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Hoseok caminaba a paso rápido para tomar el ascensor del hospital. El sudor le caía por el rostro, y estaba acalorado a más no poder. Miró a la recepcionista, y ella asintió. Tenía el tiempo contado. Al llegar al ascensor, mucha gente subió, y sólo él bajó en el segundo piso. Los pasillos estaban abarrotados de personas y en la pequeña sala de espera todos los asientos estaban ocupados, tal vez porque era el horario de visita y eran muy estrictos en el hospital.

Abrió la puerta de la habitación donde se encontraba el pelinegro.

—¡Hyung, por fin llegas! —Jungkook fingió llorar. —La comida del hospital no sabe nada bien —Dejó caer desde su tenedor una sustancia viscosa que parecía un intento de gelatina. —Sácame de aquí —Rogó.

Hoseok sonrió al ver el buen ánimo que tenía su amigo, recuperó el aliento y cerró la puerta detrás suyo. En cambio, Jungkook se encontraba recostado en su camilla con una cara que fingía tristeza. Una pequeña mesita estaba frente a él, tenía un vaso de gelatina y un pan en un pequeño plato. Jamás había estado en un hospital, y con los pocos días que llevaba ahí, tenía una cosa clara; la comida no sabía a nada. Tenía mucha hambre y extrañaba la comida de su madre.

—Nop —Se descolgó su mochila y tomó asiento en el sillón frente a la camilla. —Estos son los apuntes de hoy —Sacó un par de cuadernillos.

—Los enfermos no estudian —Cruzó los brazos.

—Tú no estás enfermo —Rió. —Te estás recuperando, además ya han pasado cuatro días —Rodó los ojos. —Pronto saldrás de aquí

—La verdad es que quiero salir ya, no soporto estar aquí —Dijo decaído. —El ambiente es... Bueno

—Te comprendo, pasé mucho tiempo en hospitales cuando Mamá enfermó

—Debió ser difícil...

—Lo fue, pero ya pasó —Sonrió. —  Cuando salgas de aquí, tengamos otro maratón de películas ¿Bien?

—¿Con muchos chocolates? —Preguntó entusiasmado.

—No pueden faltar —Rió divertido. Por supuesto que lo iba a consentir después de lo que había pasado. —Dame un minuto en lo que arreglo mis apuntes porque son un asco —Rascó su nuca.

—Y tu letra no ayuda mucho —Bromeó.

Jungkook le sonrió un segundo y después suspiró cansado. Miró por la ventana mientras Hoseok acomodaba sus apuntes y las tareas. Estaba agradecido porque durante esos cuatro días, después de la escuela, Hoseok se tomaba un tiempo para visitarle aún cuando éste llegaba tarde a la academia de baile. El horario de visita era por las tardes, y por ello siempre llegaba con prisa.

Aún le dolía el cuerpo, en específico, sus costillas y se lo confirmaban los ematomas que tenía en la parte del abdomen. En su cara no le había ido tan mal, sólo su labio roto y un poco hinchado.

Yoongi le había visitado una sola vez, y fue para dar un intento de disculpa, aunque en realidad no lo dijo tal cuál, pero el pelinegro logró verlo en su rostro. Le pareció bastante extraño, estaba seguro que Yoongi quería hablarle de lo sucedido. Lo único malo fue que en su visita su madre no los dejó estar ni un momento a solas y por ende, no lograron hablar de nada más.

Su madre, su sobreprotectora madre

Cuando recién había despertado, estaba completamente en blanco. Su madre estaba hecha una furia, le reclamó el porque salió de casa sin avisarle, le cuestionó sus amistades (dónde claramente se refería a Taehyung y a Yoongi), y por consecuente, lo abrazó y lloró por un largo rato agradeciendo que estuviera bien.

 TONTOS [TaeKook/VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora