PEGGY

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Margaret Carter no tenía miedo a casi ninguna cosa. Pero ver a un muerto impresiona a cualquiera. De modo que después de ver a Steve, tuvo que sentarse y suspirar hondamente. Aquel Steve parecía más maduro, mayor y menos ingenuo, pero no cabía duda de que era él.

-¿Qué demonios...?

-Te prometí un baile, ¿no te acuerdas?

-Dios mío, claro-respondió ella, agitada-Pero ahora no es buen momento, Steve.

-Dios mío, claro-respondió ella, agitada-Pero ahora no es buen momento, Steve

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Levantó las manos para que Steve viera que le temblaban.

-Mientras te recuperas del susto, creo que te mereces una explicación.

-Más te vale.

Y Steve se lo contó casi todo. Le habló de setenta años más tarde, de Loki, del hijo de Howard Stark, de Ultrón, de Zemo y finalmente de Thanos y de toda la tristeza y devastación que había causado. Peggy le escuchó con atención. Aunque era sensata y tenía los pies en la tierra, no era la primera vez que se encontraba cara a cara con lo sobrenatural. Aunque los viajes en el tiempo desde luego eran una novedad. Creyó cada palabra que le dijo Steve.

-¿Has venido hasta aquí solo para bailar?

-Bueno, hay algo más que...

-Si es lo que estoy pensando, para el carro, Steve. Estoy casada.

-¡Vaya! Felicidades...Ya lo sabía, claro.

-Sí, bueno. Me alegro de verte, pero las cosas han cambiado, y es normal que no podamos reconectar donde lo dejamos. Yo he encontrado en Daniel a alguien a quien amo y respeto. Y estoy segura de que todas esas personas de las que me has hablado significan mucho para ti. Pero me halaga que hayas venido a visitarme.

-¿Bailamos?-preguntó Steve.

-Claro-dijo Peggy, con una sonrisa-Y no te preocupes, yo te guío.

Bailaron al compás de "It's been a long long time". Steve recordaba esa canción perfectamente. Era la que había sonado en su apartamento la noche que Nick Furia, herido, le había dicho que no confiara en nadie. La noche en que por primera vez en setenta años había vuelto a ver a Bucky, aunque todavía no supiese que era él.

-Entonces...¿Qué es lo que querías pedirme?preguntó Peggy, mientras bailaba.

-Bueno, se trata de Bucky...

-¿Bucky? ¿Estamos hablando del mismo Bucky que se cayó del tren? ¿De tu mejor amigo...?

-Bueno, sí. Creo que olvidé mencionarlo, pero Bucky no murió ese día. Fue encontrado por Hydra y Zola experimentó con él de nuevo. Perdió el brazo, pero se lo sustituyeron con uno de metal. Le convirtieron en un supersoldado y le lavaron el cerebro, para que fuera un arma humana, sin alma, conciencia ni memoria. Me lo volví a encontrar...y casi me mata...pero mereció la pena porque conseguí que volviera en sí. Si no me equivoco, ahora mismo, en la base secreta de Hydra deben de estar experimentando con él...

 Si no me equivoco, ahora mismo, en la base secreta de Hydra deben de estar experimentando con él

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-Dios mío...-Peggy se había quedado sin palabras.

-Escucha, Peg. Yo no puedo ir a rescatarle. Podría hacerlo, claro...pero luego tendría que irme. Tendría que dejarle. Y no quiero hacer eso. Pero tampoco puedo dejarle allí, sabiendo todo lo que van a hacerle. No puedo permitir que vuelva a pasar por todo eso...durante más de setenta años. Confío en ti. Eres la mejor en esto.

Le tomó las manos a Peggy, y esta le miró a los ojos.

-Está hecho, Steve. Le sacaré de allí.

-No me cabe duda. 

Se despidió de ella con un beso en la mejilla y un apretón de manos y se dispuso a partir de nuevo.




Volveré a por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora