18. Morir En Tus Brazos

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Sus miradas se cruzaron, ninguno se atrevió a dar un paso al frente, por largos segundos el sentimiento que los albergaba a ambos los paralizo ¿realmente estaban juntos una vez más? todo parecía ser un sueño

-Fyodor- no se percató en qué momento el pelirrojo lo rodeo con ambos brazos fundiéndose una vez mas en un fuerte y cálido abrazo que no dudo en corresponder

- Chuuya... no puedo creerlo- el ruso lo tomo por ambos brazos para examinarlo, queria asegurarse que no le hubiesen hecho nada de lo que se arrepentiria por haberlo abandonado durante una semana - ¿que te hicieron? Dazai... ¿que te hizo él?

El pelirrojo bajo la mirada al recordar al mencionado, al pensar en lo extraña que fue su estadía en ese lugar -Dazai... fue muy extraño pero... él no me hizo nada- no mentía, durante siete largos días permaneció en la misma habitación mientras sus heridas sanaban lentamente, le llevaban comida tres veces al día e incluso cambiaban sus vendas, no fue torturado ni siquiera lo tocaron de una forma intima para abusar de su cuerpo - solamente me veía... como si esperara algo, algo que no ocurrió- alzo la mirada para encontrarse con sus orbes violetas -Dazai esperaba que fueras por mi -

-yo quería ir por ti, pero sabía que solo sería suicidio, que te matarían y lo que hiciste hubiera sido en vano - paso su pulgar por sobre su mejilla acariciando esta como si se tratase del pétalo de una rosa

-yo no quería que fueras por mí, confiaba que con el libro podríamos volver a estar juntos... pero estoy feliz de verte una vez más - no lo pensó dos veces antes de abrazarlo por segunda vez con la misma intensidad ocultándose sobre su hombro buscando la tranquilidad que le daba su cuerpo.

Todo ese tiempo llego a creer que no volvería a verlo, que su último momento juntos había sido una discusión, que su relación había llegado a su fin aquel crepúsculo en que se encontró al detective y se atrevió a mancillar el amor que le prometió al ruso con el simple beso que le dio al contrario, perdería en sus recuerdos cada beso, cada caricia y cada palabra de amor que se juraban.

Fyodor se había convertido en su motivo de vivir.

Ese fue el momento en que ambos unieron sus labios en un beso tierno y dulce, un beso necesitado donde miles de sentimientos volvieron a flote tal y como la primera vez.

Después de eso solo volvieron al cuarto, Pushkin se encargó de revisar su cuerpo para curar cualquier herida que tuviera pero estaba limpio, no había ni una sola marca ni cicatriz del atentado de hace unos días, la doctora Yosano se encargo de eso antes de ser liberado por la Agencia tal y como en ese momento era el plan del castaño

Las horas transcurrían, todo parecía que nada ocurrió, el pelirrojo ya se encontraba con su típico traje limpio, sin tachadura alguna, la vigilancia por parte de los miembros de las ratas había aumentado en número, fuera y dentro de las minas donde permanecían ocultos a las afueras de Yokohama, cada camino bloqueado hasta donde se encontraban esperando así el momento en el que el libro funcionaria, en el que lo que escribieran en él se haría realidad, un mundo sin organizaciones sobrenaturales, un mundo sin habilidades donde todos seria iguales.

Sabían que era cuestión de tiempo para que tanto la Port Mafia como los detectives llegaran, no era mera casualidad haber liberado al ex mafioso el día en que la luna llena estaría en su punto mas alto y aun si Nakahara aseguraba que estuvo atento en todo momento para que no lo siguieran no podían fiarse de Dazai.

Faltaban menos de veinte minutos para la media noche cuando las cámaras mostraron a los intrusos, la lluvia de balas se escuchaba a través de las bocinas, tres organizaciones unidas para detener a la que invadía a su ciudad, el plan de los tres horarios demostrando todo su poder en ese último ataque

Una Noche De Copas (Fyoya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora