Capítulo 28.

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- Michael: ¿Te gusta? – dijo él sonriendo, ella lo miró – es parte de un producto llamado “Fantasía romántica” – Ella se puso roja, y siguió recorriendo la estancia. Sus manos temblaron, la mesa estaba magníficamente arreglada. Había dispuesto para la cena, una mesa redonda, pequeña cerca de una chimenea. Y sobre la mesa dos candelabros. No había pensado que Michael podría hacer algo así - Pensé que sería mas íntimo, cenar cerca de la chimenea y no en la mesa de allí - ella se dio vuelta y lo miró, estaba parado cerca de la puerta. Ella sonrió seductoramente.

- Rachel: No podrías haberlo hecho mejor, ¡esta perfecto! – Dijo y delicadamente se quitó la chaqueta que llevaba puesta, dejando al descubierto todo su cuerpo. Michael dejó salir el poco aire que le quedaba en los pulmones al mirarla. Estaba preciosa, con ese vestido que se ajustaba en la cintura y mostraba las delicadas curvas, no era tan voluptuosa como Lisa pero era perfecta. Diez segundos después de mirarla de arriba abajo, se acercó lentamente y le cogió la mano besándola, sin dejar de mirarla a los ojos.

- Michael: Estás preciosa - le dio otro beso, ella se ruborizó – No podrías haber escogido un mejor color, ese vestido te queda perfecto.

- Rachel: Gracias, el rosa me favorece, tu tampoco estás mal a decir verdad, vas aprobando el exámen - él le tapó la boca.

- Michael: No adelantes mi nota, si aun no has visto lo mejor, señorita – dijo ofreciéndole el brazo – si me permite, la llevaré hasta la mesa– ella entrelazó su brazo al de él y sonrió-.

- Rachel: Nada me gustaría más que disfrutar de su compañía – dócilmente la dirigió hacia la mesa y le acercó la silla para que ella se sentara.

- Michael: Ahora si me disculpa, no soy muy diestro cenando con esta túnica, así que aprobando, decoración y vestuario, no tiene tanta importancia que me la quite.

- Rachel: Bien, entonces yo me quitaré el vestido - dijo ella risueña, él se puso rojo.

- Michael: ¿Qué? -dijo tragando saliva-.

- Rachel: ¡Es una broma! – dijo y rió más fuerte – Cambia esa cara y anda que tengo hambre -Él se sentó en la mesa, después de servirle el primer plato.

La cena fue espectacular para Michael. Mientras comían hablaron de mil y un temas, Deportes, música, de todo un poco, encontrándose con una mujer con la que podía hablar, y no con una loca que moría solo por hablar de ropa, perfumes, viajes y fiestas como era Lisa. Sacudió la cabeza recordando su decisión, la chica no estaba en su lista de conquistas, en esa lista se había obligado a escribir únicamente el nombre de Lisa. **Pero aun así, Rachel sería la compañera ideal. Te entiende, te escucha, te divierte y por que negarlo, te entretendría mucho mejor**

Rachel por otro lado estaba contenta, había bebido una copa de vino, y sin darse cuenta se estaba riendo de cualquier cosa. **Si bebo otra de estas, estoy perdida** Pensó y decidió dejarlo y tomar agua. Después de agotar todos los temas posibles, hubo un momento en que se quedaron mirándose uno al otro. Michael no dejaba de admirar en silencio los preciosos ojos de Rachel y ella no podía dejar de mirar la boca del joven, tan deliciosamente sensual.

Después de comer el postre, decidieron tomar chocolate caliente sentados frente al fuego. Para esto, Michael cogió la mano de Rachel y le enseño del otro lado un sofá grande, parecido al de la sala. Rachel se sentó algo derecha y él como al descuido. Bebió rápido y sin saber que hacer se cruzó de brazos. Ella aún con la taza en la mano lo miraba. Sus ojos verdes tenían una tonalidad especial al reflejarse con el fuego de la chimenea. **Dios, se me esta haciendo difícil pensar que esto sólo es un ensayo** pensó ella. **Solo es un ensayo, Mike** se machacaba él mentalmente. **No puedes arruinar una amistad por pensar con otra cosa que no sea el cerebro**

- Rachel: Ha estado muy bien la cena Mike – él se sobresalto y la miró – Te has esmerado bastante, no dudo que logres tu objetivo – Él se quedo pensando **Cual, ¿conquistar a Lisa o acostarme contigo?**

- Michael: Si, supongo que si… - miró el reloj – Eran las nueve – Joder, ¡como pasa el tiempo!

- Rachel: ¿Te estás aburriendo? – dijo ella algo intranquila-.

- Michael: ¡No! Al contrario – la miró – me lo estoy pasando muy bien - Sonrió – ¿y tú?

- Rachel: Nunca mejor, eres muy bueno para habla, los demás chicos con los que he salido solo quieren estar a los arrumacos, de alguna manera, tu haces que la velada sea interesante – Él la miró-.

- Michael: Tú eres interesante - **No dije lo que dije, ¿o si?** – digo – suspiró, no ocurriéndosele nada para arreglar el desliz – Eres interesante porque no has hablado de nada que tenga que ver con coquetería femenina.

- Rachel: Mike – Dijo ella negándolo con la cabeza – Algunas cosas debes soportar, si quieres que la relación sea pasable – él la miró – Mira, a mi no me gustan los deportes, pero me di cuenta que a ti, en cierta medida si, entonces, es necesario sacrificarse un poco, para placentar a tu ser querido –**No, no dije eso que acabo de decir, ¡imbécil!**

- Michael: Ah - se levantó nervioso – bueno, entonces, como sé que a ti te gusta bailar, pero a mi no – La cogió de la cintura – será mejor que me sacrifique por ti – Ella rió. Michael fue hasta el equipo de música y puso una canción muy dulce.

- Rachel: buena elección – Dijo ella al escuchar la canción que sonaba (James Blunt, You are beautiful) Al principio la cogió educadamente, bien bailaban pegados, él la cogía tímidamente por la cintura, con una mano, mientras con la otra le cogía la mano. Ella sólo tenía una mano que deslizó por su hombro. No acercaron las caras. Estaban a una considerable distancia para verse a los ojos.

Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora