Era curioso como es que las piezas empezaban a encajar bien en su lugar, como las mismas provocaban que ahora el mundo giraba correctamente al camino que ya había sido elegido. Como el destino actuaba y te hacía ver de una manera diferente, la perspectiva de las cosas que te rodean. Entender aquellas palabras, aquellos momentos que viviste en algún punto de tu vida. Esas eran las cosas que Yuzu empezaba a entender aún estando cansada y alegre. Observando como las enfermeras se movían de un lado a otro con cobijas azules y con llantos de lo que parecía ser de tres bebés.
Se preocupó demasiado cuando su vientre empezaba a doler, había roto la fuente en su casa, estaba sola y su padre aún iba a tardar en llegar. Con suerte, su esposo no había tardado en llegar para llevarla al hospital donde estaban al pendiente de su embarazo. Cuatro bebés cada vez estaban más inquietos, querían salir, querían conocer el mundo y conocer a sus padres. Fue así como horas después, los tres primeros niños ya estaban afuera de su cobijo, llorando y buscando a su madre. Yuzu se alegro que sus pequeños nacieran bien, que lloraran con buenos pulmones. Pero se preocupó al no escuchar al cuarto, a ese bebé que era el último y más pequeño. Quien, los doctores, le dijeron que no iba a sobrevivir.
Yuzu no quiso escuchar a esas palabras aún cuando su esposo también le quería hacer entender, ella sabía que sus pequeños iban a nacer bien. Iban a estar los cuatro niños bajo su cobijo, los iba amar por igual, los iba a proteger como toda buena madre. Serían una familia completa junto con sus hijos, su esposo y su padre. El feliz abuelo que no dejaba de brincar de la felicidad al saber que su escuela de duelos iba a tener varios herederos a parte de Yuushou. Un último esfuerzo y los doctores, en sus brazos, tenían a un pequeño bebé que a penas y podía respirar. No lloraba, se mantenía quieto. No pudo evitar sentirse un poco desesperada lejos de su pequeño, quería tenerlo en brazos, quería ofrecerle de su leche materna y acariciar esa suave piel. Pero sólo observo como se llevaban a su pequeño, lo separaban de sus hermanos para darle las atenciones necesarias a ese frágil cuerpo.
--No por favor --Rogaba Yuzu.-- Él no, por favor
--Las primeras horas serán las más importantes --Una enfermera tomó su mano con cuidado, limpiaba el sudor de su frente.-- Será cuestión de que su pequeño cuerpo pueda soportar
Yuzu lloraba, lo pedía a gritos y llantos pero fue gracias a las enfermeras, que fue que se calmó un poco, palabras agradables y que la llegaron a tranquilizar. Le explicaban todo el procedimiento que los doctores harían para que el pequeño siguiera peleando con la vida. Fue de esa forma que cayó rendida, estaba cansada de tanta labor que no recuerda el momento en que se quedó dormida.
Cuando despertó, sintió como alguien tomaba su mano. Abrió los ojos con cuidado para ver a su padre que sonreía, sus ojos llorosos como ese cálido abrazo que le brindó al ver a su hija con bien. Miro a su lado, tres cuneros, tres niños dormían con tranquilidad. No pudo evitar sonreír con ternura, acariciar su suave piel, tomar con cuidado sus pequeñas manos y tratar de no llorar al ver a los tres sonreír por la suave caricia de mamá.
--El último sigue en observación pero los doctores...
--No importa lo que digan --Yuzu sonrió con tristeza.-- Yo se que el estará bien --Su voz se rompía.-- Yo se que va a luchar por sobrevivir, yo lo se
--Yuzu --Su padre sonrió.-- Debes estar preparada para todo
Lágrimas salieron, el dolor de su pecho. El abrazo cálido de su padre que le daba apoyo. Yuushou sólo se quedó parado detrás de la puerta, rogando porque ese pequeño estuviera sano y salvo, era algo que le dolía a el también. Era algo que realmente quisiera saber, que ese pequeño iba a estar bien. Decidió sentarse en la banca afuera del cuarto de su esposa. No tenía palabras de aliento, no tenía nada que decir. Sólo rompió a llorar por lo inútil que se sentía. Pero de algo estaba seguro, que no se iba alejar de su esposa, le iba a dar aquella seguridad y si algo malo pasaba, ahí estaría él para ayudarle.
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Nuestro destino
FanfictionEra curioso como giraba el destino. Yuzu no entendía aquellas palabras hasta que se vio en esa situación donde luchaba porque su pequeño hijo Yuya, tenía que sobrevivir al parto. Cuatro niños, su vida con Yuushou, no podía estar más feliz al ver que...