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Finalmente todo había sido una falsa alarma y agradezco eso. No se les pasa por la mente las cosas que pasaron por mi mente esos pocos días que no dormí por la incertidumbre. No estaba embarazada y esa era la buena noticia.
En cuanto a Cristian, lista de los 23 para el mundial salió, yo ya sabía de antemano que Pavón iba a estar entre ellos. Pero como quedaban pocos días hasta que lo retuvieran en el predio de la Afa a Sabri se le ocurrió la brillante idea de juntarnos un viernes, cosa que no prosperó, pero el domingo siguiente fue el día que eligieron para posponerlo.
Con Kevin las cosas estaban de lo más tranquilas, pero siempre habían comentarios subidos de tono de parte de ambos, si vamos al caso eran más de lo mismo.
El domingo nos íbamos a juntar en lo de Kevin, y mi terror era que Cristian pensara que ente Kevin y yo pasaba algo... lo sé, pensamiento más estúpido no había, pero en el fondo quería que Cristian supiera que mi corazón era solo suyo (obvio no lo iba a decir)
Esa mañana me levante y hice la parada rutinaria en el baño, al tiempo fui a poner agua para unos mates para mi sola porque Kevin parecía tener planes de estirar el sueño. Dije parecía, porque se levantó al poco tiempo.
—te caíste de la cama— dije y tome el primer mate.
—tarada, tengo que hacer el asado— dijo rascándose la nuca, tenía una cara de dormido —¿me das uno?
Le tendí un mate y lo quede viendo, era increíble lo loca que me había tenido ese pibe y después de eso lo veía como un amigo.
—¿qué miras?— dijo y me tendió el mate.
—nada, me estoy empezando a entender— dije y el subió una ceja —me traías loca.
—si me dejas todavia...— empezó a decir y yo me aparté.
—siempre fui tu segunda opción Kevin— dije y le sonreí para que no lo tomará como un reproche, lo era.
—me equivoque feo, Caro posta quiero arreglar todo con vos— dijo y yo mire mis pies descalzos, mi cabeza latía... Mac Allister había sido mi meta y lo tenía rogando, pero algo de mi no quería saber nada... ya tenía otra meta que era para mí inalcanzable.
—Kev...— empecé y iba a decirle que no, que no me iba a enloquecer y me iba a dejar como otras veces, pero no me anime —déjalo ahí.
Los dos dejamos la conversación ahí y nos pusimos a preparar la casa para las visitas, yo no estaba lista para volver a ver a Cristian, pero asumí que nunca iba a a estar realmente lista para verlo a lado de otra mujer. Me puse a descolgar la ropa antes que Kevin encendiera el fuego, no quería tener la ropa con olor a humo, y en eso encontré que entre mis prendas se filtro una remera de Argentinos.
