.

Te veo bostezar y hacer una pequeña mueca en tu rostro al sentir tu teléfono vibrar, mis pupilas se dilatan al verte reír por algo mientras mensajeas en tu celular. No mentiré, creo que tu sonrisa es incluso más bonita que tus lindos ojos.

De pronto me miras, te miro y mis mejillas se colorean de un rojo brillante mientras mantengo mi respiración apretando mi mochila, tú apartas la vista rápidamente y yo comienzo a creer que mi corazón necesita un descanso ahora mismo.

¿Realmente logré captar tu atención?

Así pasan los días, de lunes a viernes. De estación a estación de frente tú y yo.

De pronto... vuelve a suceder.

Me miras y yo hago lo mismo, mis mejillas arden al escucharte suspirar y espero que apartes tu vista como sueles hacerlo pero hoy es diferente.

Y entonces ocurre.

Tomo una inhalación con fuerza y pronuncio tu nombre entre tartamudeos, observo como tus ojos se expanden de la sorpresa, supongo que piensas que soy un tonto. Mi vista va directamente al suelo de sólo pensarlo, me quiero morir en ese mismo instante.

Pero el tiempo se para, te acercas a mí.

— Y-Yo... Yo no te conozco pero juro que cada fin de semana te echo de menos como si lo hiciera. — Murmuras tan bajo que estoy seguro que solo yo pude escucharte. — Cada mañana, rechazo el directo y elijo este tren... por ti. — Dices y de pronto, todo a mi alrededor desaparece. Tu voz era tan dulce y aquella sonrisita que tenías en tus bonitos labios sólo hacía que mis mejillas ardieran más haciéndome quedar plasmado con todo tu encanto.

Un agradable calorcito envuelve mi corazón cuando tomas mi mano y me miras directamente a los ojos, ¿puedes escuchar lo mucho que mi corazón se acelera?

Y entonces... llegamos a un túnel que apaga la luz. Todo se vuelve oscuro y repentinamente ya no puedo ver tus ojos, tus preciosos ojos.

Un gran estruendo se escucha cerca y todo se vuelve un descontrol, los niños comienzan a llorar y hay humo por donquier, la gente grita y pide socorro, no entiendo que sucede.

Mis ojos se cristalizan a causa del humo y escucho tu respiración temblar de forma brusca, mis manos logran encontrar tu rostro y tomo tus mejillas con suavidad. Me vuelvo valiente y besó tus labios.


Besarte era mejor de lo que imagine, tener tus labios moviéndose sobre los míos sintiendo la suave textura de estos y el dulce sabor que poseen, no es mi primer beso y aún así siento como si así fuera.

Dices que me quieres y no entiendo porque mis mejillas se encuentran mojadas al igual que las tuyas. ¿por qué las personas a nuestro alrededor gritan? ¿por qué de repente me cuesta tanto respirar?

Todo es tan oscuro y confunso, pero no puedo dejar de repetir tus "te quiero" en mi mente.

Estoy tan feliz que siento mi corazón querer explotar.

Jung Hoseok. — Digo de forma ahogada sintiendo mis pulmones encogerse, mis dedos tiemblan pero no puedo soltar tu rostro. En realidad no quiero hacerlo nunca.

— Jeon JungKook. — Pronuncias por lo bajo con esfuerzo y una sonrisa surca mis labios, todo el escándalo y dolor físico queda en segundo plano cuando te escucho decirlo. En realidad, no hacía falta que lo dijeras puesto que ya lo sabía, pero me sentía dichoso de igual forma.

— Lindo nombre, JungKook. — comento y puedo apreciar tu linda risa, aunque esta suene un poco lejana.

Por fin sabes mi nombre y dejo de ser un desconocido para ti. Por fin, puedo tocarte y sentir lo suaves que son tus mejillas. Por fin, por fin tuve la oportunidad de besarte.

Nuestros alientos se mezclan, mientras nos abrazamos mutuamente, comenzamos a repetirnos una y otra vez lo mucho que nos queremos.

Porque nos amamos.

Entonces mis labios y los tuyos vuelven a unirse, sigues diciéndome lo mucho que esperaste por este momento y lo enamorado que estás de mí.

Tu voz es baja ahora, y suena como si te costara toda una vida decir una sola palabra, al igual que a mi.

Hoseok... te quiero, te quiero. — vuelves a decir y una pequeña sonrisa se hace presente en mis labios de nuevo porque pude escuchar salir mi nombre de tus labios, justo como siempre quise. Quiero decirte lo mismo, de verdad lo quiero.

Pero JungKook... mi garganta arde y tengo un gran nudo en ella que me impide hacerlo, pero eso no importa, ¿cierto? Porque tu sabes lo mucho que te quiero, ¿no es así?

Todo alrededor nuestro queda en silencio, los niños dejaron de llorar y todo queda en paz dentro del vagón. Una calidez nos rodea y me siento en calma por fin.

Juntas tu frente a la mía y comienzas a llorar como un niño pequeño cuando mis manos dejan de sostenerte, aún cuando ambos sabemos que nuestra historia llega a su fin sigues diciéndome lo mucho que me amas.

Y yo te regalo el último soplo de mi corazón.

Y yo te regalo el último soplo de mi corazón

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Jueves | JungHope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora