Fix You (Camren)

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AVISO IMPORTANTE: 

Helouda mis lectores preciosos he decidido hacer otra historia, muchísimo mas elaborada y consciente. Lo que si no pasara es que me forzare a escribir con un horario, cuando me broten las ideas y tenga el tiempo subiré un cap, así que les pido de todo corazón que no me presionen.

Una vez dicho esto los amo muchísimo mis amores :3 y continúen con su lectura.

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(Mientras leen el capitulo reproduzcan la canción) (Por alguna razón no funciona esa cosa así que búsquenla en YouTube: Fix You- Coldplay)

Yo entonces tenía 37 años y me encontraba a bordo de un Boss 727. El enorme avión había iniciado el descenso atravesando unas nubes espesas y ahora se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Genova. La fría lluvia de noviembre teñía de colores grisáceos absolutamente todo lo que tocaba los impermeables de los trabajadores del aeropuerto, las vallas publicitarias que anuciaban los perfumes Chanel, las nuevas lencerías de Victoria's Secret y los nuevos autos que se estrenarían en el solsticio de invierno al final del año. Todo el panorama parecía una vieja y melancólica pintura echa hace años por un depresivo pintor que posiblemente murió sin ser reconocido.

!Valla! !Otra vez en la hermosa Italia!, pensé.

Tras completar el aterrizaje, se apagaron las señales de "Abrochar los cinturones" y por los altavoces empezó a sonar una música relajante. Era una interpretación acústica de Fix You de Coldplay. La melodía hizo que me entristeciera como siempre lo hacia. No. En realidad me hizo sentir un sentimiento parecido a la confusión lo cual hizo que mis emociones colapsaran y me produjeran una fuerte pero momentánea migraña.

Para evitar que se me estallara la cabeza, me encorve y sepulte la cabeza entre mis manos y permanecí inmóvil respirando profundamente para que se me fuera el dolor. Unos minutos después se acerco una azafata italiana y me pregunto si me sentía bien . Le respondí que se trataba de un pequeño dolor debido al largo viaje.

-Esta completamente segura que esta usted bien?

-Si, gracias- dije

Ella asintió con la cabeza, sonrió y se fue. La música cambio a una mas animada de Aaron Smith. Alce la cabeza ya sintiéndome un poco mejor y mire por la ventana las nubes que se hacían aun mas negras cubriendo el mar de Liguria, pensé en la infinidad de cosas que había perdido en el curso de mi vida. Pensé en el tiempo perdido, las personas que me abandonaron o que murieron y en los sentimientos que jamas volvería a sentir.

Seguí dándole vueltas a esos pensamientos hasta que el avión se detuvo por completo y los  pasajeros fueron sacando sus bolsas y demás enceres. Olí la hierba, sentí el viento en la piel y oí el canto de los pájaros. En ese entonces corría el año de 2014 y yo estaba a punto de cumplir 18 años.

La misma azafata volvió a acercarse y me pregunto si ya me encontraba mejor.

-Estoy bien, gracias por preocuparse. De repente me he sentido mal. Es muy normal en mi- dije sonriendole.

-También me sucede algunas veces. La comprendo muy bien- contesto ella, me regalo una sonrisa resplandeciente- Ti auguro un buon viaggio (Le deseo un buen viaje).

-Grazie mille per tutto (Muchas gracias por todo)- dije antes de salir del avión.

Incluso ahora, 19 años después recuerdo aquel prado con todos sus detalles. Recuerdo el verde profundo brillante y envolvente de las montañas en las cuales caía una recia y fina lluvia barriendo cualquier clase de polvo que se acumuló durante el verano. Recuerdo las espigas de gramínea balanceándose al ritmo del viento de octubre como si fuera una delicada danza; las nubes eran largas y delgadas y se mezclaban con las cimas azules de la montaña. El cielo se veía tan alto que si lo mirabas fijamente te dolían los ojos. El viento silbaba en aquel campo y hacia que su cabello se agitara suavemente, atravesaba el bosque con soltura haciendo susurrar a los arboles y en la lejanía se escuchaban los ladridos de un perro. Su ladrido era tan débil que parecía surgir de otro mundo. No se oía nada más. Ningún otro ruido nos molestaba, ni siquiera nuestras pisadas se oían. No nos habíamos cruzado con nadie. La única forma de vida que vimos fueron 2 pájaros azules que alzaban el vuelo, como espantados por algo, los perdí de vista cuando se internaron en el bosque. Mientras caminábamos Camila me hablaba de un pozo.