Como no creer en el día, como no creer en la noche si ninguno tiene diferencia para Lautaro y Eos, sus vidas se entrelazan como hilos en el tejido de la mochila colgada en el cuarto de Eos; sí, no hay distancias, es igual la luna, las estrellas son su mundo y el viento no alcanza con sus ráfagas a los suspiros de la nostalgia.
Allí están en medio de mariposas y cortinas azules, pero ya no importa, sus vidas se refugian en el espacio, sus encuentros son eternos y eterna es la esencia de lo inimaginable, de cada momento vivido no queda nada y todo queda.
Hoy es un día especial, Lautaro solo escribe y ella lee, sus vidas y sus encuentros son poesía, pero nadie imagina como llena sus almas y transciende en lo inconmensurable de los sentidos. Ese pequeño chat es su voz, sus maneras, sus ojos y ellos se ven, se escuchan y se sienten, pero como no hacerlo, si Lautaro le escribe cada día, cada minuto y se envuelven en los ropajes de cada palabra, siempre es diferente, siempre cambian las sensaciones; cuanto poder encierra cada verso, como no empezar con un "hola cielo" si viven en el espacio, en las nubes que pueden ser azules, rojas, purpuras, no importa.

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¡HOLA CIELO!
Short StoryEn la inmensidad virtual se transmutan las vidas, las historias, las esencias y hasta el alma, compensando y descompensando el equilibrio entre lo real y lo virtual, precipitando hacia el abismo o alcanzando el cielo, rompiendo con los paradigmas de...