Capítulo 1

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— ¡Felicidadeeeesssss! —canturrea Cris desde la puerta de mi despacho.

— ¡Chss... Calla! —miro a mi alrededor alzando la cabeza esperando que no se haya enterado nadie—. Llegas tarde...

— No me cambies de tema, ¿has mirado mi ficha de entrada? —me contesta. Alza una ceja mientras se mira las uñas apoyada en el marco.

La miro negando con la cabeza y le hago un gesto, con la mirada, para que se siente en la silla que hay delante de mi mesa.—No me hace falta. Es lunes, por si no te has enterado...—miro mi reloj de pulsera —y llegas media hora tarde por si tampoco sabes a la hora en la que se entra a trabajar en esta empresa—. Ladeo la cabeza mirándola.

— ¿Qué es a las....? —me mira haciendo una mueca.

— A las ocho Cris...a las jodidas ocho de la mañana.

— Estamos llegando a un punto conflictivo en nuestra relación, cariño. ¿Me estás controlando las salidas y entradas?

— Joder Cris. ¿Qué le voy a decir esta vez a Gutiérrez? —bajo mis gafas hasta la punta de la nariz intentando parecer enfadada.

—Bueno... —se acerca a mi mesa con una mirada traviesa —podrías decirle que tu eficiente secretaria ha llegado tarde porque ha estado dándole que te pego, como una coneja, durante todo el fin de semana, y que claro, al estar tan escocida y cansada, pues...

—¿¡Qué!? ¡¿Cómo una coneja!? ¿Al final te levantaste al macizo pelirrojo del pub? —la miro sin poderlo creer—¿Te lo llevaste a tu casa? ¿Desde el sábado? Estás muy mal...

— Ya veo que con lo único que te has quedado es con lo de coneja. Si en lugar de largarte como una adolescente a la una te hubieras quedado...—se repantinga en la silla— te hubieras dado cuenta de que tenía un culo, ¡uf!—levanta las dos manos haciendo que amasa algo. —La verdad es que la cosa empezó a calentarse en los lavabos, contra la pared del de los tíos concretamente, y ya sabes, una cosa llevó a la otra...y no me lo llevé a casa —me guiña un ojo —nos fuimos a su hotel.

— No me expliques más —levanto las manos intentando parar la conversación —con razón Carlo estaba que se partía de la risa y me decía que eras su heroína — me apoyo en el respaldo de mi silla y la miro sonriendo. — ¿Qué es lo que voy a hacer contigo?

Levanta la mirada al techo haciendo que piensa y cuenta con los dedos.

— A ver, aguantarme como me aguantas, seguir siendo una de mis mejores amigas, y que esta noche nos invites a cenar a Lidia, Carlo y a mí —me guiña un ojo —tenemos que celebrar tu cumpleaños.

— ¿Acaso me ves con ganas de celebraciones?

— ¿La verdad? — mira su reloj y se levanta de la silla para salir del despacho—. Últimamente te has vuelto casi una ermitaña, y creo que ya va siendo hora que pases página. Él no merece ninguna lágrima tuya, por no decir querida, que has perdido el brillo y la chispa —levanta una mano para que la deje continuar —así que sí, nos vamos a celebrar esta noche tu cumpleaños y no se hable más. Voy ahora mismo a llamar a Lidia y después te cuento.

Giro mi silla y me siento tentada de cerrar los ojos. Si no fuera por Cristina, Lidia y hasta del mismísimo Carlo, no sé que hubiera sido de mi vida, después de que Sergio me dejara por su secretaria y echara por la borda cinco años de matrimonio. Así pues, me giro de nuevo a mi mesa y...

Veo el icono de un mensaje recibido en el ordenador. Un mensaje, ¿será Sergio? Aprieto el icono de abrir con las manos temblando...


De: Daniel Pons

Asunto: Revisión primeros capítulos libro Marco

Fecha: 21 de septiembre de 2018 8:35

¡No me quieras!Where stories live. Discover now