Not today

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— Yo sugiero que lo eliminemos de una vez por todas.— Dijo Zaquiel con determinación.

— No, deshacernos de un arcángel es un pecado muy grande, no quiero llevar eso a cuestas, es mejor encerrarlo en las celdas de castigo, ni él puede escapar de ahí. — Argumento Dariel.

La rebelión ha comenzado los ángeles están planeando derrocar al príncipe de la milicia celestial y segundo al mando, su padre le otorgo ese poder desde que nació.

— Yo apoyo a Zaquiel, es mejor exterminar a Miguel, así sus hermanos estarán bajo nuestro mando — Exclamó Fariel.

Dariel los miró con el entrecejo fruncido, sus hermanos sugiriendo matar a un arcángel, él sólo quiere que haya un orden, que les den indicaciones y ellos seguirlas, intentará hablar con Miguel una última vez, dependiendo de la respuesta, tomará una decisión.

— Nos vemos mañana de nuevo en el plantío.

Sus hermanos asintieron y volvieron a sus labores, Dariel hablo a su padre, le suplicó volviera, rogó, pues no quería tener que tomar una mala decisión tan necesaria, no recibió respuesta, inhalo profundamente y se encaminó  hacía la habitación de Miguel es imperativo poner las cartas sobre la mesa, sería totalmente honesto con él.

Miguel está inmerso en un enorme libro, como en los últimos días, sigue buscando información, se ha escapado frecuentemente para ocupar su recipiente y poder ver a esa criatura que se ha convertido en un imán, es muy ágil y ha evitado ser visto, sin duda está completamente seguro de que es antinatural sentir, ellos no nacieron con ese propósito, sin embargo desde que conoció a ese demonio en ese recipiente tan exquisito, su mente, su ser ha estado distraído, tiene una tremenda necesidad de estar cerca de él, quiere verlo, necesita verlo y por lo mismo ha descuidado sus labores, lo sabe perfectamente, no obstante no existe otra alternativa, en ocasiones ha pedido a su hermano Rafael hacerse cargo, pero hay sido sumamente difícil, ya que a Rafael le desespera dar órdenes, él es un sanador no un militar, detesta tener que ponerse en el papel de líder, por lo que su tendencia a ignorar a los ángeles o incluso a simplemente irse a quien sabe donde aflora todavia más.

El arcángel dentro de su recipiente escucha toques en la puerta, deja que pasen pensado que es alguno de sus hermanos, pero deja caer el libro cuando escucha una voz completamente distinta.

Con el brazo recargado en la parte superior del respaldo y la otra sobre su muslo, mira con los labios entreabiertos a la figura frente a él.

— Dariel... —. El arcángel cruza las piernas, coloca las manos sobre su abdomen y traga saliva. — ¿Qué se te ofrece?

El ángel lo mira de arriba a abajo, sin saber como formular las palabras adecuadas, pero lo que más le perturba es verlo en el recipiente.

— ¿Tuviste una misión? —. Pregunta con los ojos desorbitados.

— No tengo porque darte explicaciones —. Contesta tajante.

— Sin embargo no es correcto, Dios dijo que éste es un lugar sagrado,  un humano no es un ser puro, nacen del pecado original.

— Claro, y por eso es que Jesús está aquí...—. Se le escapa, rodando los ojos con gesto hastiado.

— ¿Qué dices? —. Pregunta Dariel.

— Dime, que quieres.

— Quiero saber cuándo te vas a responsabilizar de tus deberes,  por si no lo has notado, todo es caótico por aquí, dejaste a cargo a Rafael y él se va a no sé donde, tú estas metido en libros y si no, no estás.

— ¿Y acaso no conocen sus deberes? Tanto tiempo haciendo lo mismo y aún necesitan que se les arreé como borregos, perfectamente sabes que deben hacer ¡Es puro sentido común! —. El atleta se levanta del asiento, aún con su baja estatura (Al lado del ángel obviamente) muestra un gesto arrogante, altivo.

My Perfect Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora