"Con el movimiento de tu cuerpo me invitas a infierno, y me regalas el placer del celeste paraíso con una sola sonrisa"
🌹🌹🌹Aquel club nocturno se había tornado el oasis personal de la abogada Carvajal durante los últimos meses, atrayéndola sin esfuerzo alguno gracias al particular performance de estiló latino que se establecía en el escenario todas las noches de los viernes.
Esa elegante mujer castaña, de no más de veintisiete años, cada viernes por la noche, se permitía acudir a las entrañas de tan sincalíptico establecimiento para deleitar sus sentidos. Y ese viernes nocturno no fue la excepción a su apetito visual y auditivo, desentendiéndose completamente del exterior para atender únicamente a ese pedazo de paraíso infernal que conseguía quemar su piel sin tocarla.
Entro sin hacer fila, mostrando su identificación para pedir que la llevarán a la mesa que reservaba con habitualidad desde días antes.
- Valentina Carvajal - sonrío galante, esperando a que la anfitriona la encontrará en la lista y la guiara a su asiento.
- Bienvenida señorita, adelante - le dijo antes de invitarla a pasar con un suave gesto - ¿Algo de beber? - pregunto cómo siempre cuando la vio deslizarse en el sillón de cuero de cada viernes.
- Un whiskey, gracias - pidió, dejando su saco en el respaldo del asiento y arremangando las mangas de su camisa blanca mientras se acomodaba.
El show previo, al que fue a presenciar, estaba por terminar, haciendo que su piel comenzará a erizarse con la simple espera al saber que estaba apuntó de ver el exótico baile latino que siempre conseguía quebrantar su lucidez.
Incluso río al recordar como hallo ese lugar: ese día, exactamente un año atrás, se suponía que su socia Karla Estrabao y ella cerrarían exitosamente un caso, pero la clienta, Michelle Morgado, prefirió agradecerles en ese colorido lugar. Las tres estaban encantadas y divertidas con los espectáculos, siendo ella la más sorprendida al escuchar tan rítmica y retumbante comenzó a sonar de pronto, haciendo que su mirada se fijará en aquellas cortinas de terciopelo rojo en la espera de aquel cuerpo que tanto deseaba ver.Desde la primera vez quedó tan impactada por el baile sensual de la morena sobre el escenario, que Karla tuvo que tronar los dedos para hacerla bajar de su nube voladora. Ansiosamente, ese día pregunto el nombre de aquel precioso ser, pero únicamente obtuvo el nombre artístico.
- Al menos ese par consiguió lo que deseaba - dijo para si misma al levantar la copa de whisky que le llevaron, brindando solitariamente por la exitosa relación que seguían manteniendo Karla y Michelle desde aquella velada, pero ella seguía intentando hacer que esa princesa misteriosa la mirara siquiera una vez.
Dio un sorbo a su vaso, saboreando aquel licor impregnar su boca, para luego pedir más whiskey para controlar lo ansiosa que se sentía por ver ese esplendoroso ser danzar.
Jugó con el vaso vacío, observando discretamente su alrededor, mostrándose un poco celosa por tener que compartir la belleza y el talento de una chica a la que le dolia no conocer más allá de su nombre artístico. Una chica que anhela poder acariciar con delicadeza, probar sus aterciopelados labios y poder verse reflejada en su ojos almendra.De pronto la iluminación cambio y aquella sexy voz anunciar el nombre de la bailarina responsable de tanta audiencia ese día, siendo señal suficiente para que el DJ se preparara para recibir a la maravillosa bailarina latina que siempre conquistaba el corazón de los espectadores.
Valentina se acomodo en su lugar, cruzando una pierna con arrogancia, y pasando su pulgar por la comisura de su labio por la necesidad de ver a su esperado ángel danzante salir una vez más.
No necesito prestar atención a la decoración del escenario para saber que las luces rojas empapaban el espacio, alejando por unos minutos la variedad de color y la moviento que reinaba, para revelar en toda su gloria a la bailarina por la que cada viernes el salón se saturaba y ella se alejaba del mundo.