Estaba tirando en mi cama, triste, desanimado y sin ganas, lo que había pasado me había dejado devastado, no sabía cómo reaccionar a lo sucedido, mi mente estaba hecha un revuelo, sentimientos de dolor y culpa, celos, me sentía una persona que no valía nada. El único pensamiento recurrente que tenía, era que no valía nada lo que hacía, que a nadie le importaba mi existencia. Cerré mis ojos y unas cuantas lágrimas comenzaron a salir se mis ojos, sentí que esa era la manera de desahogarme más rápida que encontraba en este momento. No podía seguir aguantando eso, me estaba torturando lentamente, las lágrimas seguían saliendo cada vez más, abracé mi almohada, colocando mi rostro en ella, no quería que se escuchara mi llanto, pero sabía bien que los sollozos se escucharían. Estuve por unos cuantos minutos así, hasta el punto que mi cabeza me dolía demasiado y no sabía que hacer; sentí unos pasos acercarse a la puerta de mi habitación, seguido por unos golpes. No respondí, no quería hablar con nadie en ese momento, pero la voz chillona y con el tono de preocupación se hizo presente.
— Matt... ¿Qué te sucede? ¿Puedo pasar? ¿Estás bien? Me preocupas. —
Me acomodé, rápidamente limpié mi rostro, y traté de calmarme por unos segundos. Sabía bien que no quería hablar con nadie, y ella no sería la persona indicada, pero... No tenía la culpa de lo sucedido, demás que no estaba enterada de nada, ella tampoco sabía que era un juguete, un pasatiempo para esa persona que tanto amaba. Tomé una bocanada de aire y traté de acomodar mi voz.
— Estoy bien, no debes preocuparte. Simplemente... Estoy cansado y quiero estar a solas. —
Un silencio de unos cuantos segundos se presentó, hasta que el ruido de la puerta lo interrumpió. Me levanté rápidamente de mi cama y me dirigí hasta la puerta, tratando de evitar que la abriera, pero fue muy tarde, ella ya estaba casi frente a mi, mirándome fijamente a los ojos, con preocupación y con lástima. Desvié la mirada a otro lado, no quería que me vieran ese estado, pero era evidente, de seguro ya tenía los ojos muy hinchados de tanto llorar.
— Matt... ¿Por qué me mientes?... ¿Ya no confías en mi? ¿Ya no soy tu mejor amiga? —
Esas palabras me hicieron sentir una gran presión en mi pecho, no era justo que le ocultara lo que estaba sucediendo siendo que es la única persona que le tenía una gran confianza desde el primer momento. También me parecía justo no contarle, "eso" ya qué, la involucraba y no quería que se enterara por mí, sino que lo hiciera por su cuenta. Llevé mi mano a su cabeza, revolviendo así un poco sus cabellos, como lo solía hacer siempre.
— Tranquila... Se me pasará, sólo tuve unos pequeños problemas... Y si... No quiero hablar sobre ello me haría sentir peor. —
Sus ojos azules estaban fijos en mi, se notaba la preocupación que tenía. Traté de evitarla, pero no podía. No sabía cómo reaccionar, tampoco sabía que pensar, ella era una de las causantes de mi dolor indirectamente e intencionalmente, volví a cerrar mis ojos, sintiendo como mi mejilla se humedecía un poco, volví a recaer y frente a ella. Cubri mi rostro con mis manos, y lo único que logré decir entre sollozos fue un "Perdón".
Los brazos suaves de ella envolvieron mis caderas, haciendo un poco de presión, y sentí como su cabeza se apoyaba en mi pecho.— Matt... Eres fuerte y siempre lo serás, sé que podrás superar esto. Y yo estoy para vos, siempre lo estaré. No quiero que estés así... —
Saqué mis manos de mi rostro y correspondi al abrazo, en ese momento era lo único que nesecitaba. Estuvimos unos minutos así, sin decir nada, no era incómodo, al contrario, era relajante para mi, hizo que me calmara un poco más. Solté un suspiro antes de separarme de ella, sonreí al mirarla a sus ojos.
— Gracias.... Lo necesitaba. —
Sabía bien que era una persona un poco seca y casi sin interés de mostrar mis sentimientos o expresar lo que sentía a los demás, pero ella siempre lograba hacerlo, me sentía cómodo, sentía como si estuviera platicando con uno de mis hermanos, en una gran confianza. Por más que estuviéramos peleados, siempre recurría a ella para hablar o ella recurría a mi por cualquier cosa. Siempre fuimos muy unidos. Y en ese momento la veía como la persona que me hizo sentir mal, la culpable de todo, pero sabía que no era su culpa y trataba de sacarme esa idea errónea.
— ¡Vamos Matt! Sé cómo podré alegrarte el día o hacer que te despejes de lo que estás pasando. Además, luego de hacer tooodo; porque haremos muchas cosas ehhh, tendrás la mente despejada y podrás pensar mejor y capaz en como solucionar el problema. —
No entendí muy bien lo que me quiso decir, la verdad siempre hablaba rápido, pero lo que pude entender, me dio una pequeña esperanza. Sí, no tenía ganas de hacer nada, ni siquiera tenía ganas de salir de mi habitación, pero si quería despejarme, así que no estaría mal internarlo. Su mano tomó la mía y jaló de ella en dirección a la puerta, intentando guiarme. Sonreí un poco y comencé a seguirla, la verdad no tenía idea de lo que tenía pensando hacer, pero solamente quería despejarme.
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The path of my destiny
FanfictionEsta historia toma personajes de animes y los personaliza a la forma que la escritora quiso. Mezclando así personajes de animes muy diferentes y con personalidades distintas a las de la serie. Esta historia está basada en roles que ha hecho con su...