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Este es un capítulo muy importante que, junto al siguiente, representan uno de los momentos más especiales de esta pareja.

Por eso te pido, por favor, que muestres todo tu apoyo hacia ellos.

Recuerda, has sido oficialmente invitado al final de su cortejo.


Sí, quiero

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Sí, quiero.

Oficialmente habían transcurrido cuatro meses desde que Emma le regaló el primer ramo de flores a su omega Samuel, iniciando así su cortejo.

Realmente se lo había tomado al pie de la letra, respetando la lentitud con el que quería llevarlo a cabo.

Sentía que Samuel se encontraba listo para aceptarla en el inicio del tercer mes, aunque ella decidió ignorar ese hecho para continuar un poco más con el proceso.

No fue hasta una tarde en la que Samuel le entregó un regalo a Emma, argumentando que él también quería obsequiarle algo en su cortejo, que comprendió que no debía esperar mucho más.

Samuel le obsequió un lugar donde concentrar todo su despiste y evitar que las llaves continuaran perdidas la mayor parte del tiempo.

Por supuesto, la palabra «hogar» implícita en el presente no podía faltar porque, para él, la casa de Emma comenzó a ser su hogar hacía mucho tiempo atrás.

— Espero que con esto no desordenes todas las mañanas la casa para tratar de encontrar tus llaves, alfa —comentó el omega completamente sonrojado— Además... —aclaró su garganta— Tengo otra cosita para ti.

Su mano cerrada en un puño perfecto reveló un pequeño llavero del que colgaba de forma grácil una casa que portaba una chimenea de la que colgaban muchos globos.

— Nosotros seremos como la parejita de Up, ¿verdad que sí, alfa? —inquirió Samuel con una pequeña sonrisa— Juntos pase lo que pase.

«Juntos pase lo que pase»
Repitió la alfa en su mente.

Esa misma noche dio la voz de alarma a sus familiares, especialmente a una de sus hermanas.

— Mañana será el día, ¿tienes preparado su traje? —inquirió Emma con notable nerviosismo— Quiero que todo salga bien, Nicollet.

— Mañana tendrás a tu sobrina a las diez en punto en tu casa —comentó su hermana con dulzura— Todo saldrá perfecto, así que hazme el favor de relajarte.

Alfa, quiero un nido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora