capitulo V

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Aquella fiesta, como habían indicado los mortales, estaba en todo su furor, todos bailan al ritmo de la música, parejas se comían la boca sin pudor alguno, la verdad algunos parecían que hacían algo más que comerse la boca el uno al otro, los mortales ebrios iban y venían, sin contar, las que se les insinuaban descaradamente, en la que tenían rodeados aquel padre dioses que estaban más que incomodos con aquel trato, que recibían de aquellas mujeres. Que los veían como si comida se tratara. Algo que lo tenía realmente hastiados con la situación, el dios del miedo, solo veía a distancia como su amada ser encontraba practicando muy animada mente, con un mortal, el cual no dejaba de coquetearle descaradamente, pero este hacia uso de toda su fuerza de voluntad, por ir, y separar al mortal de su sobrina, y es que él había prometido a su cuñada, que no solo la cuidaría, también le había prometido que no le quitaría la vida a ningún mortal, y allí estaba ese chico, midiendo su capacidad de razonamiento

Jungkook, el dios del dolor, se encontraba realmente incomodo, pues tenía a una castaña, tan cerca de él, que lo tenía algo fastidiado, y rogaba a los dioses, que la alejaran de él, pues no quería hacerle daño, además que de veía como una rubia, lo observaba con una ceja enarcada, como si lo estuviese juzgando, de que aquellas chicas se le ofrecieran con descaro, pero él no tenía culpa alguna, el dios, solo estaba allí, mientras ella eran atraídas por su aura, algo muy común , al ser un hijo de afrodita, ya que su belleza y su aura te persigue por doquier, incluso si escondían aquellos ojos que demostraban su precedencia, aunque tampoco sabía, porque deseaba darles explicaciones a la mestiza, pero tenía un deseo incontrolable, de ir e indicarle que no era su culpa, que las mortales, se le fueran como si de miel se tratara, pero al ver que un chico la tomaba por la cintura, y la guaba a aquella pista de baile improvisada, decidió quitar la vista de aquella rubia, mientras enviaba a la castaña por un trago, y así lograr librase de los brazos, que estaba tocando más de la cuenta, enfocando su mirada en su hermano, quien parecía que deseaba asesinar al mortal que hablaba tan animado con Alexandra

--no necesito sentir tu alma, para percatarme que estas apunto de asesinar al mortal, con solo oír tus dientes rechinar desde aquí, a pesar de la música, me puedo percatar hermano...-- jungkook decidió sacar a su hermano de sus pensamientos, y es que temía que jimin se llegara a descontrolar, pero por parte de jimin, se sintió algo avergonzado, pero no sabía cómo actuar, y es que este nunca en su vida había llegado a sentir aquello que los mortales llamaban celos, ni siquiera con Artemisa, con la diosa que llego a creer que las cosas llegarían a hacer enserio, solo que un día despertó, que ella no era lo que buscaba, y la alejo por completo de él, pero allí estaba el dios del miedo, apunto de ir y cortarle la mano al mortal, por atreverse a tocar a su chica, porque eso era, era suya, y odiaba ver que un simple mortal se atreviera a tocarla

--por Zeus... por favor, puedes decirle que calme sus pensamientos, siento que voy a explotar... además que su aura se puede llegar a salir de control...-- no sabía en qué momento había llegado la mestiza, pero para jimin, no era un inconveniente, y a pesar de haber escuchado por boca de su hermano, lo talentosa que era aquella chica, no le importo, siguió una y otra vez imaginando todo lo que podría hacerle aquel mortal, por atreverse a tocar a la chica que las moiras habían puesto su camino, por el lado jungkook, no puedo evitar sentir aquel resentimiento, el cual no sabía el porqué, pero si sabía que estaba enojado con ella, y es que como osaba a ir a bailar con un mortal, él sabía que ella era una mestiza, y que estos por lo general, se involucraban con mortales, y al paso de los años, perdían la sangre divina, pero su enojo lo inundaba, y aunque no sabía la razón la ataco con sus palabras, palabras que no sabía de donde habían salido, pero salieron con tanto resentimiento que hasta él se sorprendió

--mestiza, que te he dicho de meterte en nuestras cabezas, que tu madre no te enseño a que los dioses se nos respuesta, ya deja de hacer eso o te matare... deberías ir y seguir restregándote con aquel mortal con el que estabas hace un rato, tu sola presencia me fastidia...-- su hermano observo aquel comentario, tan fuera de lugar, y no imagino el por qué su poco tacto hacia la rubia, pero nunca imagino que aquellas palabras saldrían de la boca de su hermano, y es que si este era considerado un busca pleito, pero algo de lo que estaban tranquilo en el olimpo, era de aquel trato del dios del dolor con las mujeres, porque así estas fuesen ninfas, diosas, o musas, este las trataba con tanto respeto, que era amado por muchas, pero ver aquel trato con la rubia, lo descoloco un poco, y logro que saliera de sus pensamientos por un momento, ya que solo logro ver los ojos de la rubia, que he radiaban un gran enojo, al igual que su hermano, que la observaba como si de un enemigo se tratara, y solo se preguntaba que habría pasado con este para, para que haya tanto odio

Dioses En Busca De Amor -Saga Paranormal (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora