Después de clases llamé a mamá para contarle que me quedaría un rato con Mario y luego volvería a casa. Estábamos en el estacionamiento de una heladería cuando ví al idiota de juan con una rubia que se me hacía muy familiar. Moría por vengarme en ese momento, y créanme tenía muy buenas ideas, pero llamé a todas mis fuerzas de voluntad para contenerme y esperar el gran momento. Soy consciente de que si hacía algo ahora mismo quedaría en evidencia y con lo que tenía planeado un poco de indiferencia era perfecto.
Entré tras Mario y nos reunimos en la mesa de nuestros amigos Sandro, Mateo, Lucía y un amigo de mateo llamado Isaac. Mario se sento mi lado derecho y a mi izquierdo estaba Mateo. Llegó un mesero a tomar mi orden y la de Mario este pidió un batido y yo una copa especial de pistacho con fantasía y caramelo. El chico que nos atendió era rubio, ojos miel, naris fina y labios gruesos de un tono suave rosa, el se dió cuenta de que lo estaba viendo demasiado y me guiñó el ojo antes de irse por nuestra orden.
-Te lo ibas a comer- me susurra Mario de forma que solo yo puedo escucharlo.
- no estaba mal un aperitivo antes de más postre.
-eres insufrible.- medita para si mismo cuando Juan, el mesero cuyo nombre se gracias a la plaquita de su camisa de rayas rojas, está de regreso con nuestros pedidos, regalándome una sonrisa coqueta.
Conversamos animadamente sobre lo que hicimos en vacaciones. Cuando ya estábamos listos para irnos pedí un batido para llevar cuando nos íbamos saliendo Mateo me llamó desde el mostrador y por voltear a verlo choque con una chica derramando mi batido en su vestido. Ay dios! Rápidamente hice un escaneo del grinch rubio que tenía en frente de abajo hacia arriba, llevaba zapatos de tacón beige con un vestido rosa de talle bajo tenía demasiado maquillaje para mi gusto era ojos café y sus orejas eran considerablemente de tamaño dumbo discimuladas por su melena rubia suelta y bien ondulada.
-¿Que no te fijas por donde vas, idiota?!- uggh que voz más chillona.
-Pues la verdad es que eres tan pequeña he insignificante que no te he notado, ups, tranquila un poco de dulce le hara bien a tu cara amargada.- la payasita que tenía enfrente se puso de coor rojo de tanta rabia.
- La única amargada y maleducada eres tú.- me giré para ver al idiota de juan, con una expresión un tanto irritado. Entonces me di cuenta de que la chica era con la que lo ví antes en el estacionamiento. Una idea pasó por mi cabeza.
- Sabes que no soy una amargada, - afirmé con mi sonrisa más coqueta - pero te encanta chocarte con esta maleducada.-
Solté mientras le guiñaba el ojo y vi que a la rubia se le calló la quijada al suelo. Giré sobre mis talones y salí de la heladería sin esperar respuesta sintiéndome realmente genial.
-¿Qué ha sido eso?- preguntó Mateo inquisidor
-¿viste la cara de esa tipa? Iba a matarte - soltó Lucía ignorando a Mateo y riéndose divertida. Y sin poder evitarlo me uní a ella, luego todos se unieron a nosotras nos montamos al auto y nos fuimos.
***
Después de haber pasado la tarde con mís amigos llegué a casa poco antes de las 6:00 de la tarde, fui a la cocina y encontré una nota de mamá donde me avisaba que había comida en el microondas, ella estaba en un acto del colegio de mis hermanos.
Gus! Estamos en el colegio en la feria de tus hermanos, no hay hora de regreso. Dejé tu cena en el microondas. Te quiero. Mamá.
Exelente estoy sóla en casa. Después de cenar subía mi habitación, me dí una larga ducha, me puse mi piyama favorita, me dedique a hacer unas tareas que habían asignado, la verdad no era algo difícil ni todo para el día siguiente pero no quería trabajo extra inecesario. Sí no tenía planes para los días que venían, como ya saben soy más de la improvisación asi que mientras más libre de trabajo esté siempre mejor.
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Escapémosnos!
Teen FictionExisten palabras que pueden definir el rumbo de nuestra vida, "hola", "adiós", incluso hay palabras que juntas marcan nuestras vidas "te quiero", "lo siento", "te amo" y también están esas palabras que le dicen a los demás que hemos tomado una decis...