Mi rincón

»Eras perfecta«

Érase una vez una niña que le temía a su reflejo, a su cuerpo, a cada "kilito de más", a los "gorda" y a sus estrías. Cerraba los ojos al pasar junto a un espejo. Lloraba cada vez que al ducharse su cuerpo quedaba descubierto.

Soñaba con vaciarse, pero no sabía que eso la mataría. Cada vez que se llenaba, se esforzaba en dejarlo todo ir. Y con ello, también se vació de autoestima, de sus sueños, de los colores del mundo y de su auténtico ella.

Poco a poco, se aisló y se creyó sola. Ya solo estaba rodeada de los matones que se burlaban de su estado débil y casi esquelético. Y trataban de romperla a golpes. Porque la llamaban monstruo horrendo, y ella creía merecerlo.

Nadie parecía ver más allá de la chica solitaria. Más allá de la máscara fría que se había creado. Ni siquiera sus amigos parecían comprender qué pasaba. Nadie veía más allá; nadie salvo un ángel. Un ángel que trataba de cuidarla; le sonreía en los días más oscuros, regalándole luz; le prestaba atención a los detalles.

Uno de los días, la niña fue a vaciarse, pero el ángel la rozó. Le tomó la mano y susurró. Susurró las más bellas palabras. "Eras perfecta. No deberías haberte hecho tanto daño." La niña quiso ignorarlo y volver a dejarlo todo ir. Todo el dolor, todo lo que la hacía sentir pesada. Pero cuando estaba a punto de hacerlo, las palabras rebotaron en su mente. Eras perfecta. Eras perfecta. Eras perfecta. Eras. Eras.

La niña siguió entera ese día. Y el siguiente. Y el otro.

La niña abrió los ojos y no solo se vio rodeada de dañadores. También vio la bondad en las personas y volvió a confiar en sus amigos. Contó el dolor que sufría, desde dentro y desde fuera.

Poco a poco, los demonios fueron desapareciendo uno a uno. La niño no lo sabía, pero el ángel los estaba combatiendo uno a uno.

Al final, la niña dejó de temerle a us reflejo, le sonrió a su cuerpo, aprendió a construir templos a sus estrías, a enorgullecerse del peso que marcaba la báscula. La niña dejó de cerrar los ojos ante el espejo y empezó a reír al ver su figura.

Y el ángel estuvo ahí para verlo... hasta que dejó de estarlo.

Lo que quizás no sepan es que la niña tenía nombre... y ese nombre era Catherine.