AZABACHE

Capitulo 3.

el dolor se extiende, y mis fibras musculares se desgarran, no sangro, pero siento como arden mis celulas al reproducirse, es algo que con el tiempo se sensibiliza y al final puedes sentir con una exactitud digna del animal interio, como se cura tu cuerpo.

llevo mi mano a mi costilla y me muevo contra un roble grueso que esta a mi derecha, de un salto mis piernas se impulzan del tronco del arbol al objetivo, pero este se mueve y mi brazo pegado a mi costado desestabiliza mi punteria, caigo al suelo y ruedo unos metros aruñando mi piel con las diminutas piedras de la tierra. Cierro los ojos, se creeria que una costilla rota deberia doler mas que unos rasguños, pero el dolor es distinto, mi fractura es un golpe seco que se cura en cuestion de minutos pero una cortada o rasguño sucio dura horas si no se limpia pues las celulas se reproducen una y otra vez intentando sanar algo que aun no esta en buen estado, esto desgasta exageradamente el sistema de defensa.

- Vamos Ondi, no seas debil - Aren grita desesperado, la luna llena se acerca y su cuerpo pide una contrincante justa, pero estoy cansada.

- Debil tu culo - respondo poniendome de pie, mi brazo gotea sangre pero no es de alarmarse, mi cuerpo trata de expulsar la suciedad.

- Si mi culo fuera debil no le encantaria que le den.

- Si me gustara saber esa informacion me compraria un elfo cochino para que me lo susurrara al oido querido - paso por su lado y me dirijo a los lavados, el campo de entrenamiento es grande y llegar a ellos es un largo camino, siento como aren se acerca caminando detras de mi a paso lento, ha entendido la indirecta de que se acabo la diversion.

-Ultimamente estas mas debil querida - toma mi mano entre la suya y las entrelaza, tenemos esta costumbre desde que tengo memoria, es su forma de hacerme sentir acompañada cuando estoy agotada, herida, enferma, o solo quiere tomarla, a decir verdad creo que ahora es mas costumbre que significado.

-Estoy cansada, atticus decidio que hoy tampoco tenia derecho a dormir hasta una hora descente - el dia apenas ha llegado a la mitad de la tarde y ya quiero dormir de nuevo.

las fuentes de agua se divisan ahora mas cerca y apresuro el paso para poder limpiar mi piel que arde con locura. A medida que me acerco voy desgarrando la tela de mi camiseta de manga larga, tontamente se cree que estas prendas protegerian mi cuerpo, pero somos lobos no se ni porque lo intento. Me deshago de la manga completa de mi brazo a la vez que llego al lavado, me inclino y dejo correr el agua, tomo un poco entre mi mano y la presiono contra mi antebrazo, mi brazo y mi hombro repetidamente, arde con locura y mi interior gruñe tratando de menguar el dolor, las piedritas caen al lavado y se pierden junto con la sangre, mi piel comienza a sanar.

Aren esta callado detras de mi, lo siento y huelo, aren huele a una mezcla entre eucalipto y romero, es algo tranquilo, huele como a la orilla de un lago encantado, y se vanaglorea de ello alardeando que su mate sera un sireno o una criatura marina extremadamente sexy, se supone que tu olor crea algo en tu mate, un recuerdo, una parte de su hogar.

me enderezco y dejo que las gotas de agua se escurran y sequen por si solas con el aire. Aren toma mi lugar y se lava el rostro secandose con su camiseta cuando termina. Su pelo es azul, y se mueve graciosamente junto con su cuerpo. Gruñe estripitosamente cuando se endereza.

-Diosa luna! - levanta las manos dramaticamente en señal de desespero - Necesito ya la luna llena o explotare, no entiendo porque aun no llega mi mate, estoy ahogandome.

- Oh piadosa! - lo imito y dramaticamente levanto un brazo para llevarme la otra mano a mi frente. mi cabello esta sudado y pegado a mi cara asi que aprovecho para retirarlo - Dale a este lobo imbecil lo que desea o me volvera loca con su agonia.