Capítulo 23

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POV BARBIE


Me costó mucho decirle adiós a nuestro escondite secreto, a los mejores días de mi vida, donde me sentí libre y realizada de amar y ser amada sin ningún tipo de represión, y donde me reencontré conmigo misma, ya no tengo ninguna duda de lo que quiero, aunque aún no sé de qué manera debo luchar contra el tabú de la sociedad, pero como me dijo Maca: vamos un pasito a la vez.


Debo aclarar que antes de preocuparme por la sociedad estoy preocupada por mi familia, mi muy tradicional y conservadora familia, soy una mujer independiente que toma sus propias decisiones, pero la verdad es que me daría mucha tristeza tener que alejarme de ellos si quiero estar con la mujer que amo. Lamentablemente ese tema no deja de darme vueltas en la cabeza, pero he decidido que por ahora sigamos con lo nuestro de modo incógnito, hemos vivido muchas cosas hermosas como para que el drama nos golpee tan pronto.


Vamos en el vuelo de regreso a CDMX, Maca está recostada en mi hombro leyendo en su Ipad y yo sólo miro por la ventanilla, mi cerebro sin descansar... luego de decidir dejar el tema de mi familia atrás, revivo la película de cada una de las experiencias y anécdotas que disfrutamos en nuestro maravilloso viaje y cómo me di cuenta que somos almas gemelas, yo antes no creía en estas cosas, pero lo somos, sin duda alguna.


-Bárbara, quieres dejar de rebanarte los sesos ¿por favor?- me dice después de un rato, -no me gusta que estés así de angustiada, la idea era que volviéramos relajadas, no preocupadas por lo que pueda pasar-.


-Yo lo que estoy pensando es que si el vuelo no fuera tan corto, te llevaría al baño para echar un rapidito intenso- me volteo con una sonrisa malvada y le digo al oído.


-Si no fueras tan escandalosa ya te hubiese llevado yo hace rato- me responde y me da un minúsculo beso en el cuello antes de apartarse.


-¿Yo soy la escandalosa?- le susurro -me habla la que grita cada vez que acaba... ya siéntese señora-.


-Señora coshada la que te voy a echar cuando lleguemos a casa-.


"A casa" esa frase quedó dándome vueltas en el trasfondo del cerebro, pero preferí dejarla pasar y no agregarle esa cereza al pastel de enredos que es mi mente en éste momento.


Continuamos riendo y provocándonos en voz baja el resto del camino, cuando llegamos al aeropuerto y tocamos tierra firme de nuevo a la realidad, activamos los teléfonos, Maca pidió un uber y yo me puse a revisar los mensajes importantes, iríamos directo a su depa, ya que yo había dejado mi carro en su estacionamiento.


Dos horas más tarde estamos entrando a su casa y Maca empieza a abrazar y besar las paredes (¿huh?) -¡No me juzgues!- me grita sin voltear a verme, yo lo que hago es reírme de ella, -yo no vi nada- le dije en tono jocoso.


Habíamos comprado comida y unas cervezas, así que comimos y después nos pusimos a desempacar los bolsos para apartar mis cosas... no quería, pero sí debía irme a casa pronto.


-Bueno cariño, ya me voy...- le digo y le doy un beso en la frente, estamos acostadas en su cama viendo televisión.


-Prométeme que no te vas atormentar con temas arenosos por favor-.


-Prometido- me acerco y le doy un beso pero a los pocos segundos me separo porque sino, no me va a dejar salir de allí.


****


Entro a casa y no hay nadie alrededor, maravilloso, así que paso directo a buscar a Emilia para consentirla, me voy a mi cuarto y me tumbo en la cama, yo le había dicho a mi madre que iba a asistir a unos talleres y conversatorios de actuación en Cancún, por lo que no es de extrañar que me consiga con la piel bronceada, la promesa que le hice a Maca rápidamente se fue a la mierda, porque de nuevo me puse a pensar qué es lo que voy hacer con toda ésta situación, ¿será que hablo con mis hermanos primero? ¿pero por qué tanto apuro? mejor espero un tiempo, ¿y si llegan a descubrirlo por terceras personas? eso es lo que no quiero, Maca y yo tenemos que tener mucho cuidado... continuaba con mi debate interno cuando escucho ruidos afuera, salgo y me consigo a mamá en la cocina, llegando con unas compras.


-¡Hey, ma...!-.


-Niña, por fin llegaste, ¿cómo te fue?-.


Después de un par de cafés e inventarle un itinerario acerca de mi "semana de talleres en Cancún" y ponernos al día con los temas de la familia y la casa, me invade una pequeña ansiedad, me pongo inquieta, no me siento cómoda en ningún lugar y muerdo mis uñas, pero rato después me doy cuenta de qué es lo que me pasa, por lo que tomo mi teléfono y sin pensarlo mucho, le escribo un mensaje.


*¿Es normal que ya te extrañe?*

Complicidad y SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora