too young, too dumb || c.h, m.c, a.i, l.h

01; wind up in the same place

Amelie.

-¡Dios hija! ¿Qué tanto has metido en estas cajas? - se queja mi madre mientras saca la última caja de su auto poniéndola en el carrito para equipaje.

-Solo lo esencial para sentirme cómoda en ese dormitorio - le digo mientras me río.

-¡Já!, vete adelantando ¿quieres? ya te alcanzo yo con el resto de las cosas - asiento y tomó el equipaje y maleta de mano con ropa, zapatos y cosas de neceser personal.

Entro al edificio y voy hasta el ascensor, el cual se encuentra vacío... ventajas de mudarse un lunes antes del inicio del ciclo supongo; no puedo creerlo, ¡Por fin estoy en la universidad!
Adiós a tener que estar complaciendo a mis padres... bueno, eso no es cierto, sostengo una mentirita piadosa acerca de mi carrera seleccionada pero, son detalles, es más 'Letras', 'Contaduría', es casi lo mismo.

Me río y presiono el botón del piso tres.

Enserio, ojalá no se den cuenta; mis padres están pagando para estudiar contaduría y pues yo nada más no doy una para los números; ¡asco los números!
Hay que ser sinceros, es mejor estudiar algo que quieras a estudiar algo por 'compromiso', para ser honesta no creo que eso sea fructífero para el futuro y es algo que mi familia no entiende.
Lograron obligar a mi hermana a estudiar medicina ¡y salió mal! y pretendían hacer lo mismo conmigo... ojalá no me salga mal la jugada.

Cuando por fin se abren las puertas me dirijo al dormitorio S-505. Al llegar noto mi nombre en un buzón transparente y un sobre en el, lo tomo antes de abrir mi puerta y entro.

-¡Si! - digo en voz alta, soltando la maletas y aplaudiendo, realmente esperaba una gran ventana, me dirijo a ella y empiezo a ver la vista. La altura es perfecta, no está muy alto para morir de un paro al corazón pero tampoco tan bajo para tener una vista decente del campus.
Me doy la vuelta y para mi sorpresa hay dos camas a ambos lados de la ventana - No - digo decepcionada.

Tomo mis maletas y las pongo en la cama de la derecha, que a mi parecer tiene la iluminación perfecta; al pie de esta está el escritorio blanco y una silla a juego, bastante básico la verdad.
Hay un closet al lado de la cama de la izquierda que se divide en dos partes, ojalá haya espacio para todas mis cosas, no quiero meter ropa en los cajones que tiene la cama.

-Es un dormitorio muy lindo - dice mi madre entrando con todo y cajas - es bastante espacioso, huh, en mis tiempos no eran así, pero al menos no teníamos ducha comunitaria.

-¿¡ES DUCHA COMUNITARIA!? ¡Ew! - grito - ¡mamá que asco!

-¿Qué no leíste en panfleto del escritorio del piso de recepción? - me pregunta.

-¿Cuál escrito...? - ay no, por favor, que ya no hayan más sorpresas - ¿Sabes que? No importa, tengo una bata preciosa que es cómoda y me tapa muy bien, ¿me ayudas a arreglar? ¿A que horas tienes que irte? - pregunto haciendo un puchero.

-Tengo tiempo, unas dos horas más o menos.

Mi mamá me ayudó a arreglar un poco hasta que llegó la hora de la despedida, que resultó ser menos emotiva de lo que esperaba, la amo, en serio que si, pero ya estaba un poco harta de tener que cumplir ciertas expectativas para "no ser como mi hermana".

Me bajo de la cama después de poner las ultimas fotos, con mis mejores amigos de la escuela y mi familia, de mis perritas y algunos posters de mis amorcitos, y le doy un vistazo completo a mi lado del dormitorio. ¡Bien! Al menos ya terminé con la pared y la cama ya está arreglada; rosa y blanco, -"ojalá mi compañera no desentone con mi aesthetic"- pienso.

-Hola... - dice una chica con cabello teñido de azul entrando al cuarto con equipaje.

¡No te pases!

🌕🌖🌗🌘🌑

Desire.

-Hola... -saludó cordialmente a la chica, que supongo, es mi compañera; noto como su gesto refleja sorpresa de la mala pero al instante lo cambia a una expresión dulce.

-Hola, soy Amelie Coté - Me dice extendiéndome la mano, dando un saltito hacia mi, cuando se me acerca siento un olor a cocos y fresas, y es hasta ese mismo instante que me doy cuenta que el lado que ella escogió se va pareciendo a un bote de peptobismol... este será un año largo.

-Desire Hicks - le respondo el gesto, muevo mis maletas y salgo por el resto de mi equipaje fuera del cuarto.

-¿No viene nadie ayudándote? - me pregunta confundida.

Respondo no con un simple movimiento de cabeza y prosigo con mi tarea. La verdad mis padres son muy complicados, no les importa lo que yo haga y deje de hacer, y la verdad es que a mi tampoco me interesa mucho.

Veo cómo Amelie sale conmigo y toma una de las bolsas que traigo conmigo y me ayuda metiéndola al cuarto.

-Gracias - le digo.

Me quedo en el medio analizando lo que ya me esperaba, me dejaron la peor cama.
Ay.

-No hay problema, ¿necesitas ayuda decorando tu lado?, tengo muchos paletas de colores y luces y...

-No, déjame detenerte ahí, odio lo que está pasando de tu lado del cuarto ¿okay? - veo cómo asiente incómoda y sin otra palabra más se pone a abrir sus cajas en silencio.
Aprovecho y empiezo yo a arreglar mi cama.
No es nada contra ella, lo juro, sólo que no soy compatible con el color rosa y sus seguidores - gracias de igual manera - vuelve a asentir sin mirarme esta vez.

Ay no, ya la hice sentir mal.

Cuando termino de arreglar mi cama, con sábanas azules y celestes y me acuesto en ella. ¡Gracias a Dios ya no estoy en esa casa de mierda!

Sonrío para mi misma y de la nada empiezo a reírme sola. Veo hacia dónde está mi compañera y noto que se ha puesto los audífonos, así que probablemente no me escucha.

¡Logré liberarme de mi mamá y de mi padrastro! Quiero decir, no es que no quiera a mi mamá pero su forma de ser enserio que me hacen dudar si ella a mi me quiere; solo mi hermana, y claro el demonio, han quedado atrapadas con ella y pues la verdad es su problema, ellas son las que quieren estar ahí, no importa lo que yo diga.

No sé si seré yo la que no conecta con la gente o qué, pero no logro ni llevarme bien con mi familia.
Siento como mi sonrisa cambia a una melancólica cuando de repente recuerdo a mi hermana mayor -"te haré sentir orgullosa"- pienso.

-Voy a salir un rato ¿quieres algo? - me dice Amelie mientras toma su teléfono y sus llaves.

-No, está bien, gracias.