Los gemelos Weasley y Delila Lovegood

Capítulo 21: Porque te amo

Miré fijamente la pared sin saber que hacer.

— Delila...— Me llamó mi padre.— Tenes que comer algo.— Señaló mi plato de comida lleno.

— No tengo apetito.

— Dale, no comes nada desde que llegaste a casa hace unas horas. Sé que te debes sentir mal, pero come.

Suspiré renegada y comí un poco.

— No sabía que ese chico era tan importante para vos, Deli.— Añadió mi papá.

Lo miré con el ceño fruncido.

— ¿No sabías? ¡Lo mencioné en todas las cartas! ¡Te dije que era mi mejor amigo! ¿Acaso no las leíste?— Le grité enojada.

— Claramente las leí. Simplemente no sabía que eras tan cercana. No te enojes Deli.

Terminé rápido mi pedazo de carne y me levanté de la mesa, no tenía ganas de hablar de eso. Me tiré en mi cama y me quedé viendo el techo. Las imágenes de Cedric muerto venieron a mi mente. Traté de pensar en otra cosa pero simplemente no podía dejar de pensar en su cuerpo sin vida. Alcancé un papel y comencé a escribir una carta para George, necesitaba hablar con él.  Envié la carta y volví a mirar el techo hasta quedarme dormida.

***

Mi papá me llamó desde su cuarto para que vaya. Me levanté de mi cama, lugar donde había pasado un buen tiempo los últimos días, y me miré la espejo. Hice una mueca al verme. Mi pelo se veía grasiento y enmarañado, mi pijama estaba manchado, y tenía las ojeras de un violenta intenso. Con pesadez caminé hacia el cuarto de mi padre.

— ¿Qué queres?— Dije cortante después de entrar.

— Cuidado con ese tonito Delila.— Me retó.— Sentate que tenemos que hablar de algo importante.— Señaló una silla.

Me senté y lo miré expectante.

— Tu tío y yo creemos que no estoy siendo muy útil para la revista acá en Inglaterra y que sería mejor que vuelva a viajar por distintos lugares. Así que nos iriamos a Rusia a fines de Agosto.

— ¿Qué? No  podes hacerme eso papá, tengo que  ir a la escuela.

— Te voy a enseñar en casa, como veníamos haciendo todo este tiempo.— Dijo  firme.

— No quiero irme ¡Ya tengo una vida acá! Por una vez en mi vida tengo  amigos reales.

— Te recuerdo que tuviste un montón de  amigos a lo largo de tu vida.

— Eran amigos temporales, nunca llegaba a profundizar nuestra relación porque nos mudabamos otra parte ¡Quiero tener un lugar al que pueda llamar hogar! Estoy cansada de ir de un país a otro y tener que adaptarme.—Dije enojada.

— Estas siendo egoísta Delila, es mi trabajo de lo que estamos hablando.— Dijo elevando el tono de voz.

—No, vos sos el egoísta en esta situación ¡Ni me preguntaste si quería mudarme!— Le grité.— ¡Podes hacer tu trabajo desde Inglaterra! ¡Por eso mamá se fue, estaba harta de tu obsesión por el trabajo y tener que moverse de un lado a otro!

— Si crees que yo soy un egoísta y tu mamá se fue por mi culpa estas muy equivocada.— Dijo con la voz temblorosa.— Tu mamá se fue porque consideraba que criar a su propia hija era una pérdida de tiempo para sus planes, y me dejó a mi todo el trabajo. Si tanto queres que nos quedemos en Inglaterra esta bien. Ahora ándate de mi habitación.

— ¿Estas....estas enojado?

— No, no estoy enojado, estoy decepcionado de que pienses así. — Dijo y miró para otro lado.