Segundo Encuentro.
15:45 P.M. Miércoles.
- … ¡Y estarás castigado HASTA que la próxima nota que vea sea un diez!
Kurt cerró la puerta de su habitación con un portazo. Tenía los ojos bañados en lágrimas de furia, que había logrado reprimir mientras discutía con su padre.
había dicho que no esperaba eso de él, que creía que Sue tenía razón por haberlo expulsado del equipo y por si fuera poco se tenía que sacar sí o sí un diez si quería
poder volver a salir de su casa con sus amigas.
El poco optimismo que le quedaba del día se le esfumó en cuanto sintió que el líquido caliente y salado se deslizaba por su rostro. Se acostó es la cama y se tapó hasta
la cabeza. Minutos después se había quedado dormido.
22:30 P.M.
El castaño abrió los ojos para comprobar que la luz se había retirado por completo. Al lado de su cama había una bandeja con una ensalada y jugo. El joven miró su
reloj y se sorprendió de haber dormido toda la tarde. Se sentó en medio de la oscuridad a comer su cena, supuso que Carole no lo había querido despertar.
Era totalmente injusto que su padre no lo dejara salir, ya tenía suficiente castigo con que Sue lo hubiera echado de las ANIMADORAS . Ahora tenía aún menos tiempo
para ver a Santana y a Quin.
Le bufó al plato, como si este tuviera la culpa de todos sus problemas.
¿Qué diría Quin? - Se preguntó el castaño. - SEGURAMENTE algo como: "Kurt tienes que aceptar tu responsabilidad con la escuela, ya encontraremos tiempo para
vernos"
Puso los ojos en blanco, y de inmediato una voz en su cabeza, la de Santana, contraatacó.
"Debes arriesgarte un poco, Kurt. Nno es el fin del mundo. Trata de mejorar tu calificación. Pero mientras tanto no te vendría mal un poco de adrenalina"
El castaño sonrió. Sus ojos se dirigieron a la ventana ENTRE abierta. Si su padre encontraba la habitación vacía estaría castigado el resto del año. Pero la llama de la
rebeldía se había prendido en su interior, cosa muy extraña en el muchacho, y no iba a perder esta oportunidad. Se puso rápidamente en pié. Se cambió, poniéndose
una remera negra mangas corta, un pantalón también negro ajustado al cuerpo y sus botas de McQueen. Cerró la puerta de la habitación con llave y abrió la ventana.
En ese momento se alegraba de que su habitación, en el sótano, tuviera una salida al exterior. Subiéndose a una silla pudo salir a la cálida noche.
No tenía planeado ir a un lugar en específico, así que solo comenzó a caminar.
Llevaba una buena hora y media por las calles de Lima cuando llegó a un bar bastante concurrido. Había personas esperando pasar en el exterior. Por un momento tuvo
la tentación de entrar, pero luego vio un cartel de "NO SE PERMITEN MENORES" que lo hizo cambiar de opinión. Estaba a punto de dar media vuelta y volver a su casa,
cuando le pareció ver una joven muy parecida a Santana acompañada por dos hombres. Vaciló en la puerta del bar, pero finalmente la curiosidad pudo más que el miedo a ser atrapado. Esperó unos cuantos minutos HASTA que por fin encontró un grupo grande de personas en las cuales se pudo colar y entrar sin que lo vieran.